Capitulo22 { 9 }

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Narra Pablo.
Ali estaba mirando el mapa con cara extraña, seguro que no entendía nada. Me miró y me sonrió. Sin evitarlo sonreí también y volví a mirar la carretera.
Me había dado cuenta de como cambiaban las cosas su sonrisa. De como me había cambiado ella.
Cuando la conocí descubrí como era, y yo cambié al ritmo del mundo.
Nunca quise enamorarme de ella. Pero parecía que cada vez que sonreía, mi vida era un poquito mejor. Que aunque fuera un día lluvioso, ella sabía que hacer, sabía como bailar bajo la lluvia. Como sí después de esa lluvia no hubiera nada más, ni hubiera un mañana, como si no volviera ha sentir la lluvia sobre su piel nunca más.
Había descubierto que en las noches claras de primavera, lo más bonito era contar todos y cada uno de los lunares de su cuerpo. Contarlos una y otra vez, para vigilar que no faltara ninguno, que ninguno se escapara, y recordar el lugar exacto donde estaban.
Había visto como si yo me caía, ella caía conmigo y ella era la primera en hacerme levantar.
Había sentido lo que nunca más había sentido por nadie. Sentía que sus dedos encajaban de un forma perfecta con los míos, como si fueran dos réplicas iguales. Sentía como si ella lloraba, mi corazón estallaba en mil pedazos. Y sentía como se recomponía con cada beso.
Y quizá eso es lo que busca todo el mundo, una media naranja, una persona con la que compartir todos los días de invierno entre mantas. Compartir los de verano entre arena. Los de otoño entre hojas y los de primavera entre flores. Aquella persona que hubiera nacido por ti. Esa persona que tuviste que esperar largos días, hasta que llega, sin darte cuenta. Aquella que escucha tus problemas a cambio de que no la mires con los mismos ojos que a las demás. Esa por la que no duermes por miedo a perder. Esa te se te pasa por la cabeza más de 38 veces al día. Esa a la que no le susurras más "te quieros" porque el día no tienes más horas.
Esa persona que tuviste delante todo el tiempo y nunca pensaste que sería ella por quién perderías más el orgullo que la ropa. Esa por la que luchar más.
Esa persona, ese sentimiento que te hace mandar todo a la mierda para volver cuando discutís. Que te hace mejor persona. Que te enseña a ir bien.
Y pasaste de ir a tope, pasaste de fumarte el tiempo en mierdas a sonreír por estar cada jodido momento a su lado.
Y ella, que nunca a probado tu moto, es la que te enseña a frenar, a ver como puedes tocar tus sueños, como llegar a alcanzar lo más alto. A detenerte y ver cada flor que hay en el camino.
Y cada despertar a su lado, es mejor que despertar junto a la playa.

-Pablo, no entiendo el mapa.-Dijo mientras lo giraba.
-No pasa nada, Ali. Llegaremos igual, además mira que atasco hay. - Suspiró echando un vistazo al atasco y me miró sonriente.
-Pablo, ¿puedes contarme más historias? Como la de la luna, de esas que te contaba tu abuelo. Por favor. -Suplicó.
-Claro que sí princesa.

*Historia contada por Pablo*
Hace años, muchos años, siglos, en una pequeña ciudad de China, ahora olvidada vivía una mujer China con su marido, también chino.
Allí, era, por entonces, costumbre tener varias mujeres. La mujer pensaba que su marido, del que estaba enamorada, salía también con otras mujeres siguiendo la costumbre china.
Y pasaban los años. El marido, no pasaba casi tiempo en casa, y el salario que llevaba a casa era mínimo. La mujer se preguntaba donde estaba su marido, si estaría con otra mujer a la que quisiera más que a ella.
Un día, años después, un joven llegó a la pequeña casa donde vivían. Allí solo estaba la mujer, ya que el marido había salido temprano, como hacía todos los días.
Entonces el muchacho le dijo que su marido había muerto, que había estado trabajando en la montaña cuando una roca se desprendió.
La mujer echó a correr hacia la montaña, en busca de respuestas, ya que su marido trabajaba en el pueblo y no en la montaña.
Cuando llegó a la única cueva de la montaña, se encontró con un vestido, hecho con rosas rojas.
Había un cartel a los pies del vestido que decía:
" Este vestido es para ti, mi vida. Esta hecho con 9999 rosas. Todas y cada una para tu precioso vestido. Te amo"
El joven, que había salido corriendo detrás de la mujer, le explicó que ese vestido era para ella, que lo había terminado esa misma mañana, y que iba a buscarla cuando una roca se desprendió y que él había estado vigilando el vestido mientras su marido trabajaba.
La mujer echó a llorar, había estado desconfiando de su marido mientras él le estaba haciendo un vestido con 9999 rosas. El nueve es, en China, el número de la eternidad.

*Fin de las historia contada por Pablo*

Una lágrima cayó por la mejilla de Ali.
-No llores Ali, es sólo una historia.
-Pero es tan bonita. -Dijo secándose una lágrima
-Sabía que te iba a gustar. -Dije.-Abre la guantera. -Añadí.
Ali abrió la guantera y sacó de ella una caja de madera con un nueve dibujado en rojo. Le pedí que abriera también la caja y de ella sacó dos collares. El primero que sacó fue la "P" de Pablo, que estaba en un cadena de plata.
-La "P" es para ti. Y la "A" para mi.-Le dije.
Emocionada, se puso el collar con la "P"
Y me colocó a mi la mía aprovechando el atasco
A ella le quedaba más ajustada al cuello, como a ella le gustaba. En cambio la mía era más larga, me llegaba por el ombligo.
-Pablo, eres lo puto mejor. -Dijo ella con lágrimas en los ojos.
-Oh vamos Ali, ¿por qué lloras?no llores por favor, o lloraré yo también.
-Pero Pablo, es que eres lo mejor que tengo en este mundo.
-Ali.-Dije.
-Dime, Pablo.

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Hoola :) ¿Qué tal estáis? Bueno espero que bien y que os haya gustado el capítulo. En el próximo capítulo se verá que le quiere decir Pablo a Ali, ¿qué pensáis que puede ser?
¿Qué os parecería un cambio de título? ¿Os gusta que meta las historias del abuelo de Pablo en el capítulo? Por fis, comentad respondiendo a estas preguntas :) Aunque no comenta mucha gente jajaja, pero gracias a todos los que comentáis y votáis, no podría sin vosotros, os quierooo <3
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Besitooos

Nos vemos en la luna (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora