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Gerard, Joe y Mikey estaban viendo el lugar en el que finalmente sería la boda... en una iglesia, algo normal a decir verdad.

Pero aunque ya habían acordado todo, Gerard estaba más que emocionado, estaba incluso asustado.

¿Cómo actuaría ese día? ¿Como le hablaría a Frank en el altar sin llorar o algo parecido?

-Entonces... ¿Si será aquí? ¿No has planeado en dónde será la fiesta? -preguntaba Joe.

-No sé... no tengo idea de eso lugares de fiestas, ¿Sabes? Pensé lo buscarías tú.

-Perdón por eso.

A Mikey no le parecía mala idea una iglesia, aunque estas le causaran sueño y por esto se haya merecido varios regaños.

Hablando de iglesias y sueño, Mikey ya empezaba a aburrirse y decidió irse, dejando a los chicos decidiéndose por las cosas de la boda.

Mientras él conducía le escribió a Pete acerca de tener una cita, ya hacía falta una más luego de tanto, luego de unos minutos Pete le contestó con un "Por supuesto, te espero", justo lo que necesitaba Mikey era pasar más tiempo con él, porque aun sabiendo que tenían poco tiempo como pareja igual se sentía un poco alejado de él. 

                        *** ***

Luego de llegar a su hogar para traerse los regalos fue directo a la casa de su enamorado, para ahí pensar en si salir o quedarse todo el día en casa.

Mikey no solo pensaba en eso, sino en si arreglarse o no para ir, al igual que no sabía si a Pete le gustarían los regalos o si sería mucho. Aunque ¿A quién le molestaría? Nadie negaría cosas así... supongo.

Luego al llegar a casa de Pete y tocar la puerta estuvo algo nervioso, no sabía que tal reaccionaría Pete al ver todos esos regalos, los cuales él no sabía cargar bien.

Por favor que ya se apure en abrir la puerta. 

Después de unos segundos Pete abrió la puerta y al ver a Mikey sonrió. 

-Hola amor, ¡Te extrañé! -le abrazó fuertemente y le besó.

Luego se apartó y dejó que Mikey pasara tranquilamente a su casa, este al pasar dejo todos los regalos en la mesa.

-¿Todo eso es para mí? -preguntó sonriendo.

- Sí bebé, todo es tuyo... y supieras lo que me costó acomodar todo.

-Ay, bueno veamos...

Pete se acercó a ver los regalos que le había traído su enamorado, le encantaron pero al mismo tiempo le parecieron muchos.

-Wow... ¡Muchísimas gracias! -decía sin parar de sonreír, y otra vez abrazó a Michael.

-¿S-sí te gustaron?

-¿Que si me gustaron? ¡Me encantaron! 

Ah, al diablo las malas ideas que tuvo Mikey, estaba haciendo feliz a su novio y eso le hacía feliz a él, era indudable... Pete hacía más feliz a Mikey, él le era igual de importante que su hermano o su madre, eso creía, simplemente era lo que sentía.

-Entonces...

-¿Entonces? -levantó su vista hacia Mikey.

-¿A dónde quieres ir?

-¿Ir a algún lugar?... -Mikey asintió.- No lo sé bebé, ¿Y si nos quedamos acá y comemos todo mientras vemos alguna película o jugamos? Hagamos algo.

-Oh... claro, no vayamos a ningún lugar. -sonrió.

A él no le preocupaba, él sólo deseaba pasar un buen día con su novio, ¿Y cómo no lo iba a pasar bien con esos ánimos que Pete le transmitía? Ver como lo hacía feliz posiblemente era una de las cosas más lindas que podía hacer.

Fragile [Petekey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora