Las últimas dos horas del día en el colegio siempre son las más fastidiosas y lentas; me encontraba en clase de química y después de eso seguía matemáticas ¿hay algo peor? (no)
Salí del salón de clase ya acabada asignatura final, caminé por el largo pasillo, en el cual, del lado derecho se encontraba un gran montón de flores de distintos colores, algunas velas y una gran foto de Rob. En ese retrato lucía feliz, tenía una gran sonrisa en el rostro y fijaba su mirada en otro lugar como si le hubieran tomado esa foto sin que lo notase. Debajo de la foto se encontraba un cartel que con letras negras decía "En honor de nuestro compañero Christian Robitaille. Que descanse en paz". Todos los que pasaban junto a este pequeño monumento lo observaba durante algunos segundos en silencio y después se marchaban. Era más que claro que todos lamentan su pérdida, incluso aquellos que jamás cruzaron palabras con él.
Me dirigí al estacionamiento para esperar al autobús. He notado que ahí todos tienen el mal hábito de comerte con la mirada sin siquiera disimularlo. Sé exactamente por qué me están viendo, los chismes corren rápido. Además el hecho de que Tanner ni Hep hayan asistido hoy a la escuela no ayuda en nada.
Habían pasado como cinco minutos y el maldito camión no llegaba, estaba a dos segundos de marcharme debido a que no soportaba más que todos en el lugar estén murmurando a cerca de mí.
Cuando estaba decidida a caminar lejos alguien me tapó los ojos con las palmas de sus manos y me susurró al oído "A que no adivinas quién soy". En realidad no fue nada difícil, era obvio que se trataba de un chico por la voz y su altura.
- Andrew- dije sin dudarlo ni un segundo, retiró sus manos y yo me di la vuelta para verlo
- Hola- me dijo con una pequeña sonrisa
- Hola
- Me enteré de lo que pasó- me comentó y bajó la cabeza- lo siento muchísimo- se sinceró
- Gracias, yo igual de hecho- le contesté apenada
- ¿No te pasó nada?
- Pues además de los golpes que gracias a dios pude cubrir con este suéter y un poco de maquillaje, no hubo algo tan grave- traté de sonar con un poco de humor
- Espero que te mejores pronto, ¿necesitas ayuda con algo?
- Pues ciertamente, sí. Pero no creo que puedas hacer gran cosa- le respondí algo fastidiada
- Y ¿qué es eso?- me dijo levantando una ceja en forma de duda
- Hoy debo darle clases a Tanner y con eso de que no podrá venir al colegio durante una semana más...- le aclaré rodando los ojos un poco cansada
- Pues si quieres voy contigo y le damos asesorías entre los dos- me resolvió de una forma muy simple. Cuando lo dijo estaba a punto de decirle que no era una muy buena idea y que aun así agradecía su apoyo pero lo consideré unos segundos más y no creo que le haga daño a nadie el hecho de que vaya un rato.
- ¿De verdad harías eso?- le sonreí
- Claro, he visto que ese tal Tanner no es tu persona favorita y más todavía con lo que pasó. Así que ¿a qué hora quieres que vaya?- finalizó mostrándome sus blancos dientes de manera muy linda. Este chico es genial.
- ¿Está bien a las cuatro?
- A las cuatro será
- No tienes idea de cómo te lo agradezco, eres muy amable- al terminar de decírselo llegó el autobús y ambos nos subimos.
En el camino hablamos muy poco ya que nuestras casas estaban cerca del colegio. Yo salí primero y me despedí de él, caminé una esquina para llegar ya que el camión no me dejaba exactamente en la entrada.
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Blogger [#wattys2015]
Teen FictionAshley con escasos dieciséis años ha pasado por muchas situaciones en su adolescencia, y no todas precisamente buenas. Como la enfermedad que deja en estado crítico a una de las personas que más ama y la pérdida de su hogar. Sin embargo encuentra un...