Ha pasado tan solo una semana desde que Haneul intentó matarme por segunda vez, pero parece que ha pasado al menos un mes.
Con todo el jaleo que se montó, los médicos vinieron acompañados de los guardas de seguridad y la policía a la habitación en la que me encontraba hospitalizado. Se llevaron a Haneul y a los guardaespaldas esposados a comisaría, seguramente los iban a llevar a la cárcel de todos modos aunque no confesaran, porque era más que evidente que habían intentado matarme y estaba Tae de testigo. Aunque supiera que su culpabilidad era obvia, también sabía que probablemente si ella llegaba a entrar, iba a salir en un par de semanas como máximo. No era tonto y sabía que si era hija de un mafioso poderoso, también tendría el dinero suficiente como para pagar la fianza y salir libre de cargos o con un par de manchas en su expediente. Esperaba que al menos todo hubiese acabado y aunque saliera me dejase en paz.
Ya era la segunda semana que llevaba hospitalizado, y supuestamente ese día me tenían que dar el alta. Mi cuerpo liberó todas las toxinas en dos días que me pasé dormido gracias al antídoto, y los restantes estuve en observación solo por seguridad. Aún me dolían un poco las costillas y el brazo seguía escayolado, además de que tenía el cuerpo con varios moratones por el accidente. A decir verdad, odiaba los hospitales, pero odiaba más aún el hecho de que no hubiera podido verle ni una sola vez después de que me despertara aquel día, y tampoco es que hubiésemos podido hablar mucho. Después de que me despertara con Tae hundido en mi regazo y me abrazase desesperadamente, caí rendido de nuevo en la camilla. El antídoto era muy fuerte y la dosis que Haneul inyectó en las vías de vete tu a saber que mierda era muy alta, por lo que no era de extrañar que enseguida el sueño me venciera en ese momento. Lo raro ha sido que pudiera despertarme en ese momento.
Unos suaves golpecitos en la puerta me sacaron de mis pensamientos, haciendo que me sobresaltara un poco.
— ¿Jeon Jungkook? Soy la enfermera Kim.
— Sí, pase.
— Buenas tardes. Como sabes, hoy te dan el alta. ¿Te encuentras bien?— Preguntó con una agradable sonrisa. Era la enfermera que me había estado atendiendo desde que me ingresaron por el accidente, y la verdad es que me parecía muy amable. Parecía joven, de unos veintipocos años, y por como le temblaba el pulso cada vez que me ponía las vías o me inyectaba calmantes para el dolor de cuerpo, deduje que debía de ser nueva. Siempre me preguntaba sobre mi vida y parecía estar interesada mí. Seguramente solo quería entablar conversación, cosa que agradecía.
— Sí, estoy bien. Pero todavía no sé por qué no he podido recibir ninguna visita en esta semana si hace ya cinco días que estoy despierto.
— Lo siento, era solo por mera seguridad. Después de lo ocurrido, no podíamos permitir que alguien volviera a hacerte daño.
— Lo sé, pero ni siquiera he podido usar el teléfono móvil. A mi madre por ejemplo le gustaría saber que estoy bien ya que no ha podido visitarme.— Fruncí el ceño.
— Debe de haberte molestado, te entiendo. Intenté hablar con mis superiores porque me imaginaba que solo ver enfermeros y médicos estos días debe de haber sido agotador, pero no fue posible.
— ¿En serio? Muchas gracias.— Sonreí.— Bueno, de todos modos hoy me darán el alta, así que no importa.
— Hablando de eso, en cuanto te haga el chequeo podrás salir, Tus pertenencias están en una caja que he dejado en la mesilla de la entrada, ahí está también tu teléfono móvil.
— Está bien.
— Bien... Empezemos. Necesito que te quites la camisa para revisar los hematomas y poder revisarte el brazo que tienes escayolado.
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El destino. [Vkook] || Primera Temporada
FanficJeon Jungkook es alguien capaz de ver lo que otros no pueden, o bueno, eso es lo que piensa él, ya que nunca le ha dicho a nadie que puede hacerlo. Se limita a observar el fino y delicado pero a la vez impenetrable hilo rojo que une a las personas...