Recuerdo que...
Todo empezó por un sueño...
Un sueño que resultó ser una pesadilla...
Y a veces quisiera rendirme...
Pero sé que él me quiere con vida...
Y es ahí cuando recuerdo que debo seguir...
Para ser esclava de mis sentimientos...
Ya q...
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POV. Lectora.
...
—¡YMIR! —gritó Historia al ver que su amiga me acompañaba. Era obvio que me iban a reclamar la tardanza y cuestionar cómo traje devuelta a Ymir, sobre todo los superiores. Según lo que escuché, Historia se había convertido en Reina hace un día, debo admitir que le quedaba bien la corona. «Todo se solucionó mientras yo no estaba» resumí la situación.
Me fue conmovedor verlas abrazándose, me hacia sentir tranquila por todo lo que tuve que vivir. Ha pasado más de una semana que me había ido a Shiganshina, ahora me encuentro en la capital, Mitras. Valió la pena la tardanza, traje conmigo los libros del exterior más a Ymir devuelta.
Hace unos momentos entregué los libros al comandante Erwin, él estaba feliz aunque no lo dijera, lo podía notar en el brillo de sus ojos. Y para festejar mi llegada me di una ducha refrescante y vestí unos pantalones oscuros más una camisa blanca acompañado de unas botas negras, me quedaba algo grande, pero no importa, luego pedí a Connie que me guiara a la cocina, realmente estaba hambrienta pero pude satisfacer mi estómago.
—¡Traquila! —protestó el calvito que me miraba comer pan—. ¡Ya te pareces a Sasha!
Reí por su comentario, ya que no estaba comiendo así de rápido y feliz porque tenía hambre, sino, porque podría ver y hablar con Levi ¡Eso es lo que más me emocionaba!
Si, nuevamente me agarró el optimismo, sonará loco pero tengo que intentarlo, ¡intentar que Levi me enseñe personalmente a usar el equipo tridimensional! «Al parecer, la semana fuera de las murallas hizo que me familiariza con esta realidad».
Todo en mi mente era color de rosa, hasta el llegar de un soldado; informándome que tenía que asistir a una reunión.
Al llegar al sitio indicado, me sentí una miserable mosca por la cantidad de superiores, la Reina, el Comandante en Jefe, Darius, los Comandantes Erwin, Nile y Pixis, mi querido Levi y Hanji, más los miembros de sus escuadrones entre otros. «¿Y Armin? ¿Qué paso con él?» esa era mi duda tras darme cuenta de su ausencia en la sala.
Agradezco de todo corazón a Connie por hacerme una seña indicándome que me siente a su lado, al hacerlo, no se tardó en dar inicio la —reunión— esa.
—Estamos aquí reunidos para tratar sobre un tema importante —comunicó el superior Darius—, soldado Ackerman, dé su informe de lo sucedido.
—Con su permiso —pidió Michosa tras levantarse y alistar unos papeles, —muchos papeles a decir verdad—
