Capítulo 15: "Invitación"

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Mi cara se transformó al escuchar esas palabras salir de la boca de Tanner. Me sentí muy mal jamás me pasó por la cabeza que Jessica no fuera su madre; en seguida sentí culpa por haberle reprochado lo anterior.

- Yo, de verdad lo lamento Tanner- lo miré directo a los ojos y estoy segura de que los míos se abrieron más de lo normal al hablar. Él guardó silencio y cuando finalmente dijo algo lo hizo con la mirada fija en sus manos

-  Ya fue- dijo tras un suspiro- Mi mamá falleció hace 9 años y me miró- creo que ya debí de haberlo superado.

Se hizo un silencio profundo. Como cuando estás en una habitación solo y juras escuchar pequeños ruidos pero en realidad no son más que producto de tu imaginación.

- Lo lamento muchísimo Tanner- dijo Andrew. El aludido se limitó a verlo y asentirle levemente en forma de agradecimiento.

-  Juro que no tenía idea, soy una boca suelta. Debo pensar antes de hablar, no es primera vez que hago algo como esto- paré un momento y me levanté de mi asiento- Estoy cien por ciento segura de que…

-  Hey… tranquila.- él igual se levantó y se acercó a mí para calmarme- No eres ni la primera ni la última persona que me habla de ese tema, digamos que estoy más acostumbrado de lo que crees.

Ambos nos sentamos y Andre dijo:

- No quiero sonar aguafiestas chicos pero me debo ir. Es un poco tarde y mi mamá no sabe que salí- se puso de pie y se despidió de ambos

-  Adiós- le dijo Tanner mientras le daba la mano en forma de despedida

-  Adiós Ashley- me sonrió y se acercó para depositar un beso en mi mejilla. Enrojecí un poco pero afortunadamente ninguno de los dos lo notó.

Andrew estaba por salir del estudio cuando giró sobre sus talones y dijo con el ceño fruncido.

-  ¿Hoy es viernes?- miré mi celular para confirmarlo y en efecto, era viernes.

-  Es cierto, lo había olvidado

-  Entonces no tengo tanta prisa- dijo risueño- es más ¿les gustaría ir a una fiesta?

- A mí me encantaría pero creo que todos sabes que un chico minusválido temporalmente no tendría que estar en fiestas precisamente

-  Perdón, lo olvidé por unos segundos. ¿y qué hay de ti Ashley? ¿Te gustaría ir?

-  Mmmm… - gruñí un con los ojos entrecerrados para dar a entender que la idea no me parecía del todo.

- Oh ¡Vamos! ¿cuánto fue la última vez que saliste a divertirte?

-  No sé… ¿hace como seis meses?

- ¡¿En serio?! ¿y ahora no aceptas mi invitación?- me miró como si fuera un bicho raro- ¿estás segura de que tienes 16 años, o en realidad tienes 43 con un cuerpo sin desarrollar por completo?- Tanner rio y yo traté de parecer ofendida, sin embargo, la risa me ganó.

- Yo iría si fuera tú. Te matas estudiando toda la semana y sería bueno que te desahogues con un poco de música y gente- me alentó Tanner. Era extraño tener una conversación amable con él por primera vez.

-  De acuerdo- levanté mis manos en forma de inocencia

- Eso es todo- Andrew asintió sonriendo- Ve a cambiarte, yo te espero.

Me levanté y salí hacia mi alcoba. Ahora tenía un nuevo problema.

- Nath- dije mientras entraba a mi cuarto- necesito de tu ayuda. Urgente- ella volteó desde el momento en que escuchó su nombre y fijo su mirada confundida en mi rostro.

- ¿En qué? Si se puede saber- sus facciones se mantuvieron de la misma forma todo el tiempo

- No sé qué ponerme y voy a salir- le dije con cierta angustia y súplica en mi voz. Ella me lanzó una mirada pícara y se levantó de la cama en donde se encontraba sentada.

45 minutos después:

- ¡Nathalie, eso me pica horrible en la cara!- me quejé casi gritando. Mi hermana me había transformado en menos de una hora pero debo decir que no fue nada fácil.

- Cállate, la belleza cuesta- continuó aplicando color rosa pálido en mis mejillas. Sólo unos retoques más y… listo.- Párate- me ordenó en un tono común de voz, yo obedecí su mandato- Camina de aquí a la esquina.

Debo decir que jamás me había dado más miedo caminar, yo no suelo usar tacones porque de por sí soy bastante alta y cuando me los pongo no exceden los ocho centímetros; sin embargo esos deben tener un mínimo de once. No tengo un la menor idea de cómo alguien se podría mantener en pie toda una noche con esos zancos puestos. Puse todo mi esfuerzo en mantenerme plantada al dar los siguientes pasos en línea recta.

Nathalie, me miró como si yo fuese su proyecto de física cuántica con el que estuvo trabajando por semanas y al fin estuviese listo. Sonrío más para ella que para mí y me dijo:

- Ya estás lista, diviértete- me tomó de la mano y me arrastró hasta la puerta cerrándola después de haberme sacado.

- ¿Gracias?- dije desde afuera lo suficientemente fuerte como para que lo escuche del otro lado de la puerta.

Comencé a caminar por el largo pasillo. Sabía que ya me había demorado bastante pero mi caminata seguía siendo lenta; no tenía idea de cómo iba a entrar a la habitación ahora que lucía más… como chica. Llevaba puestas dos piezas en color negro mate; la blusa hacía resaltar mi cintura al ser corta e inmediatamente se encontraba la falda dejando que un pequeño centímetro de piel luzca entre las dos prendas. El cabello estaba suelto para destacar el largo. El mismo lograba un contraste con mi color de piel. Y para finalizar, el maquillaje, era oscuro pero decente y sofisticado, nada en exceso.

Mi caminar aumentó levemente de velocidad al encontrarme a unos pocos metros de la habitación.

Giré la manija de la puerta y entré disimulando lo que quizá, solo quizá eran nervios.

Los chicos detuvieron su conversación al momento que entré, me acerqué a ellos con marcha decidida, ignorando el hecho de que sabía que me estaban comiendo con la mirada de pies a cabeza.

- Ya- dije con una media sonrisa

-  Wow- Expresó Tanner con los ojos bastante abiertos

-  Sí que valió la pena la espera- le siguió el juego Andrew

- No sean tontos- reí de forma un tanto boba- No es que nunca hayan visto a una chica- rodé los ojos y ellos rieron a coro.

- Vamos- se levantó Andrew y me cedió su brazo como si estuviéramos a punto de bailar un vals en una película de reyes y princesas. Sentí algo lindo en el pecho. Hice caso a su invitación.

- Tanner ¿te vas a quedar aquí o quieres que te ayudemos a ir a tu cuarto?- le pregunté al darme cuenta de que nos habíamos olvidado de que él no podía mantenerse de pie solo.

- No, no. Váyanse, en un rato llamo a mi papá para que me ayude- dijo restando importancia a la situación.

Nosotros hicimos caso a su respuesta y nos dirigimos a la puerta.

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¡Hola! Sé que está corto el capítulo pero no se preocupen, quizá mañana sube el siguiente.

¡Ya somos casi mil! Muchísimas gracias a todo/as los que leen mi novela, no saben lo que significa para mí.

PD: En multimedia les dejo una foto de Dave Franco que interpreta al difunto Chris Robitaille en la novela.

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