Capítulo 3 "El despertar".

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POV

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POV. Lectora.

Afortunadamente, el impacto no fue como lo esperaba, más bien, ¡no hubo tal impacto contra el suelo! Solo sentí que mi espalda reposaba en los húmedos pastos de un campo.

Al tomar consciencia de mi —posible— ubicación, lentamente abrí los ojos esperando contemplar la oscuridad del supuesto cielo.

Pero... ¡Me equivoqué! el cielo no era oscuro, ni vacío, ni nada por el estilo. Más bien... era un cielo claro y soleado, acompañado de delicadas nubes y un sol resplandeciente en lo alto. «Que hermoso».

Me sentí —en paz— en ese momento, todo era tranquilo y relajante. Pude apreciar el cantar de las aves, sentir las suaves oleadas de viento que acariciaba mi rostro y deleitar el agradable aroma del verano.

Miré hacia el horizonte para saber si había alguien a mi alrededor, no obstante, me distraje con la variedad de flores y uno que otro árbol. Rápidamente parpadeé al no creerlo. Sin duda, este lugar es... perfecto.

Inhalé y exhalé el relajante aroma de las flores, sólo quería estar ahí y descansar. «¡Estoy viva!».

Y como toda chica curiosa, quise explorar y conocer el lugar. Con la ayuda de mis brazos, apoyé mis codos en el césped y me levanté sin dejar de contemplar el paisaje.

Mis ojos brillaron al notar unos pequeños charcos de agua cristalina, dejando entender que había llovido anteriormente «con razón el césped estaba un poco húmedo»; pero, a decir verdad, no me importó la humedad. Apoyé mis manos en el suelo húmedo para sentarme más a gusto; y, tras recuperar mis fuerzas, estiré mis piernas y puse mis pies firmes contra el césped, con el fin de pararme.

—La maravilla que ven mis ojos —susurré pasivamente tras ponerme de pie sin dificultad alguna. «Este es un sueño hecho realidad», y si que lo era, más bien, todo era como—... Un cuento de hadas.

Y una fantasía cruzó por mi mente, «¡lo tengo que hacer!» y no lo pensé dos veces, con la fuerza que me quedaba, empecé a correr  y disfrutar del recorrido «¡que hermoso!». Una sonrisa se dibujo en mi rostro y no tardé en soltar una que otra risa mientras alistaba mis cuerdas vocales para satisfacer mi deseo.

—¡Soy feliz! —grité con toda mis fuerzas y energía. No pude evitarlo, siempre quise gritar así de alto, sin miedo al ¿qué me dirán?—. ¡Soy muy feliz! —nuevamente grité y empecé a reír mientras daba vueltas en mi eje y estiraba las manos hacia el hermoso cielo azul.

«Un momento... ¿Qué le paso a mis manos?» sin parpadear por el asombro, quedé boquiabierta al notar que mis manos habían cambiado «¡¿qué mierda me ha pasado?!». Bajé la mirada para ver mi cuerpo y noté que también había cambiado drásticamente. «¡Oh... por... Dios!» no pude creérmelo, «¡¿Qué me paso!? ¡¿qué pasó con mi ropa?! ¡Este vestido no es mío!». Con nerviosismo, toqué mis muslos cubiertos con ese vestido que traía puesto, sin duda era viejo y largo, y de un color verdoso que no era de mi agrado. A decir verdad, no tenía palabras por lo sucedido.

Hasta el último latido. |Levi x Reader|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora