DIECISIETE

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Desperté.

Mis ojos se iban aclarando cada vez más tratando de enfocar todo a mi alrededor. Me parecía familiar el lugar...

Aún me encontraba en el hospital.

Me enderecé y, una vez que mi vista mejoró, me senté al borde de la cama observando mis pies.

Me llevé las manos a la cabeza. Me iba a explotar. Me punzaba horrible.

Al sentarme, me dediqué a observar mi entorno. Cuando por fin pude ver mejor, vi una silueta muy familiar a los pies de la cama.

De pronto, recordé lo que había pasado...

Isaac.

Fue a la última persona que vi cuando me desmayé.

Estaba parado ahí, observándome.

Entré en pánico y comencé a gritar como loca desquiciada...

— ¡Ana! Porfavor escúchame.

— ¡AYUDA! ¡PORFAVOR!

— Ana, te lo pido. No soy lo que crees... yo...

— ¡ALGUIEN! — seguía gritando tratando de llamar la atención para que alguien viniera.

— ANA

Me paralice cuando escuché gritar a Isaac.

— Tienes que escucharme. Esto no es lo que parece. Algo me pasó y hay historia detrás de esto. Ahora, Ana, ¿vas a escucharme?

Sus ojos me miraron fijamente, pero no estaba enojado, estaba preocupado y sus palabras sonaban sinceras.

Me daba miedo lo que iba a escuchar pero necesitaba respuestas a este revoltijo de situación.

Decidí escucharlo.

— Habla... pero lento. Necesito escuchar todo — dije desviando mi mirada. Aún me costaba verlo a los ojos.

— Está bien...

Y comenzó a contar su historia...

"A los 13 años, tuve un accidente..."

Cuando La Luz Se Vuelve OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora