Plans

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Narra Lexa

Abrí mis ojos suavemente sin saber con exactitud el lugar o momento en el que me encontraba, lo primero que percibí fue la dulce comodidad desconocida de la cama en la que estaba durmiendo mas no me detuve a disfrutar de aquello puesto que un Steve Harrington dormitaba centímetros, a mi lado, vistiendo tan solo unos jeans, los mismo jeans que llevaba puestos la anterior noche, jeans que al verlos trajeron a mi mente como ráfagas los tétricos recuerdos que quedaban de lo que había sido una huida de mi zona de protección sumado a un sentimiento de decepción y humillación. Le mire con sigilo y no me atreví a moverme, realmente era Steve Harrington, realmente estaba allí, me había ayudado y ahora sabia al menos la mitad de lo extraña que era mi vida, sin dudas había pasado de ser la persona mas detestable del pueblo a la persona no tan detestable, Billy había tomado su lugar ahora. Tan solo hizo falta de unos segundos para que mi mirada atenta le despertase, sus ojos parpadearon un par de veces intentando acostumbrarse a la luz y luego apenas giro su cabeza en mi direccion.

─Eh... Ah ¿Que paso? ¿Te encuentras bien? ─Dio un salto brusco buscando reincorporarse lo que me hizo alejarme algo asustada, en sus ojos tan solo se reflejaba una extraña preocupación que yo no lograba entender con exactitud. ─Lo siento, no quise intimidarte ─Rasco su nuca y sus pupilas marrones dejaron de verme por un momento.

─Estoy perfectamente, Steve ─Respondí en un susurro cuando el pego otro sobresalto al ver el reloj en su mesa de noche junto a su cama, este marcaba que eran exactamente las diez de la mañana.

─¡Diablos! Me he quedado dormido, lo siento ─Maldijo y milésimos mas tarde ya se encontraba de pie rondando por aquella espaciosa habitacion, hice lo mismo, con la diferencia de que yo no tenia que vestirme con tan solo encontrar mis zapatos estaría feliz. ─Debes tener millones de preguntas ahora mismo, pero tienes que saber que no te haré daño. Puedes quedarte aquí si deseas, todo el tiempo que tu quieras, pero debo irme al instituto. Ya sabes, el ultimo año. ─Agrego con rapidez pero tomándose un tiempo para observarme de reojo, me asegure de que mi rostro lograse lucir lo suficientemente neutro como para no denotar lo que en ese momento pensaba, lo loco que todo parecía en mi cabeza y lo loco que sonaría si lo repetía en voz alta.

Gracias al cielo acababa de encontrar mis tenis.

─Gracias Steve. Te acompañare, tal vez yo... ─ Me detuve cuando sus ojos hicieron contacto directo con los míos, sabia lo que quería decir con tan solo haber pasado horas junto a mi de las cuales mas de dos habían sido dormidos. Era demasiado evidente.

Salí justo detrás de él en silencio al igual que en todo el trayecto al instituto al cual no nos tardamos en llegar pero que fue el momento justo como para ver como el joven al que yo buscaba y la muchacha Nancy se marchaban en el viejo vehículo de mi amigo saltándose probablemente mas de dos clases. Ambos permanecimos en el auto de Steve, observando con desgano la situación, solitariamente podía afirmar que en mi interior sentía la deshilachan de Steve al ver a Nancy irse con Jonathan pero no era tan fuerte como la angustia que se había generado en mi interior y que tuve que tragar para no quebrarme de valor frente a aquel castaño. Era como si tuviese un hueso de pollo atorado en mi garganta. Steve suspiro notablemente y su rostro se apago al momento en el que sus ojos dejaron de mirar el horizonte.

─Lo siento... Se que no querías ver eso, Jonathan y tu se ven... veían muy unidos, pero esa es su verdad ahora ─De un momento a otro el apenas giro para encontrarse con mis verdes ojos, varios mechones largos de mi cabello cayeron sobre mi rostro al hacer lo mismo con desentendimiento.

─ ¿Su verdad? ─Cuestione con firmeza mientras que en mi rostro se formaba una extraña mueca torcida.

─A millas se nota que Nancy y Jonathan tienen... Esa química tan extraña ─Refunfuño él con odio, quería hablar pero mi mueca de indignación no me lo permitía en aquel momento. Estaba tan furiosa con Steve en aquel momento que no me percate de que realmente él no era el problema, ni sus palabras.

─Creo que lo he notado ─Inhale para no tartamudear cuando el joven volvió a reposar su espalda en el asiento de su auto.

─Mejor vamonos de aquí, yo invito el desayuno, olvidémonos de todo esto ─Propuso a lo que dudosa negué con mi cabeza.

─Es mejor que no, necesito pensar en todo esto, sola al igual que tu. Pero nos volveremos a ver, te lo aseguro─ Comente saliendo de aquel auto y viendo a Steve desde la ventanilla baja de su auto apenas sonreí. ─Gracias.

─Solo mantente lejos de Billy, conozco a los tipos así ─Dijo antes de que yo pudiese asentir y con media sonrisa en el rostro comenzase a caminar.

Era mas que evidente que no pisaría la casa de Hopper, no aun. Tenia mejores planes y sabia que varios eran consecuentes.

Demons in Your Head [Jonathan Byers] #LibrosTinieblas2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora