Recuerdo que...
Todo empezó por un sueño...
Un sueño que resultó ser una pesadilla...
Y a veces quisiera rendirme...
Pero sé que él me quiere con vida...
Y es ahí cuando recuerdo que debo seguir...
Para ser esclava de mis sentimientos...
Ya q...
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POV. Lectora.
Una sonrisa no tardó en llegar, era magnífico la noticia, pero deje de sonreír al recordar lo feo, el que era de la sangre real seria comido por Eren, y no, no me refiero a lo delicioso, sino literalmente.
Al terminar con la reunión, cada uno de los presentes fueron a sus viviendas, pero nosotros, tuvimos que descansar en este mismo lugar, nos dieron algunas cobijas y demás cosas, para descansar... finalmente descansar. Ya recostada en el piso con mi colchita, cerré los ojos para ya dormir y así despertar en mi otro cuerpo, era agotador, pero era lo mejor para los eldianos.
El amanecer no tardo en llegar, y los rumores de un nuevo comienzo se escuchaba por varios lugares, la esperanza de ser libres se notaba, podría ser finalmente la liberación de los eldianos.
...
Dos días pasaron desde que estamos dentro, y todavía no hay rastro de lo que buscamos, solo diría eso, pero últimamente me siento vigilada, y si, por el capitán, cada vez lo estoy notando más y se siente incómodo, ya ni dormir tranquila puedo.
Con el cuerpo cansado, agotado y con estómago vacío, se dio con la retirada de la zona de internamiento por no encontrar lo que se quería, aunque recibimos el consuelo de que nos dirían cuando volviéramos... si es que lo hacemos.
Sentada en alguna parte de la embarcación que iba de retorno me puse a pensar en las cosas que pasaron, y lo peor es que ni siquiera es sobre la misión, sino de la vigilancia, y peor me sentí al saber que Louse y Holger estaban algo cerca de Eren (quien su melena era mas larga que la mía)... y yo, ya no podía sentirme tranquila, estaba llegando a mi limite.
Ya devuelta, fuimos recibidos por los soldados, afortunadamente nos dieron 3 días de descanso, no sin antes hacer una reunión... una larga y aburrida reunión.
—Me quiero morir —comenté malhumorada mientras esperaba sentada en la sala de reunión, de un golpe deje caer mi rostro a la mesa de forma dramática, tampoco había nadie, así que no importó. Aburrida mire de costado hacia la puerta cerrada, pasaría unos 5 minutos para que alguien entrase así que podía dormir un poco... O eso creí.
—Curioso verla acá temprano. —Me levanté de golpe a saludar al darme cuenta de que entro el comandante Erwin.- Pensé que se daría una ducha antes de venir.
—Disculpe mi atrevimiento Comandante Erwin, pero preferí estar aquí antes —me excuse apenada, ya que para ser sincera, quería bañarme con calma después.
—Entiendo entiendo —mencionó mi superior tras cerrar la puerta y sentarse en su lugar correspondiente, vi como ojeaba los papeles que estaba en la mesa, que de seguro eran los informes—. ¿Y como te fue en la misión? —me cuestionó sin dejar de ojear los papeles.
—Eh... bien creo, aceptable —respondí entre dudas, ya que ni siquiera yo lo sabia, tampoco había ayudado tanto como creí, me sentía como un bulto de carga.
