Si supieras.

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Hola, te escribo porque tengo que contarte algo que aún no sabes.
Sé que no hablamos mucho, y probablemente he pasado la mayoría de mi vida queriendo quererte mientras intentaba no odiarte. Es difícil.
Aveces, cuando pienso en ti, no puedo evitar llorar, porque sé que me quieres, pero no sabes demostrarlo, y la mayoría del tiempo, parece que soy tu mayor error.
Quiero pensar que no.
Quiero decirte, que hay días que me siento tan feliz, que siento que me pecho va a estallar, y me duele la cara de sonreír tanto, me siento genial conmigo misma, y la vida merece la pena, y de verdad, esos días, aunque sean escasos, son geniales.
Pero luego, hay días, que son tan oscuros como la noche, y no me apetece ver el sol, ni salir de la cama, ni verme en un espejo porque se que lo que voy a encontrar me hará odiarme un poco más ese día. Aveces, necesito la ayuda del dolor, para sentir algo que no sea tan adentro, y luego me arrepiento, y ya no me parece tan buena idea. Esto es difícil. Tengo más cicatrices que años, y creo que soy una persona demasiado joven para sentir tanto dolor, y tanto odio hacia del mundo, porque sé que en esos días, si me dieran la oportunidad de morir, no dudaría ni un segundo en decir que sí. Será que tengo un alma vieja, a pesar de tener un cuerpo tan joven, y también sé que he tenido que pasar por cosa que la mayoría de gente a mi edad no debería ni ver, ni siquiera pensar.
Aveces me hundo tanto, que pienso que todo es mi culpa, que ya no están juntos por mí, que te fuiste porque yo nunca fui suficiente.
¿Y si es verdad?
Me dolería tanto...
Vivo en el infierno desde hace tanto tiempo, que ya me he acostumbrado a quemarme con su calor sin que ni siquiera duela. Espero no ser tan horrible como mis pensamientos me dicen que soy. Y espero poder ser algo mejor en un futuro de lo que sé que soy en este momento.
Aveces me cuesta tanto seguir adelante y no rendirme.