Una historia llena de ambición, odio, y amor.
Dulce María, nacida en una familia de clase media alta, en lo único en lo que puede pensar es en como atrapar a un hombre adinerado el cual le de todo lo que ella desea, y cumpla todos sus caprichos. Hij...
Creo que mis ojos en éste momento se encuentran cristalizados ante el rostro serio, y sin vida de Dulce.
Cambie la mirada hacia cualquier otra parte que no sea ella. En mi a fan de distraerme, visualizo a lo lejos a una familia feliz, que consta de un hombre, su mujer y tres preciosos niños. Ellos sonríen, ríen, y platican de la forma mas animada si es eso posible.
Y aquí estamos nosotras, con un matrimonio roto en su totalidad, con un niño que apenas tiene meses de nacido, que planeamos con todas las ilusiones del mundo dentro de un matrimonio feliz.
-Creo que tienes razón, llevare hoy al bebe conmigo... pero.
-¿Pero qué?- arquea una ceja y se levanta de su silla.
-¿Estarás con Hugo?.
Sonríe y niega con la cabeza.
-¡Obvio, reina!... quiero que te quede claro dos cosas, una- sonríe y se cruza de brazos- Ya no eres nada mio como para decirte que haré y que no... dos, me temo que tendrás que acostumbrarte a verme con Hugo.
-¿Por que con mi familia?, primero Fran, ahora hugo.
Suspira y sus ojos caen en los míos.
-Los Puente ademas de ser sofisticados, adinerados... son jodidamente sexys- sonríe de forma burlona para por último tomar su bolso he irse-Te espero esta noche para que pases por Daniel.
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La mire marcharse sin mas, no pude darle una respuesta. Se perfecto que se esta burlando de mi, que se esta vengando por haber intentado una relación con Javier. Ella fallo, ambas fallamos, pero su respuesta "los puentes son sexy" va acompañado de algo mas, y eso se llama resentimiento.
Casi podría jurar que sea, lo que sea, que tiene con mi primo Hugo, lo esta haciendo por no quedarse atrás, por darme un poco de mi propia medicina. Lo peor de todo es que para bien o para mal me esta doliendo en el alma verla con él.
*Fin flashback*
-¿Tienes dinero?- sonrío a la pregunta del taxista.
-La última vez que estuve ebria, estaba enferma del corazón,.. viajar durante media hora en este taxi me hizo pensar mucho... la amo.
-Señorita usted esta ebria, dame mi dinero y se baja... ¡¿tiene dinero, cierto?!.
Estalle en una risa mientras observaba su rostro molesto. Saque una chequera y coloque en el unos cuantos ceros extras, mas el dinero que le debía.
-Tengo dinero para gastar en tres vidas, ¿sabes?- abro la puerta- Y aun asi me preocupa que la empresa quiebre.
El hombre tenia el cheque y el dinero en su mano, observaba detenidamente el cheque, mientras abría los ojos como platos.
