"No hay amor mas sincero, que aquel que muere sin haber sido revelado."
-Anónimo.
Las puestas de mi balcón se abrieron silenciosamente. Voltee para encontrarme a un Dylan en pijama, con un osito de peluche, cuatro rosas de diferentes colores y una botella de Coca-Cola en la mano.
-Me sentí como Romeo, pero mejor- murmuró sentándose en mi cama-. The Mazer Runner. Es bueno ¿Quieres que te cuente el final?
-No te atrevas.
-Entonces... ¿Qué te sucedió?
-No quieren que vuelva a la academia.
-Rose... Creí que te había pasado algo. Creí que tenías un hueso roto o algo así ¡Compre rosas y un osito de felpa! ¡La señora de la tienda me vio raro por llevar pijama!- exclamó y luego suspiró entregándome el osito blanco y las rosas, una amarilla, una azul, una roja y una blanca-. La amarilla significa alegría, la azul una amistad fiel, la roja son pasiones intensas pero digamos que es que te amo- reí-, y la blanca significa pureza e inocencia. Perfecta para describirte.
-Entonces... Estas queriendo decir que te alegras por nuestra fiel amistad y que me amas por mi pureza e inocencia.
-Sabía que ibas a descubrir el mensaje oculto- sonrió. El muy idiota también tiene una maldita sonrisa.
-Iba a decirte que no vinieras.
-Sabes que de igual forma hubiera venido- se acostó, estiro el brazo hasta la mesa de noche y tomo la torta que me dio Clayron-. ¿Torta de...?
-Tres leches, me la regalo Clay- lo vi rodar los ojos por lo que reí.
- ¿Quiere enviarte al hospital otra vez?
-Dylan Alexander Wolfe Sprouse, te he dicho miles de veces que él no sabía que soy alérgica a las mandarinas.
-Si no sabía algo tan básico como eso, no sé porque era tu novio- tomo una cucharita de mi mesita y comió un trozo de la torta-. Debo admitir que tiene muy buenas habilidades culinarias- murmuró con la boca llena.
-Es latino- me encogí de hombros.
16 de mayo.
Desperté al sentir mucho frío. Al observar mi habitación vi a Dylan desperezándose en el borde la cama.
-Buenos días bella durmiente- murmuró poniéndose de pie-. Es hora de que me vaya- me puse de pie para acompañarlo hasta el balcón de mi habitación. Al salir me di cuenta de la causa del frío extremo. Estaba lloviendo a cántaros.
-Vas a empaparte antes de llegar a tu auto- susurré abrazándome a mí misma.
-No importa, así cuando llegue a mi casa no tendré que ducharme.
-Eso es asqueroso Alexander- el rió mientras besaba mi frente.
-Solo bromeaba.
-Ten cuidado- asintió mientras bajaba. Espere a que llegara a su auto para entrar a mi habitación otra vez, luego de cerrar las puertas.
A los pies de mi cama estaba la botella de Coca-Cola vacía y las cajas de dulces del mismo modo. Recogí todo y lo puse en el cesto de basura de mi habitación. Arreglé mi cama y fui al baño. Me duche con agua caliente. Al salir me puse un pantalón negro de tiro alto, un crop top blanco de mangas tres cuartos y cuello en V, botas negras de tacón a los tobillos y una chaqueta vino tinto.
- ¡Anna ya es hora de despertarse!- gritó mi padre, que insensible. Salí de mi habitación y fui a la de Anna. Le preparé la bañera con agua caliente y fui a despertarla.
-Annie, llegaras tarde. Te preparé la bañera.
-Gracias- murmuró poniéndose de pie somnolienta-. ¿Puedo irme contigo?
-Nos llevaran, está lloviendo- le sonreí antes de salir de su habitación y bajar a la cocina. Liam y Ethan hablaban sobre ganancias y pérdidas. Un total fastidio-. Buenos días.
-Buenos días- dijeron a coro.
- ¿Desayunarás?- preguntó Liam.
-Solo un panqueque y jugo, anoche comí mucho.
-Permiso- Ethan salió de la cocina.
- ¿Te la pasaste bien con Dylan ayer?
-Sí, ya sabes. Siempre me la paso bien cuando estoy con él- me encogí de hombros.
- ¿Y durmieron bien? ¿Te gustaron las rosas?- arqueo una cena y yo hice lo mismo.
- ¿Qué?
-Ese chico es una mala influencia para ti Rose, al igual que la chica, Emily.
Fruncí en ceño molesta ¿Qué demonios le pasaba?-Vete al diablo- le dije poniéndome de pie bruscamente, derramando el jugo en el proceso.
- ¿Lo ves? Te apuesto a que ellos te han enseñado eso.
-Que sea la primera y la última vez que juzgas a mis amistades sin conocerlas Frederick. Paulina es una perra y yo no vivo recordándotelo o echándotelo en cara. Marcus es un drogadicto, eso sí es un amigo mala influencia.
-No hables así de Paulina- dijo con tono amenazante.
-Entonces no vuelvas a hablar de Dylan y Emily de esa forma.
-Sabes que lo que digo de Emily es cierto, su madre es una alcohólica Rose.
-Que su madre lo sea no quiere decir que ella también.
-Lo lleva en la sangre.
-En ese caso tú llevas en la sangre lo de ser un perro infiel y mentiroso- solté bruscamente sin pensarlo.
-Nuestro padre no es así.
- ¿En algún momento dije que era por él?- salí de la cocina dejándolo con la palabra en la boca. En la sala, me encontré con mi padre.
- Liam te llevará...
-Dylan me llevará- interrumpí marcando el número de Dylan.
_Dylan... ¿Ya estas listo?
_Estoy atándome los cordones ¿Paso algo?
_ ¿Puedes venir por mí? Por favor.
_En cinco estoy allá.- ¿Qué está sucediendo contigo últimamente?- preguntó mi padre.
-Nada, solo que ya me cansé.
Cinco minutos después escuche la corneta del auto de Dylan. Abrí la puerta dela casa luego de tomar mi bolso, Dylan estaba frente a mí, con un pantalón de mezclilla oscuro, una camisa de lino blanca con cuello mao y las mangas arremangadas hasta los codos, vans y la chaqueta del instituto en negro.
-Entra, no vayas a mojarte- me sonrió mientras me halaba para ponerme junto a él bajo el paraguas. Caminamos hasta la puerta de copiloto de su auto, me dejo ahí y rodeo nuevamente el auto-. ¿Discutiendo desde temprano?
-No sé qué es lo que está pasando con Liam, estas muy... Celoso, más de lo normal.
- ¿Celoso de qué o quién?
- ¡De ti! Y es completamente absurdo.
-Eso no se llama celos. Se llama miedo al reemplazo.
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Rose Elizabeth.
Historia CortaLa vida de Elizabeth Miller había sido realmente fácil (Por no decir perfecta) desde que cumplió los cinco años de edad, cuando se acostumbró a su nueva y adinerada familia. La familia Miller había querido una niña desde un año antes de la llegada d...