Si supieras.

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Al verte quiso gritar pero no pudo hacer más que sonreír y susurrar palabras sin razón. La coherencia que me envolvía desapareció a la vez que te sentabas a su lado. Habías vuelto sin pensar en las consecuencias, sobretodo sin pensar en ella.

Rompió su corazón al mirarte a los ojos, lamentó el pensar en ti durante demasiado tiempo y no podía permitirte endulzarla de nuevo.

Hace unos años, no dejó ganar ningún sentimiento más que el cariño y el amor, tan concentrada estaba en no dañarte que se daño a sí misma al no pensar en controlar su propio dolor. Por suerte, eso acabó.

Se permitió el lujo de basar cada pensamiento entre tus risas y gestos. No quiso crear un nuevo mundo sino seguir pisando el tuyo, y ese fue su gran error. Para su propio tormento se olvidó también de su filosofía de vida, esa que decía de que no se trataba de abandonar tu mundo ni tampoco el de ella, sino de crear algo nuevo e inigualable que fuera de ambos, caminar de la mano en un mundo por igual.

Si tan solo te hubieras dado cuenta de que no eran solo palabras, era la más bella canción escrita de amor.

Después de todo, todas las promesas que le hiciste no fueron cumplidas, nunca estuviste ahí en los momentos más simples, más dignos de recuerdo.
Ahora, ¿crees merecerle?

Sabes que ella retomó su vida, fuiste un bache en su camino hacia la felicidad pero solo causaste turbulencias. Te dio las gracias deseando olvidar el beso que le habías robado y ahora es tu turno de aceptar la derrota que tu mismo te has otorgado.

Fuiste su primer amor, el protagonista de esas cautivadoras primeras páginas y ella pedía más, solo un poco más.
Algo que, lamentablemente, no podías dar.