— Bueno... es un poco difícil de explicar... — le dije intentando pensar cómo iniciar la conversación más complicada de mi vida con mi papá.
Me tardé un poco pero le expliqué todo, desde el sueño que tuve y hasta lo que acababa de pasar. Esperaba que me apoyara pero...
— ¡¿Estás loca?! — expresó. — Fantasmas, sueño raros, mujer muerta... ¿Qué pasa contigo, hija? ¡Todo eso no existe!
— Yo también pensaba que no existía nada de eso pero... todo esto es real, papá. Si no lo es, explícame entonces lo que hace un momento te acaba de pasar.
— Pues... — dudó — em...
— ¡¿Ves?! — dije probando mi punto.
— Bueno... está bien. No tengo como responder a eso pero no quiero discutir ahora contigo — dijo firme y luego intentó cambiar de tema. — ¿Dónde está Isaac?
¡Isaac!
¿Dónde rayos se metió?
— De hecho... no lo sé... — dije intentando pensar en algún lugar. — Solo recuerdo que dijo que iba a buscar a la doctora como pretexto cuando... tú o esa cosa o quien haya sido me atacó.
— Deberíamos ir a buscarlo. Vamos, Ana. — tomó mi mano dirigiéndome a la salida del cuarto — No debe estar lejos.
Salimos y comenzamos a recorrer el pasillo en busca del chico perdido.
Todo estaba oscuro. Al parecer en el hospital ya todos estaban dormidos y las luces ya habían sido apagadas. Pero entonces veo una luz, era luz de una linterna y sabía que pertenecía a uno de los guardias que vigilaban el edificio para verificar que ningún paciente se haya salido de su habitación.
Rápidamente tomé a mi padre de su mano y lo jalé a la puerta del sótano que estaba cerca la cuál, por alguna razón, estaba abierta. Y no debería estarlo ya que se suponía que las enfermeras ya lo habían cerrado.
Entramos a toda prisa y cerramos la puerta. Pegué mi oreja a la madera vieja de esta y escuche al guardia alejarse.
Volteé y me di cuenta que la luz estaba encendida. Veo al suelo y me doy cuenta que hay papeles y folders tirados por todo el cuarto.
Miro a Isaac que está parado checando un folder amarillo. Me acerqué a él esperando que estuviera bien o... esperando que fuera él.
— ¿Isaac? — digo.
— ¡Ana! — dijo mirándome al percatarse de mi presencia. Decido verle los ojos para corroborar que sea él y si lo es pero... está alterado. — Sabía que me encontrarías aquí. Debemos irnos pero tenía que buscar mi folder del hospital pero... Ana... ¡no lo encuentro! — Su voz y respiración estaba agitada — ¡NO ESTÁ! DESAPARECIÓ Y DE SEGURO FUERON ELLOS...
— Isaac... Cálmate — dijo mi padre en tono pacífico. — Ana me contó todo y... — volteó a verme y bajó la mirada pensativo para después volverla a enderezarla viendo a Isaac a los ojos, quien era un completo desastre — le creo y por eso, también te creo a ti. Vamos a encontrar las respuestas que buscas.
— Lo haremos — agregué. — Te lo prometo.
Isaac solo nos miro a ambos y nos sonrió.
— Perdón por tanto alboroto. Es que yo...
— No te preocupes — dije dándole una sonrisa — no pasa nada. Pero, ahora, hay que irnos o los demonios volverán a buscarnos. Al parecer, quieren llevarme. Desde que llegué aquí, han intentado capturarme. Me necesitan pero, no se para qué.
— Entonces, con más razón hay que movernos — dijo papá. Tomó mi mano y ya todos nos dirigíamos a la salida del sótano cuando recordé...
— Esperen.
Me dirigí al archivero metálico y busqué el folder que necesitaba encontrar.
Por fin lo hallé.
Leo el nombre de la persona para estar segura de llevar el indicado.
NOMBRE: Luna Lili Dill
— Listo. Vámonos.
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Cuando La Luz Se Vuelve Oscuridad
Mystère / ThrillerImagina que estas en medio de una habitación, una muy oscura. Lo único que tienes es una vela a punto de apagarse por la fuerte brisa del aire entrando por alguna parte de ese cuarto. Finalmente, se apaga. ¿Ahora que harás? No tienes a nadie quien...