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Antes de siquiera tocar el timbre, Taehyung ya se encontraba abriendo la puerta de su hogar de par en par.
Frente a él, un Jungkook con ojos enrojecidos y la mejilla claramente herida, le sonreía como si no fuera consciente de su estado.

— Hola, hyung. – Saludó como normalmente haría, para luego entrar a la casa de su amigo.

El mayor no pudo evitar mirarle anonadado, ante su extraña forma de actuar y simplemente le dejó pasar. Quiso preguntar qué ocurría, más Jungkook se hallaba en su propio mundo, intentando desatar los cordones de sus zapatillas luego de sentarse -o más bien arrojarse- en el suelo.
Para el dueño de casa, no era demasiado grato observar como el chico que le gustaba, intentaba vagamente mantener una sonrisa en el rostro, cuando sus ojos denotaban una tristeza que jamás había existido antes ahí.
En silencio, Taehyung se agachó frente al inocente chico y desató de una vez sus zapatos, intentando no dejarse llevar por la preocupación de su corazón y arrojarse a él para envolverlo entre sus brazos.

Sin decir una sola palabra tendió su mano hacia el menor, sorprendiéndose cuando el chico envolvió sus fríos dedos con los suyos. Forzando a que su cara no evidenciara lo mucho que le estaba alterando aquello, subiendo de una vez hasta su habitación.

La verdad no quería indagar sobre lo que le había ocurrido al menor, dejando que este observara su habitación y viera cuanto quisiera si era necesario.

No lo forzaría a hablar, si él no quería hacerlo. Pero su curiosidad y preocupación eran mayor.

— Jungkook...– Le llamó cuando este se detuvo en un par de fotos sobre su escritorio. Tomando entre sus manos una fotografía de su familia.– ¿Estás bi- -quiso decir, siendo interrumpido por una quebradiza voz.

— Ella me engañó.

El menor por primera vez desde que había llegado lo miró fijamente, permitiendo que las lágrimas empaparan sus sonrojadas mejillas y la sonrisa se mantenía intachable.

— Por cierto, hyung...¿esto es Daegu? – Habló como si nada, mostrándole al mayor la fotografía entre sus manos.

Taehyung estaba petrificado en su lugar.

¿Cómo alguien podía ocultar tan bien su dolor y hacer como si nada pasaba? Si a él le hubieran hecho algo así, ya se encontraría llorando por todos lados y maldiciendo a quien le hubiera hecho daño.

— Kookie...– Volvió a llamarle, mientras se acercaba con cuidado hasta su cuerpo tembloroso.

El menor mantenía la vista fija en aquella fotografía, como si su vida dependiera de ello. Con sus manos, Taehyung comenzó a limpiar lentamente cada lágrima que osaba a escaparse de aquellos dulces ojos que tanto quería.
En un principio Jungkook se mantuvo tenso ante su tacto, pero cuando pasaron unos cuantos segundos el menor se quebró.

Se quebró tal como un vaso de cristal, provocando que cada trozo de su alma herida dañara un poco el corazón del mayor y sin embargo, aún así sé sintiera un poco feliz de tener a ese chico entre sus brazos.

— Tranquilo...– Susurró y dio palmaditas en lo alto de coronilla, de quién estaba escondido en su cuello. – Llora todo lo que quieras...

Las manos de Jungkook se aferraron con fuerza a su espalda, empujándole lentamente hasta chocar con el borde su cama.

No se había percatado de las intenciones del menor, hasta que su cuerpo cayó abruptamente sobre su colchón y este se metió sin vergüenza alguna entre sus piernas. Sus mejillas enrojecieron y quiso pellizcarse los brazos, para saber que no era otro de sus sueños extraños con el chico.

— Jungk-

— Hazme olvidar, hyung. – Sollozó a la par que este se quitaba la gran sudadera que cubría su fornido torso. – Por favor...








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Creo que voy a terminar Ups ahora en noviembre y las otras tres, en lo que queda de Diciembre.
Además vengo a invitarlas a que le vayan a dar una leída a "Give it to me" y a "DNA" que serán dos historias en las que trabajaré en verano jeje

Ups ~ YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora