· Keep sitting... She's leaving us ·

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Bill y Mike habían sido los primeros en llegar a los Barrens, el club de los perdedores había acordado encontrarse ahí esa tarde, y aunque ese hecho era de todo, menos extraño en ellos; el propósito de esta vez era diferente.
Bill miraba una y otra vez el reloj en su muñeca, como si esto fuera a detener el tiempo, estaba impaciente, pues los otros chicos aún no habían llegado.

—Oye, relájate gran Bill, apuesto a que llegarán en menos de lo que canta una oveja.
—¿No era un g-g-gallo?
—¿Ves algún gallo por aquí?
—Y t-t-tú ves alguna...

Bill fue interrumpido por las varias voces que se aproximaban a ellos, se sintió aliviado al ver que Richie, Eddie y Stan habían llegado por fin.

—¿P-p-por qué tardaron tanto?, ¡Hubieran ll-ll-llegado mañana si querían!.
—Lo siento, pero el sujeto a mi lado es responsable de todo.
—¿Responsable de qué?, ¿Del misterioso hermanito que vas a tener pronto?
Eddie frunció el ceño y puso su brazo izquierdo sobre su yeso, simplemente no respondería eso.

—Bocazas, no es tiempo para tus bromas.
—Siempre hay tiempo para Richie Bocazas Tozier.
—Al menos habrías ayudado con el pastel, ¡pero no! Richie, el estúpido Tozier sólo es bueno para joder a la gente.

Stan rodó los ojos mientras cruzaba los brazos, Bill lo miró divertido, siempre le había parecido gracioso ver como se molestaba por la inmadurez de sus amigos. Frunció el ceño dándole a entender que quería saber lo que había sucedido y por qué Richie y Eddie estaban a punto de iniciar una pelea.

—No encontrábamos a Tozier en ningún lado, fuimos a su casa y su madre nos dijo que había salido hacía un par de minutos, supusimos que estaría comprando el pastel, pero...
—¡Pero no!, estaba en el estúpido Arcade, gastándose las estúpidas monedas destinadas al pastel ¡En estúpidos juegos de máquina!
—Si vuelves a decir estúpido una vez más...
—¡Estúpido, estúpido, estúpido!
—¡Oigan!— Bill comenzaba a hartarse de todo eso —C-c-compraron el pastel, ¿sí o, no?
—Sí, aquí está.
Mencionó Stan, sacando una caja de dentro de la canastilla de su bicicleta.
—¿El m-m-mensaje?
—Todo está en orden.
Mucitó Eddie un poco más calmado.

—¿Ustedes trajeron los adornos?
—Sí, yo, aquí están.
Mike sacó un par de bolsas de la canastilla propia.
—Pues, hay que ponernos a trabajar, ¿no creen?
Continuó Stan, mirando a Bill, a quien notaba un poco más apagado de lo normal.
—¿Adornado de árboles y rocas?, que patético suena eso.
—Cállate Richie.
—Ven y cállame, farmacia con patas.

Los chicos comenzaron a poner todo en su lugar, y mientras esperaban que los últimos dos llegaran, se sentaron sobre algunas rocas.

—¿Qué haremos ahora?
Preguntó Stan sentándose en la roca que quedaba entre Mike y Bill.
—¿Qué no haremos ahora?, ¿Sabes la cantidad de cosas que se pueden hacer mientras no te persigue un maldito payaso e intenta comerte?
Todos se miraron serios entre sí ante el comentario del de gafas.
—Stan n-no se refería a eso.

Si bien era cierto que extrañarían a Beverly, menos sabían como lidiar con las primeras semanas cuando ya no estuviera con ellos, no sabían como no extrañar los momentos que habían pasado con ella; la lucha contra PennyWise había sido probablemente el momento más importante que habían pasado todos. Juntos. Los siete. El club de los perdedores.

—¿No creen que ya t-t-tardaron mucho en, llegar?
—¿Qué pasa gran Bill?, ¿Tienes miedo de que Ben le esté dando su regalo de despedida sin tu consentimiento?

El de gafas rió mientras Eddie lo miraba mal y Bill fruncía el ceño.
—Cierra la boca, Tozier.
—Ahh, ¿Qué es esto?, ¿Por qué tanto drama por una chica?, Estaré en el estanque cazando renacuajos; si me necesitan, sólo griten. Eddie, ven.

El más bajo miró a Richie y luego a sus amigos.

—Llámenos cuando hayan llegado, ¿si?.
—Claro.

Se dirigió a donde estaba su amigo, quien ya estaba en el suelo lanzando rocas al ya mencionado estanque.

—¿Ahora vas a decirme,—. Se paró a un lado de él mientras buscaba su mirada —que no te pone triste la partida de Bev?

Richie alzó la cabeza a donde estaba Eddie, lo miró unos segundos y volvió a lanzar una nueva roca.

—No es que no esté triste porque se vaya... Simplemente no quiero hacer más dura la despedida ¿De acuerdo?.

El más pequeño cruzaba los brazos mientras veía como daban saltos en el agua las rocas que el otro lanzaba, para luego quedar en el fondo del estanque, tal vez golpeando a algún pez en el trayecto.

—Que no hables de eso, no significa que no lo sientas. Es como la gripe, no puedes verla y puede que nadie sepa que a tienes, pero una vez llega a tu organismo comienza a debilitar tu cuerpo.
—No hice ninguna cita con en el doctor, Kapsbrak.
—Al menos finge que la extrañarás. Significaría mucho para ella.

El de gafas abrazó sus rodillas mientras veía las montañas que quedaban tras el estanque, meditaba lo que Eddie acababa de decirle y pensaba en como sacar un poco de sus sentimientos sin explotar en el intento.

—Lo intentaré, ¿Bien?.
—Bien.
—Ahora... — Levantó una roca del suelo y la puso en dirección a Eddie. —Lanza una piedra.
Eddie la miró extrañado.
—¿Qué?, no, no puedo.
—Oh, vamos,—Dijo mientras tomaba una de sus rodillas y lo agitaba un poco. —¡Eddie Spaghetti!, ¡Lánzala!
—¡Está bien!, esta bien... —Tomó la roca y apuntó, luego miró a Richie incómodo. —Sólo... Por favor, suelta mi pierna.

Richie se dio cuenta y quitó inmediatamente su mano del lugar. Rascó un poco su nuca y dijo:

—B-Bueno, lanza...
Eddie obedeció y la roca cayó dentro del estanque en cuanto tocó el agua.
—¿Es en serio?— Rió.
—¡¿De qué hablas?!, ¡Te dije que no podía!
—¡Pero eso es patético!
—¿Sabes?, Es difícil lanzar una roca con la izquierda... —Levantó su brazo con yeso. —¡Cuando eres diestro!. —Richie reía a carcajadas, sentía que casi se quedaba sin aire. —Oh, ¿Sabes qué?, ya no voy a hablarte.

Se giró y se disponía a volver con los chicos, hasta que sintió que lo abrazaban por detrás.

—Eres muy bello Eddie Spaghetti, mi persona favorita para molestar.

Eddie estaba en shock, jamás había sentido tanto cariño y menos por alguien como Richie, no sabía que hacer. Sólo se quedó en silencio.

—¿Qué te parece?, ahí está Ben. —El de gafas se adelantó un poco y Eddie se quedó ahí parado. —¿Qué no vienes?.

Las piernas del de yeso se movieron involuntariamente, hasta que recobró la cordura y avanzó hacia donde ya estaba Ben y los demás.

—Y... B-B-Beverly?
Ben negaba con la cabeza, mientras todos lo miraban expectantes —Cuando llegué a su casa, ella ya estaba en un taxi... Sólo le dio tiempo de darme esto.

En las manos de Ben había un pequeño sobre.

—¿Qué es eso?.
—Me dijo que era su despedida, no quise abrirlo hasta estar todos juntos.

La tristeza podía sentirse en el aire, los ojos de Bill habían tomado un color rojizo. No podía creerlo.

Beverly, Beverly se había ido...

°°°

🎈 Feel It 🎈 ʀᴇᴅᴅɪᴇ ; sᴛᴇɴʙʀᴏᴜɢʜ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora