· B o w l i n g | Stenbrough ·

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—¿Estás preparado?

En la Iglesia sólo estaban él y su padre; y no, no lo estaba en lo absoluto, no por el hecho de conocerla, puesto que ya lo había hecho, sino que ese era el encuentro oficial, después de eso, no había marcha atrás, o al menos así lo veía él.

—Sí...

Intentó sonar lo más convencido posible, aunque la inconformidad ya se había impregnado en su aura. Antes de poder seguir lamentándose en su cabeza, dos figuras aparecieron por la puerta, la primera y más visible era de un hombre regordete, la segunda mejor conocida, era ella; aunque no lo pareciera en absoluto, de no haberla visto bien una noche anterior habría jurado que era alguien más. Había sido fácil desconocerla, ya que del suéter colorido y cabello despeinado no quedaban rastro alguno.

—Señor Herzog, tan puntual como siempre, permítame darle la bienvenida.

—Señor Uris, puntual como se debe, le agradezco.

Stanley recibía una sonrisa divertida por parte de Daiana, ésta rodaba los ojos ante las palabras de los dos adultos cosa que al de rizos le provocó un poco de gracia.

—¿Podemos proseguir?, creo que ya que nosotros nos conocemos ya, es momento de culminar lo que a todos presentes nos incumbe.

—Por supuesto.

Ambos hombres parecieron darles un leve empujón esperando a que se presentaran por sí mismos.

—M-Me llamo Stanley, Stanley Uris.

Extendió su mano frente a la rubia y ésta la tomó levemente. —Daiana Herzog, un gusto.

Tan pronto habían juntado sus palmas, las soltaron, cada uno mirando a su padre, pensando en un '¿Y ahora qué?', mientras los padres sonreían conformes.

—Estupendo, el primer paso está más que hecho, por ahora será mejor que comiencen a conocerse.

—Es por eso que nos hemos mudado, mi hija asistirá a la misma escuela que su hijo, ahí es donde compartirán el mayor tiempo juntos.

—Me parece sensacional, en cuanto por hoy, me parece que está todo concluido.

—Concuerdo con usted, vámonos hija, tenemos que seguir desempacando.

—Hasta luego.

Dijo cordialmente, extraño en ella, Stanley seguía creyendo que era otra persona.

—Nos vemos pronto.

Siguió viéndolos desaparecer entre la luz entrante al sitio medianamente a obscuras. Pronto, su padre le dirigió la mirada.

—¿Qué te parece?

Sonrió crédulo, pareciéndole una tontería preguntar algo así, como si de contestar "No me gusta" cambiara los planes.

—Está bien.

Conforme, el hombre se apartó de él, dejándole el resto del día libre, y sabía perfectamente dónde iba a emplearlo. Salió de la iglesia poco más que harto de todo, dispuesto a encaminarse a casa del tartaja, necesitaba hablarle del suceso y festejar que al menos, Daiana también estaba en contra. Caminaba neutral hasta que la escuchó hablar.

—¡Hey, Stanley!

'¿Por qué...?' Se preguntaba a sí mismo dando la vuelta y encontrándose de nuevo con la rubia.

—¿Sí?

—¿Tienes algo que hacer hoy?

—Pues, —Habló serio. —Ahora que lo mencionas iba directo a casa de... un amigo.

🎈 Feel It 🎈 ʀᴇᴅᴅɪᴇ ; sᴛᴇɴʙʀᴏᴜɢʜ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora