VI

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Maquillarse había sido la parte fácil, el problema ahora era bajar como si no hubiese pasado nada, como si no le doliese la nariz ni le ardiese el pómulo.

Suspiró mirándose en el pequeño espejo del cuarto de baño, no era profesional pero al menos había hecho un buen trabajo.

Recogió las cosas y las metió en un pequeño estuche, soltó un poco de aire y salió del cuarto, tendría que morderse la lengua aunque se estuviese envenenando por dentro, sabía que por su bien y aún más importante, por el bien de DaeHyun debía mantener la boca cerrada.

Los escalones se le hicieron eternos, no tenía ganas de bajar a verle la cara a SungMin, sólo quería quedarse en el cuarto y acurrucarse con DaeHyun entre los brazos.

Soltó un poco de aire y empezó a caminar hacia la cocina, podía escuchar su asquerosa risa desde donde estaba, esperaba liberarse de sus garras en algún momento.

Entró con la cabeza gacha, no estaba completamente seguro de si notarian el cambio.

Se acercó a Jongin y estiró los brazos hacia DaeHyun, sonrió divertido al verlo removerse entre los brazos del moreno. Emitía pequeños gritos y balbuceaba palabras incomprensibles que podían traducirse en un claro, "papa cojeme".

Levantó la cabeza y sonrió al tenerlo entre sus brazos, Jongin lo estaba mirando con la ceja arqueada, negó con la cabeza y le sonrió.

-¿Baekhyun podrías ir a mi despacho y coger unos papeles que están sobre la mesa?.

Levantó la cabeza extrañado y miró fijamente al alfa, ¿qué demonios estaba tramando SungMin?, ¿Qué tanto hablaban?.

Asintió y salió de la cocina, le llevaría los documentos y después se inventaria alguna excusa para desaparecer.

Entró en el despacho y bufó, cogio las hojas de la mesa y caminó hacia la puerta, deteniéndose segundos después, si las hojas tenían algo que ver con SungMin también tenía derecho a saber que ponía en ellas.

Acomodó a DaeHyun entre sus brazos y empezó a leer, al parecer era una especie de contrato, él no era abogado ni nada por el estilo, pero sabía algunas cosas, era una lastima que no hubiese tenido su momento para ponerlas en práctica.

Por lo que había leído SungMin iba a dejar que permaneciesen seis meses en la casa del alfa, seis meses en los que podría encontrar la forma de escaparse, tenía seis meses para salir como alma que lleva el diablo.

Llegó a la cocina unos segundos después, extendió la hoja hacia el alfa Park y caminó hasta quedar al lado de  Jongin, ahora sí le interesaba saber de que estaban hablando.

El resto de la tarde se le pasó muy rápido. El alfa Park y SungMin no dejaron de hablar en ningún momento, tenían muchas cosas que debatir, en algún momento habían decidido irse al despacho, cosa que agradecía porque empezaba a hartarse de ver a SungMin tan risueño.

Sacó un par de pimientos de la nevera y empezó a picarlos, suponía que las lobas no iban a ayudarlo con el trabajo de cocina.

-¿Te golpeó?.

Se estremeció al escuchar la voz de Jongin, llevaba tanto tiempo sentado con DaeHyun sin emitir ni una palabra que ya se había olvidado de que estaba allí.

-¿Por qué lo insinúas?.

-Te vi cuando entrastes, Chanyeol no se habrá dado cuenta, pero aquí tenemos unos ideales diferentes, no golpeamos a nuestros compañeros, deberías quejarte.

-No sé de que estas hablando, además no entiendo porque suponen que es mi compañero.-Bufó.

-Tenéis un hijo Baekhyun, entiendo que estés enamorado pero no deberías consentir que te trate así.

Break free (Chanbaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora