Capítulo 006

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    "Yo sé cómo cuidar de mi misma, como estar sola y como lidiar con el estrés. Si no hubiera aprendido eso no habría llegado hasta aquí. Nunca supe que tenía límites." 

-Emma Watson.


        —Papá, estoy en peligro en todas partes. Estoy en peligro solo por ser tu hija... No puedes quitarme esto también— susurré. El baile, no sería lo primero que me quitara por mi supuesta seguridad.

—Es muy inseguro Rose.

— ¡Todo es inseguro! ¡Seattle es inseguro! ¡El mundo lo es!

—Te pones en peligro estando ahí.

—Me pongo en peligro incluso respirando este aire atmosférico tan dañado— murmuré y me di cuenta de que no estaba en biología, así que no necesitaba hablarle con esos términos. Suspiré—... Papá... Piénsatelo ¿Sí? Todo es peligroso, hay mucha delincuencia, pero eso es algo que hay desde hace muchísimo tiempo. No puedes encerrarme en una torre cual rapunzel por todo el daño que el mundo exterior podría hacerme. Debo tropezar, debo caer y debo aprender a levantarme, sola, sin tu ayuda porque... ¿Cómo haré cuándo ya no estés? Ustedes solo me están haciendo dependiente y yo no quiero eso.

—Nosotros solo tratamos de protegerte.

—Pues no me gusta la forma en la que lo están haciendo— deje el paquete de espagueti en el mesón—. Con permiso, le pediré a Rebeca que termine la comida.

Salí de la cocina y fui hasta la habitación de Rebeca para pedirle que terminara la comida.

Subí a mi habitación y una corriente de aire frío me golpeó. Las puertas de mi balcón estaban abiertas, pero yo recordaba haberlas dejado cerradas. Volví a cerrarlas y fui por mis converse rosa. Tome mi iPad y mis llaves para bajar.

— ¿Saldrás otra vez?

—No te importa Frederick— cerré la puerta de golpe y fui hasta mi auto.

Un Chevrolet Cruze 2017 blanco. El regalo de diecisiete perfecto en la mente de mi padre y una mal gastadera de dinero en la mía. Estaba bien solo con mi bici. Conecté el iPad al estéreo. Enseguida pude escuchar Perfect de One Direction.

Conduje hasta la casa de Emily, mi mejor amiga, y la única que tengo. Baje del auto y toque el timbre cuatro veces de forma rítmica para que supiera que era yo.

En cuanto la puerta se abrió pude ver una maraña de cabellos castaños oscuros, unas terribles bolsas bajo unos ojos azules como zafiro, unas gruesas lágrimas trazando un camino desde sus ojos hasta su cuello y un horrible puchero.

—Emi...— murmuré justo antes de que ella se lanzara a mis brazos y comenzara a llorar a moco suelto. Como pude la lleve dentro de su casa y la senté en el sofá—. ¿Qué ocurrió?— pregunté mientras cerraba la puerta.

— ¡Sirius Black se murió!— reprochó y rodé los ojos.

—Eso lo sabias desde que tenemos diez años. Habla ahora Valentina.

—Kyle Johnsson me besó a la fuerza y... Y... Logan lo vio y...

—Lo malentendió todo— terminé por ella.

—Juro que yo no quería— balbuceó limpiándose las lágrimas con la manga de su suéter.

— ¿Se lo explicaste?

—No contesta mis llamadas. No quiere verme. ¡Me bloqueo de WhatsApp!— sollozó más fuerte.

Si, esto siempre pasa, vengo a la casa de Emily con la intención de desahogarme pero la encuentro en una situación pero que la mía. ¿Típico cierto?
¿Recuerdas cuando dije que Kyle Johnsson era el típico deportista de la preparatoria? Se me olvido decir que también es el típico chico que cree que las trae locas a todas.
Él es tan idiota. Camina por los pasillos sintiéndose la perfección personificada. Creyendo que puede lastimar a los chicos estudiosos y que puede poner sus manos en el trasero de todas las chicas del instituto.
Logan Krailing. Mejor amigo de Dylan y novio (no sé si ex) de Emily. Rubio de ojos azules, bastante alto e intimidante, solo por su altura, la verdad es que su rostro es extremadamente tierno al igual que su personalidad.

—Emily... ¿A qué vino lo de Sirius Black?— pregunté acariciando su cabello. Cuando me senté no tardo en recostarse de mí.

—Viene a que Bellatrix es una perra loca como mi madre— murmuró y tuve que reprimir el impulso de reír.

Conocí a Emily cuando tenía diez años en el centro de rehabilitación que manejaba mi madre. La señora Price, la madre de Emily, tenía serios problemas con el alcohol. Debo decir que el centro de rehabilitación no tuvo ningún efecto sobre ella.

A mi padre nunca le ha gustado mi amistad con Emily por tres razones.

Primera razón: su situación económica. Mi padre tiene un estúpido pensamiento, este dice, ordena, que solo debemos juntarnos con personas que tengan nuestras mismas posibilidades a nivel económico.

Algo totalmente ilógico ya que vive diciendo que debemos obedecer a Dios y creer en su palabra. Dios nos hizo a todos iguales, a su imagen y semejanza. Desde el punto de vista de Dios, todos somos iguales, aunque tengamos un tono de piel diferente o una situación económica mejor que la de otros.

Segunda razón: su madre. Mi padre está enterado de los problemas de la señora Price.

Tercera razón: Emily es una mala influencia. Esta es la única que no le discuto.

— ¿Por qué estás aquí?— preguntó poniéndose de pie y caminando hasta la cocina.

— ¿Escuchaste lo del robo de hoy?

—Si fue cerca de... Tu papá no quiere que vayas más— suspire en respuesta—. ¡Joder Liz! Primero con el modelaje, luego con la natación, seguido de la música ¿Piensa quitarte también las ganas de vivir?

—No lo sé Emi...

—Iremos por un helado. Eso siempre te funciona.

— ¿El helado?

—No, comer— sonrió antes de halarme escaleras arriba—. Me duchare, en el segundo cajón de la mesa de noche hay ropa tuya de la última vez que te quedaste— murmuró antes de tomar una toalla y salir de la habitación hacia el baño.

Busque mi ropa donde me dijo y me la puse. Un pantalón de mezclilla negro y un crop top turquesa manga corta.

—Negro y turquesa. Me gusta— murmuró Emily entrando a la habitación—. Me vestiré.

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En multimedia: Emily (Lily) Price.




Rose Elizabeth.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora