Ups ~ YM

6O

Mientras el castaño chico se preocupaba de elegir una película, él simplemente se encontraba sentado en el sofá.
No entendía la repentina preocupación De Jungkook, como para que terminara en su casa. Obviamente lo agradecía, pero sinceramente no estaba con demasiados ánimos.

— ¡Hyung! – Le llamó el menor, asustándolo.

— ¿Si...? – Preguntó confundido al ver la cara molesta del otro.

— Te he estado hablando y tú sólo me has ignorado. – Replicó rindiéndose con su labor y sentándose estrepitosamente al lado del mayor.– ¿Qué quieres, Taehyung? – Le dijo ladeando su rostro hacia él, mirándole con esos oscuros ojos que a pesar de ser tan intimidantes, eran los más amables que había visto en su vida.

Suspirando y casi conteniendo el nudo en su garganta, sonrió cabizbajo.

— Un abrazo. – Bromeó, teniendo más que claro que su problemático donsaeng no era la persona más cariño del mundo.

Más cuando su rostro terminó en el pecho contrario, no pudo evitar preguntarse que era lo que estaba haciendo Jungkook.
Las manos del menor le apresaron con fuerza, pero no era un gesto tosco. Sino más bien, era bastante dulce a pesar de la brusquedad con la cual lo había abrazado.
Los dedos del pelinegro subían y bajaban por su espalda, reconfortándolo en su pesar.
Sin tan solo supiera que una de las tantas causas por las cuales estaba deprimido era él, seguramente no se encontrarían de esa forma.

— Gracias, Kookie. – Susurró en el cuello del mismo, inhalando su tranquilizador aroma.

— De nada, hyung. – Le escuchó decir. – Para algo estamos los amigos.

Amigos.

Claro, para el menor él solamente era un amigo más. Al fin y al cabo, el lindo chico de cabellos oscuros ya tenía a alguien más ocupando su corazón. Y tampoco pensaba meterse en la linda relación que tenía con aquella chica de inocente presencia.

Lo mejor era seguir ignorando sus sentimientos y aceptar aquel abrazo como una simple muestra de amistad. Aún si aquel gesto estaba dañando aún más su corazón.