TRES

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Un fuerte jalón me hace abrir los ojos, era Isaac tratando de despertarme y cuando finalmente lo logró, pude notar como su expresión de angustia poco a poco se transforma a una de alivio.

¿Qué habrá pasado? Oh no, de seguro me vio hablando sola mientras duermo o aun peor... Ay Dios. ¿Habré dicho mi más íntimo secreto de que Isaac me gustaba? Si era así, estaba jodidamente jodida.

— Wow Ana, tienes el sueño muy pesado.- me dijo alargando la palabra "muy" mientras sonreía tan encantador como siempre. Esos dientes tan blancos. Apuesto a que en el lugar más oscuro de todos podría iluminarlo con tan solo su sonrisa.

— Sí, no eres el único que me lo dice.— Por un momento me pierdo en sus ojos con un color café muy profundo. De repente recuerdo que Isaac me había despertado y que me tenía angustiada la idea de para qué— Um... ¿Qué pasa? ¿Para qué me despertaste? ¿Ya llegamos tan rápido?

— No no, lo que pasa es que te oí diciendo unas cosas y...

— ¿¿Q-qué?? Y-y ¿¿Qué escuchaste??

— Tranquila Ana, es solo que me preocupe porque estabas sudando y parecía que estabas teniendo una pesadilla horrible y muy amarrada a tu mente porque intentaba despertarte por varios minutos y no dabas señal de que me estabas escuchando.

Reacciono y rápidamente me toco la frente. Está mojada.

Ay no, al parecer era ese sueño que tanto me aterrorizaba durante todo un día. No sabía qué podría significar.

Finalmente aparté mis ojos de los suyos recordando lo horrible que estaba soñando.

— ¿Te pasa algo?— Isaac volvió a tener esa expresión preocupada en su rostro y yo lo volteé a ver muy sorprendida por su preocupación- Puedes contarme tu sueño si quieres.

Abrí mi boca para decir algo pero no lo hice, no sabía si debía contarle lo que veía en ese sueño. No sabía si me entendería o simplemente si me tiraría de loca. Decidí no decirle.

— Pues...— miré hacia otro lado intentando pensar. Vamos Ana, no debe ser tan difícil encontrar una ingeniosa excusa.— No es nada interesante, solamente tuve un mal sueño.— Bravo cabezotas, creo que hubiera sido mejor que le dijeras que tu sueño fue de lindos unicornios y mariposas.

— Ah, okey... Pero si necesitas algo no dudes en decirme, ¿si?— Y para acabarla de joder, has hecho que tu oportunidad de hablar con el chico que te gusta en secreto se arruinase. ¿Qué sigue? ¿Fingir que no existes para que no pases ridículo frente a él? Aunque... Ahorita que lo pienso... no es tan mala idea.

No. Alto. No pienses ridiculeces Ana, debes ser positiva. Ahora es tu oportunidad. Venga.

— Bueno... ahora que lo mencionas... Sí, quisiera contarte mi sueño

-¿Enserio? Okey. Sea lo que sea juro no burlarme.

— Gracias.— Sonrío y prosigo- Para mi fue una pesadilla horrible. Estaba corriendo, parecía que mi vida dependiera de ello. Sentía como mi respiración se me hacia cada vez más difícil de controlar. Cuando finalmente volteo, me encuentro cara a cara con una figura muy escalofriante. Sentía... Angustia, desesperación, pánico, miedo... Lo mas terrorífico de todo era que esa figura me advertía de algo, decía que cuidara de los míos y de mí. Finalmente la figura se fue y yo desperté muy muy asustada y sudada. Esto fue lo que volví a soñar antes de que me despertaras. Es horrible soñar lo mismo dos noches seguidas ¿no crees?

Noté como su rostro expresaba miedo y preocupación. Me angustié.

— ¿¿Isaac?? ¿Te encuentras bien?

— Ana...— me dijo con voz entre cortada

Parecía que iba a hablar pero sus palabras no salían de su boca, me preocupaba, no sabía qué sucedía. Me intento acomodar en el asiento y decido insistirle.

— ¡Isaac! ¡Contesta, me preocupas!

— Ana...— volvió a repetir, solo que esta vez me miró a los ojos—. Y-yo...he tenido el mismo sueño que tú desde que tengo memoria.

¡¿¿PERO QUE...??!

Cuando La Luz Se Vuelve OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora