"Los ángeles no vienen del cielo"
-DC Comics.
¿S.R? ¿Quién demonios es S.R?
Tres toques en la puerta junto a las notificaciones de varios WhatsApp me hicieron sobresaltar y soltar la carta.
— ¿Quién?
—Liam.
—No estoy.
—Lizie...
—No quiero verte.
—Lo siento.
—No quiero escucharte.
—Elizabeth...
— ¡Lárgate!— le grité. Escuche un suspiro de su parte y luego sus pasos alejándose.
Suspire y sentí una lágrima caer. ¿Por qué todo esto sucede ahora? Tome la carta y el sobre, aún había algo. Voltee el sobre en mi cama, de él salió una cadena, tenía un trozo de papel que decía: "Esta es mía, tú tienes la otra mitad". Revisé el dije, era un corazón, tenía una rara forma en el centro. Tome el cofre que estaba en mi mesa de noche, saque la cadena que tenía cuando llegue aquí. Juntas, formaban un corazón con una runa. Las había estudiado tanto a los quince. Esa es la runa del amor.
Mi teléfono volvió a sonar. Lo tome y revise los WhatsApp.
Logan.
¿Vienés a almorzar?14:31
El mejor amigo de la historia.
Almorzaremos juntos, ¿Vienés?
14:28Paso por ti en treinta minutos.
14:30Emily💅.
Iremos con la señora Kavanagh, ¿Vienes?
14:25No, no tengo ganas de ir. Me quite el pantalón, el crop top y las botas quedando en ropa interior para luego enrollarme en mis sábanas. Observé la rosa, no recuerdo claramente el significado de la rosa rosada.
"Cariño"
—Elizabeth... Eli.
— ¿Hmmm?— abrí los ojos con dificultad.
—Ve a darte una ducha, Logan y Emily nos esperan en el auto— me senté observando a Dylan—. Uf, y pensar que todo eso es mío.
Fruncí el ceño mientras caminaba al baño ¿Ahora se supone que yo soy suya? Salí cinco minutos después directo a mi armario. Me puse un pantalón de mezclilla tiro alto, un crop top negro con cuello en V de magas largas y mis converse del mismo color.
— ¿Quién te dio esta rosa?— Dylan estaba acostado en mi cama con la rosa rosada en la mano.
—No lo sé— tome una liga y me hice una coleta alta—. Vamos— él tomo mi teléfono y mis llaves para luego bajar.
— ¿A dónde vas?— preguntó Liam.
—A dónde no te importa.
Dylan me observó confundido pero terminó encogiéndose de hombros. Caminamos hasta su auto donde Emily y Logan estaban en el asiento trasero muy separados y cruzados de brazos.
— ¿Sabías qué ella venía?— me preguntó Logan.
—Ni si quiera sabía que yo venía— murmuré todavía con sueño.
—Tienes los ojos hinchados— observó Emily—. ¿Estuviste llorando?—no respondí—. Joder Elizabeth. Creí que ya habíamos pasado esa etapa. Desde que la señorita Miller murió es lo único que sabes hacer.
—No lo entenderías— murmuré antes de estornudar.
— ¿Te mojaste?— preguntó Dylan.
—Solo un poco— bostece.
— ¿Has dormido bien?— interrogó Logan.
—Estoy bien. No se preocupen— sonreí estornudando de nuevo.
Quince minutos después estábamos bajando del auto para entrar al resto de la señora Kavanagh. Fui la última en bajar y cuando iba entrando tropecé con un chico.—Lo siento— murmuramos.
— ¿Te conozco?— pregunté. Se me hacía conocido. Rubio de ojos azules. Yo lo había visto en algún momento.
—Lo dudo, apenas y me mude hace un mes— sonrió.
—Oh... Bueno, supongo que te estoy confundiendo. Lo siento.
—Tranquila, suele suceder.
Caminé confundida hasta la mesa del fondo junto a la ventana.
— ¿Quién era él?— interrogó Logan.
—No lo sé... — susurré. Alguien se sentó junto a mí.
—Llego por quien lloraban— canturreo Matthew.
Matthew Newman. El tercer mosquetero. Castaño casi pelinegro de ojos verdes azulados con muy buen cuerpo. Un idiota y un cerebrito cuando se le da la gana. Es un excelente corredor.
—Estoy segura de que no lloraba por ti— murmuró Emily observando a Logan.
—Lizie si lloraba por mí— me abrazo de los hombros.
—Mis niños han venido a visitar...— interrumpí a la señora Kavanagh con un estornudo.
—Lo siento— murmuré.
—Oh niña Elizabeth. Te traeré una sopa...
—Estaré bien con un té caliente de limón y mucho dulce.
— ¿Claro? Ya les traigo su almuerzo ángeles.
—Los ángeles no vienen del cielo señora Kavanagh— le dijimos al unísono.
—Dejen de ver tantas películas AN-GE-LES— nos dijo con burla. Reímos, cada risa sonaba diferente. La de Dylan no tenía muchos sonidos. La de Logan era una risa con tos. La de Emily era realmente escandalosa. La de Matthew sonaba muy de hombre. La mía, era demasiado delicada.
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En multimedia: Matthew (Matt) Newman.
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Rose Elizabeth.
Kısa HikayeLa vida de Elizabeth Miller había sido realmente fácil (Por no decir perfecta) desde que cumplió los cinco años de edad, cuando se acostumbró a su nueva y adinerada familia. La familia Miller había querido una niña desde un año antes de la llegada d...