Estuve a punto de caerme con esa noticia, tengo muy malos recuerdos de los hospitales. Me agarré de la mesa para sostenerme, respiré hondo y me dispuse a salir lo más rápido posible de mi casa. Iba a tomar el camión pero pensé que tardaría mucho en llegar a la parada donde yo me encontraba así que tomé mi vieja bicicleta, tenía años sin usarla pero serviría mucho en esta ocasión.
Empecé a pedalear lo más rápido que podía, el mundo parecía ser una nube negra que se extendía por ambos lados de la carretera, no le presté atención a nada, ni siquiera me di cuenta si me pasé algún alto. Nada me importaba en ese momento, sólo llegar al hospital.
Estaba cada vez más cerca, me sorprendió lo pronto que estaba llegando a mi destino, faltaban dos cuadras, podía ver el hospital desde lo lejos, aumenté mi velocidad pero algo se me atravesó en el camino, lo vi como una sobra repentina, hasta que choqué con él, caí de lado y la bicicleta me cayó encima.
Sentí unas manos ayudarme pero yo solo quería salir de ahí lo antes posible, necesitaba irme. Me hice a un lado y me paré sujetándome del cuerpo que me brindó apoyo, no le vi la cara solo me limité a decirle:
- Muchas gracias, lamento lo del golpe pero necesito irme, hasta luego.
- No es nada- contestó la voz de la persona a mis espaldas.
Era un chico, con una voz muy linda por cierto, tan solo lo vi de reojo, llevaba una chaqueta negra y era muy alto. Tal vez en otras circunstancias le habría preguntado su nombre, pero ahora no era el momento.
Estaba cerca del hospital y noté que a mi bici se le había zafado una parte del manubrio a causa del golpe, pero eso no me detuvo. Empecé a correr, corrí lo más rápido que pude ¿desde cuándo soy tan veloz? No sé de donde saqué la energía pero sentía alas en mis pies, no percibía el choque de estos en el suelo, parecía que estaba volando. Escuché a varios carros pitarme y a los conductores gritarme cosas, pero no me pudo importar menos.
Llegue al hospital, saqué mi celular del bolsillo de mi pantalón y le marqué a Nathelie.
- ¿Ash? ¿En qué entrada estás?- dijo un poco más calmada que la primera llamada pero sabía que no estaba nada bien.
- Estoy en el acceso principal, donde está la recepción- dije volteando a ver a mi alrededor para poder darle referencias a mi hermana.
- Muy bien, estoy ahí en un minuto, no te muevas.
Nath llegó antes que me pudiera da cuenta, apenas me vio me abrazó al tiempo que se soltaba en llanto de nuevo. Muy bien, ahora no entiendo nada, jamás la vi tan destrozada.
- ¡Nathalie! ¿Qué rayos está pasando?- dije muy alterada, llamando la atención de muchos pacientes de la sala.
- Yo..yo...no puedo explicar muy bien. Ven, mejor te llevo con el doctor- Tartamudeó y me atrajo junto a ella para que la siguiera, conduciéndome a un consultorio al final del pasillo.
En el lugar se encontraba un señor, de unos cuarenta años, con lentes y cabello castaño oscuro mirando fijamente a su ordenador como tratando de explicarse algo.
- Lamento molestar doctor, pero ya llegó mi hermanita y me gustaría que fuera usted el que le dé la noticia, la verdad yo no sé mucho de esas cosas- dijo mi hermana sincerándose ante el señor que parecía muy amable.
El doctor se acercó a nosotras y dijo:
- Buenas tardes Ashley, bueno lo que te voy a decir no es algo fácil, entiendo si te pones mal, pero aquí les brindaremos la ayuda necesaria a ti y a tu hermana para que sepan cómo llevar las cosa en calma.
ESTÁS LEYENDO
Blogger [#wattys2015]
Teen FictionAshley con escasos dieciséis años ha pasado por muchas situaciones en su adolescencia, y no todas precisamente buenas. Como la enfermedad que deja en estado crítico a una de las personas que más ama y la pérdida de su hogar. Sin embargo encuentra un...