Capítulo 15.

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Los ojos de Ariana se abrieron cuando el sol entró por las cortinas. La luminosidad del cuarto del Rey la hizo sentirse bien y una sonrisa apareció en sus labios cuando pensó en lo que pasó anoche. Nunca en su vida se habría imaginado acostándose con el Rey, era lo último en lo que hubiese pensado.

Sintió un brazo fuerte abrazándola por su cintura desnuda. Miró el brazo musculoso del Rey y admiró sus tatuajes, trazándolos con su dedo. Cuando se dio la vuelta, vio el rostro dormido del Rey y le pareció que estaba precioso con su pelo desordenado y sus labios que parecían como si sonriesen. Entonces, vio como gruñía y estiraba los brazos. Abrió los ojos y giró la cabeza en dirección a Ariana, sonrió y ésta le devolvió la sonrisa.

  —Buenos días, preciosa —dijo con voz matutina y el corazón de Ariana palpitó al oír ese adjetivo. 

  —Buenos días, precioso —respondió con una gran sonrisa en su cara.

—Lo de anoche fue increíble —dijo, de repente, con voz ronca y Ariana enrojeció. Justin acercó la cara y la besó dulcemente, Ariana le respondió, disfrutando del momento mientras pudiese. Justin la abrazó por la cintura y Ariana jugó con su pelo, sintiéndose segura. 

Cuando se separaron, se tumbaron sobre sus espaldas y miraron la pared, pensando en lo de anoche.

  —Mírate, eres tan preciosa —dijo acercándose a ella. Ariana sonrió y él la atacó a base de besos.

—Vale, vale —dijo Ariana y Justin se retiró sonriendo. Ariana suspiró—. ¿Qué significa esto?   —el Rey la miró sin saber qué quería decir—. Quiero decir, ¿qué somos?

La miró a los ojos como si se debatiese en su interior, pero finalmente rompió el contacto y lanzó al aire los brazos.

  —No lo sé —dijo honestamente—. Todo lo que sé es que por alguna desconocida, inexplicable y no familiar razón... —paró de hablar y suspiró, mirando la pared. Pasó las manos por su pelo desordenado—.... Todo lo que sé es que me siento atraído a ti —lo dijo honestamente, algo que casi nunca hacía. Las mariposas se revolotearon en el estómago de Ariana y le sonrió. No sabía qué responder, pero cuando fue a abrir la boca, se dio cuenta del reloj en la pared. Se sobresaltó.

  —Tengo que irme —dijo apurada y destapándose. Los ojos del Rey se ampliaron, sorprendido por la desviación de tema de Ariana. Salió de la cama sin acordarse de que estaba desnuda, se dio la vuelta y vio al Rey mirándola con deseo. Se vistió rápidamente, tenía que ir a su primera tarea.

Cuando hubo terminado, se acercó al lado del Rey en la cama, encontrándolo observándola como si estuviese en trance. Sus ojos brillaban cuando la miraban, un brillo que Ariana no veía cuando llegó al castillo y uno que nadie probablemente hubiese notificado. El Rey la empujó por la camiseta, atrayéndola hacia él y besándola desesperadamente, a lo que Ariana le respondió sin querer moverse. El Rey la agarró de la cintura y endureció el agarre, bajando las manos cada vez más.

Aunque Ariana odiase hacerlo, se separó antes de que la cosa siguiese.

  —Guau, para tigre —dijo Ariana y el Rey gruñó en desacuerdo. Ariana se rio y se dirigió a la puerta, abriéndola justo para oír al Rey silbar desde atrás. Lo miró con advertencia, teniendo miedo de que alguien lo escuchase. Estaba aliviada de ver que no había nadie a la vista.

Cerró la puerta detrás de ella despacio y de forma silenciosa. Un escalofrío le recorrió el cuerpo, desvaneciéndose el sentimiento cálido que tenía segundos atrás. Estaba aliviada de haber escapado del cuarto del Rey antes que alguien se diese cuenta, pero ahora tenía que lidiar con otra cosa; tenía que inventarse una excusa de por qué estaba fuera, ya que, evidentemente, no podía decir lo que sucedió de verdad. Empezó a pensar sobre lo que pasó anoche y una sonrisa creció en su cara; Joder, Justin sabía cómo moverse cuando... 

Antes de poder acabar la frase, el sonido de unos pasos la sacó de sus pensamientos. 

Clip clap, clip clap.

Los guardias.

Ariana tenía que pensar en algo rápidamente; los guardias sospecharían de la razón por la que estaba ahí. Rápidamente giró la esquina y se apretujó contra la pared, tratando de controlar su respiración. Afortunadamente, los pasos fueron desvaneciéndose y Ariana no giró la esquina, de nuevo, hasta que los pasos estuviesen inaudibles. Miró antes de moverse, asegurándose de que los guardias se habían ido y, cuando estuvieron fuera de la vista, Ariana suspiró y se fue a trabajar.

***

Ariana estaba de rodillas, frotando el suelo con un trapo húmedo. Por suerte, no había visto a Rachel todavía pero sabía que sucedería en breves momentos, igual que sabía que su primera pregunta iba a ser sobre su ausencia anoche, pero Ariana tenía una excusa preparada. 

Estaba pensando y frotando el suelo como una robot, sin poder parar de pensar en lo que pasó anoche. Era algo que nunca pensó que haría.

  —¿Por qué sonríes? —Le preguntó una mujer entrometida y Ariana salió de sus pensamientos, mirándola confusa. ¿Estaba sonriendo? No se había percatado.

  —Por nada —mintió Ariana. Se preguntó qué pasaría si le contaba a alguien lo que pasó, sabía que nadie confiaría de nuevo en ella. Ariana continuó trabajando inmediatamente, pero perdiéndose en sus cosas de vez en cuando. Pensó muy y mucho sobre el Rey, sobre sus ojos lujuriosos, su cuerpo perfecto y cómo se sentía cuando la tocaba. 

Ariana se dio cuenta de que no había sido la única que había tenido esta experiencia. Recordó a Selena y su corazón cayó. ¿Tuvieron algo? ¿Cómo podía olvidarse tan rápido de una para irse con otra? A saber con cuántas se había acostado. ¿Estaba usándola? Porque no lo parecía anoche.

Ariana sintió dolor en el estómago ante el pensamiento de que el Rey la pudiese estar usando. ¡Era una sirvienta! ¿Cómo iba el Rey a enamorarse de una sirvienta? ¿Y por qué ella? No tenía sentido. Quizás algo como esto no volviese a pasar de nuevo, pero no lo sabía realmente. ¿Podía pasar cualquier cosa, no?

Ariana bostezó y frotó una mancha roja del suelo, paró y un escalofrío le recorrió por su cuerpo; era el sitio donde Austin fue asesinado. La mancha era... sangre. No sabía si del Rey o de Austin, pero odiaba ver la sangre y pensar sobre su amigo hizo que tuviese ganas de vomitar. 

Volvió a pensar en las cosas malas que el Rey había hecho. Había matado a miles de personas inocentes durante toda su vida, pero estaba cambiando y Ariana lo sabía. Incluso las sirvientas admitían que empezaba a ser más flexible. Ariana sabía que el Rey estaba cambiando por ella y ese pensamiento la hacía sentir increíblemente bien.

  —Cariño, ¿estás bien? —preguntó la mujer que tenía al lado—, vuelves a sonreír.  

  ——

¡Hola! Aquí os traigo finalmente el capítulo 15. Esta tarde subiré el 16, que es el que subí el otro día cuando me salté este. A partir del siguiente, ya son actualizaciones normales, puesto que solo me salté el diez y este. De nuevo, siento las molestias, pero me alegré enormemente al ver vuestra compresión. ¡Sois geniales!

Estoy también súper feliz porque en dos días hemos pasado de 19.9K a 23K y ¡es genial! Estoy tan contenta por cómo está yendo esto.

Dejadme vuestras opiniones de este capítulo taaaaan lindo y nos vemos en el siguiente;)

Besis de fresi,

Anny xx

heavenlybiebs

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