Capítulo 29 "Falsa verdad".

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POV

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POV. Lectora.

Pasaron 2 semanas desde que me dieron el cargo de instructora, y puedo decir con orgullo que me fue perfectamente, y se siente bien saber que soy bastante buena en algo.

Me estaba alistando mientras pensaba en la instrucción que hoy se daría, sería algo interesante, pero más interesante fue cuando estaba llegando al campo de entrenamiento, ya que recibí un informe de que el instructor Shadis, llegaría en la tarde, y ni solo...vendría acompañado de...

—¿Es neta? ¿Ackerman? ¿Kenny Ackerman? —me cuestioné aún teniendo la respuesta frente de mis ojos—. Pero si él está encerrado. —Sin duda no podía creérmelo aún.

Con la mente hecha un lío, fui al campo de entrenamiento y di inicio con la instrucción, sobre ejercicios de estiramiento. Mientras tanto andaba en la sombra nuevamente pensé en Kenny, y a la vez en Vanko, ellos dos necesitan hablar.

«¿Kenny vendrá de paso? ¿cuánto tiempo se quedará? ¿Cuándo volverá Vanko? ¿podrán encontrarse?». Cantidad de dudas pasaban por mi cabeza, ¡y lo peor es que no podía evitarlo! Porque de alguna forma me siento culpable de que Vanko se uniera a la legión de Reconocimiento y no a la Policía Militar como él tenía planeado.

Las horas pasaban hasta llegar al medio día... tarde... hasta la noche, y aún no llegaban; cosa que me preocupaba, más si se trata de Kenny Ackerman, quien mataba sin dudarlo.

Eran las 20 horas, y yo aún estaba afuera del cuartel esperando, caminé en círculos pequeños, di vueltas mientras pensaba en el porqué podrían tardar.

Levanté el rostro al sentir como algo se acercaba, ese sonido podía reconocerlo, se acercaba un carruaje ¡no uno, eran 3! Sin dudarlo fui a mirar de cerca y los carruajes pararon en la entrada del cuartel, finamente habían llegado.

—Bienvenido Instructor Shadis —le saludé cordialmente cuando bajó del carruaje del medio, él simplemente asintió y luego espero que alguien más salga de este, Kenny Ackerman, quien salió y lo primero que miré eran las muñecas esposadas, al igual que sus tobillos.

Vestía de prendas viejas, sucias, y que decir de su rostro, parecía de muerto en vida, deje de verlo cuando me miro a los ojos, con arma en mano, habían guardias quienes vigilaban al Ackerman, y di paso para que entren al cuartel, hasta lo más abajo, en donde había unas pequeñas celdas, en donde Kenny pasaría la noche.

Todo estuvo silencioso, nadie hablaba, nadie opinaba, y me fue incómodo estar adelante, y peor fue cuando abrí la celda del fondo. Me hice a un lado para que ingrese el castaño. Ya dentro, le sacaron las esposas. Los demas se estaban yendo, y yo, estaba cerrando la celda, puse las llaves en mi bolsillo, y me dirigí hasta la salida, estaba por irme, pero una algo se me vino a la mente, la duda que tiene Vanko, sobre Kenny.

Preguntar no estaría mal, pero de alguna forma Kenny me intimidaba, con su cara de pocos amigos, ni ganas me daba de hablarle.

—Que descanse —le dije mientras lo miraba para luego abrir la puerta, quería irme de una vez.

Hasta el último latido. |Levi x Reader|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora