CAPÍTULO 8

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Narra Anthony.

¡No, no, no, no! ¿por qué?

Tenía un chico débil debajo mio. Estaba casi inconsciente. Balbuceaba cosas, tenía los ojos semi cerrados y no se movía nada ¿se habrá golpeado la cabeza? Era obvio. Una caída como esa era de esperarse.

Erostella me va a matar.

Con calma me levanté de encima y pensé un rato en cómo resolver la situación.

Tenia un chico inconsciente y en su casa, la cual no sé nada sobre ella ni en donde están el botiquín de primeros auxilios. Eso significa que... Tengo que buscar por toda la casa en busca de lo mejor y quedarme hasta altas horas cuidando de él. Necesitaría saber donde esta su habitación, el botiquín de primeros auxilios y un lugar donde quedarme por si no llega a despertar.

Vaya... Estaré ocupado esta noche y todo por unas cuantas palabras traicioneras.

Debería empezar ahora mismo.
Natalie, perdóname por esto.

Con cuidado de que no lo lastimara más, ya que, si Eros se entera de que su mejor amigo se ha visto afectado por mis actos, de seguro me encarcela. Tomé su cuerpo y lo levanté para poderlo llevar a una habitación.

La casa se dividía en tres partes, la primera es la sala, cocina y comedor. La segunda era el piso de arriba, donde estaban las recamaras, ahí estaba buscando yo una en donde dejarlo. Elegí cual sea, no conocía cual era la correcta.

Dejé su cuerpo ligero en la cama y me apresuré a revisarlo. Su cabeza no presentaba signos de sangre, respiraba bien, tenía su temperatura bien y todo. Y sí, ya estaba inconsciente.

Decidí traer alcohol para despertarlo. El olor de aquel liquido era muy útil.

Busqué el botiquín de primeros auxilios, revisé en la cocina y nada, después pasé a los baños que eran como unos 4 en total. Entré a uno que era color blanco en total, ahí se encontraba el botiquín. En el, no había nada más que vendas.

Eso era malo ¿¡cómo no tenía alcohol?!

Ahora tendría que despertarlo de otra manera. O simplemente no despertarlo y que él solo lo haga.

Regresé a la habitación y no estaba...

Me paralicé. No sabía a dónde se había ido pero tenía que encontrarlo y preguntarle si estaba bien. Caminé por el restro de las habitaciones, las cuales, cada una era distinta. Me detuve en una muy peculiar. Esta estaba cálida, se sentía cómo si alguien recientemente estaba, en comparación de las demás que eran frías, como si en mucho tiempo no han sido usados.

De pronto oí pasos detrás mio y sin darme cuenta, me golpearon en la cabeza con una bandeja de metal.

Era Natalie y parecía que estaba bien ... ¿estaba fingiendo?

Mi vista se nubló y caí inconsciente por el golpe.

EL CHICO DE LAS ZAPATILLAS DE BALLETDonde viven las historias. Descúbrelo ahora