Mai Ding -An Ziyan, el amor continúa

Un nuevo sentimiento y un beso

Ya habían pasado mas de cuatro meses y Mai Ding se sentía cada día mas acoplado a la situación actual, nunca había abandonado el hecho de llamar a su madre, lo hacía religiosamente cada dos días. Eso si, no importaba cuanto ella le rogara y sollozara, él nunca le dijo donde se encontraba, el cada día estaba mas seguro de la decisión que había tomado. Su madre tenía prohibido mencionarle siquiera una noticia de China, por eso el desconocía que An Ziyan seguía aún en su procura.

Mas allá de lo bien que se había aclimatado a su trabajo, su vecindario y sobre todo ha su amigo Tan,éste se había convertido en el puntal de su sobrevivencia en Bangkok, a pesar de todo, cada día antes de dormir pensaba en aquel hombre que había decidido alejarlo de su vida. Mai Ding en realidad era capaz de demostrar que era un hombre fuerte, feliz, capaz de superar toda controversia, pero solamente él sabía del dolor que cargaba sobre su corazón y como cada día era peor el sentimiento de abandono generado por An Ziyan. Él había decidido que nada mas en la vida podría hacerle bajar su cabeza, nada podría ya romperle su corazón, es que su corazón había quedado hecho trizas y pisoteado en aquel café de su país.

La tarde amenazaba lluvia y la cantidad de clientes en su lugar de trabajo no era mucha, podía sentarse a descansar sus doloridos pies, solo habían algunas parejas de turistas y un par de lugareños por eso no prestaba mucha atención hacia el salón del restaurante.

-"Mai Ding alguien te busca" dijo de repente su compañero de servicio y señaló con el mentón hacia una de las mesas que daban hacia atrás de unas mamparas de mimbre bellamente adornada con plantas naturales.

-"¿Quién es?" preguntó al muchacho que le avisó de la persona que lo buscaba, éste alzó ambos hombros en señal de desconocimiento.

-"Bien, ya voy" dijo bufando, se levantó y caminó lento hacia el lugar indicado. Al sortear la mampara vio un hombre de espalda perfectamente vestido y con el cabello hermosamente arreglado, por un segundo quedó helado, era él, cómo era posible que estuviera aquí, de que manera había dado con Mai Ding, ya se sentía dando pasos hacia atrás cuando el hombre giró su rostro y le mostró una de las mas hermosas sonrisas que Mai Ding había visto en su vida. Por un momento creyó claramente que An Ziyan estaba sentado allí, pero no, no era su ex amante, era su actual amigo Tan, tan prolijamente ataviado que a Mai Ding se le escapó un suspiro que por suerte solo él lo percibió. Levantó la mano indicándole a Mai Ding que se acercara y se sentara con él,

-"Hola Tan, perdóname pero no puedo hacerlo"

-"Por favor , si, siéntate por un segundo, na na" esa forma de suplicarlo lo tornaba tan tierno que Mai Ding se derretía parado allí, si el chico de gafas no hubiera sido persistente en su postura seguramente terminaría sentado con el cliente y posiblemente sería despedido.

-"Lo siento realmente Tan, no se me permite, pero luego que termine mi turno puedo salir contigo si aún lo deseas" Mai Ding lo único que quería era ir a dormir a su cama, pero tendría esta atención debido a la amistad profesada por el joven Tan.

Tan fue muy feliz con las palabras de Mai Ding, asintió con la cabeza y le prometió que estaría quince minutos antes de que saliera para esperarlo y poder compartir algún tiempo juntos.

"Ok, ¿quieres que te traiga algo?"preguntó amablemente Mai Ding, y miraba su hermosos ojos y se perdía en ellos, al tiempo que se abofeteaba mentalmente, porque estaba siendo infiel a su amor. No pensaba que le era infiel a An Ziyan porque este había cortado todo vínculo, pero si se sentía infiel a sus sentimientos que durante todo este tiempo nunca había menguado ni un poco.

Pero que era este sentimiento que sentía por Tan, no era amor obviamente, pero sentía que el muchacho tailandés le atraía, le gustaba. Mientras Mai Ding divagaba en sus pensamientos Tan le miraba gracioso por la cara que dibujaba aquel camarero, que por cierto, Tan creía que era muy simpático y bastante guapo.