CAPITULO 7

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*ANAHÍ*

Mi respiración antes agitada se tranquilizo, tome un suspiro y caí sobre la almohada tratando de calmar mi excitación. Me sentía completamente frustrada, es demasiada la pasión que en mi guardo, sin pensarlo más me senté, incline mi cabeza en un asentimiento para hacerle saber que estaba bien, y entonces ella solo sonrío apenada.

¿Virgen?, ¿en serio?, no es que este mal que Dulce sea virgen, lo que esta mal es que he pensado las peores cosas de ella en ocasiones pasadas, menos esto. Desde mi punto de vista, el que ella sea virgen no es malo para mi, al contrario, sin embargo no me lo termino de creer.

No es el tipo de mujer que guarda su pureza, su forma de pensar, y de expresarse me lo dice todo. Simplemente el que ella sea virgen es completamente absurdo para mi, y para ser sincera no le creo ni un poquito.

He decidido no decir nada y mantenerme al margen de su cuerpo, darle mi cariño y nada más. No puedo estar sufriendo este tipo de frenazos, es demasiado frustrante quedar con la excitación a mil, y que ella simplemente no quiera hacer el amor conmigo. Sí es virgen o no tarde que temprano lo voy a averiguar, y si no lo es tendrá que darme explicaciones de la mentira.

-¿Estas molesta?- pregunta tomando mi mano.

-No, para nada...- le sonrío mirando sus cálidas manos- Te entiendo.

-Sabes, es que mi familia es muy tradicionista.

-¿A que te refieres?- fruncí el ceño, lleve mi mano a su mejilla y la acaricie.

-Ya sabes, mi madre siempre ha dicho que hay que llegar virgen al matrimonio- bajo la cabeza y soltó mi mano- Creo que no estas dispuesta a esperar, ¿cierto?.

-¿Para hacer el amor contigo nos tenemos que casar?- pregunte incrédula.

-Son tonterías mías, Any- se ríe- Quizás algún día nos podamos llamar esposas.

Pasaba el tiempo y Dulce no dejaba de ser el misterio de mi vida, era eso que no tenía explicación. Ella me dejaba entrar hasta cierto punto y una vez allí ponía mil barreras para no dejarme entrar a sus limites.

Me he preguntado miles de veces, ¿por que ella es así?, y la respuesta viene fácil, no se fía de mi ni de nadie. Dulce es hermosa, sexy, deseada por todos los hombres, tiene un no se que en su forma de caminar, de expresarse que me vuelve completamente loca.

Hace dos noches, la encontré llorando en el baño, en silencio, no se había percatado de que la estaba viendo y sentí pena, porque no se lo que le aflige, no se por que no confía en mi. Nunca olvidare su rostro, nunca olvidare el dolor en sus ojos.

Me encontraba saliendo de la empresa rumbo a un almuerzo con Aurora y su nuevo novio, me lo presentaría hoy. Pero por cosas del destino todo cambio, me encuentro frente a frente con lo que parecía ser un enamorado de mi novia.

Lucia completamente diferente al tipo de personas que nos rodean, es moreno, con risos largos, alto, ojos verdes, delgado y con una pequeña barba adornando su rostro. Viste con un jean, una camisa negra y unas tenis bastante sencillas. 

-¿De donde salió este?.

-¿De donde salió este?

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Dulce EngañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora