Poooool
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El reflejo le devolvió una imagen insegura. Planchó la camisa estampada con las manos. Se devolvió la mirada a si mismo, más inquieto que el primer día de escuela. Revisó sus bolsillos: llaves, móbil y dinero en la cartera. Se aseguró de llevar la tarjeta de crédito ya que nunca se sabía que podía pasar, él era un chico previsor. Volvió a empezar la revisión. Llaves, móbil y dinero en la cartera. Quizás ya era la tercera vez que lo hacia esa mañana.
Recorrió la habitación inquieto, sacando el teléfono de su bolsillo. Sentía las piernas agarrotadas y unas incontrolables ganas de salir corriendo. Las nueve y cincuenta-y-ocho. Volvió a mirarse en el espejo, despeinando sus rizos húmedos por la ducha matutina. Hoy había cuidado su estilismo, si iban a ir a una tienda de música y encima iba con Pol (que tenia un estilo natural impresionante) tenia que dar una mínima apariencia de artista enrollado. El teléfono vibró entre sus manos. Contuvo la respiración mientras lo desbloqueaba. ¿Y si todo había sido una broma, y si ahora le daba plantón? No, no era eso. "Ya estoy aquí", rezaba el mensaje. Edu bajó las escaleras apresurado despidiéndose de su familia y escuchando como Marina gritaba incoherencias desde su habitación. Ella no había hecho aun ninguna amistad y que Edu desapareciera implicaba su reclusión a no ser que sus padres salieran. Eso la molestaba en sobremanera y por eso no escaseaba en vociferios, recriminaciones y desprecios.
En la entrada, al lado de la carretera, Pol le esperaba con un casco en la mano. Edu no le vió los ojos porque levaba la visera oscura bajada. Se sintió inquieto, incapaz de interpretar cual era la situación. Tampoco mediaron palabra mientras Edu subió detrás, agarrándose más fuerte esta vez des del principio. La situación era tensa, como le solía pasar alrededor del muchacho moreno. Como si fuera demasiado consciente de sus propios movimientos y de los de él. Demasiado atento.
El viaje fue largo, mucho más de lo que Edu hubiera deseado. Acomodado de paquete, en silencio, con el pecho tocando con la espalda del moreno. No era la posición más cómoda para dos nuevos amigos, desde luego. Pol se recostó ligeramente hacia atrás, recolocando el trasero y aumentando el contacto con él. Finalmente llegaron a su destino y Edu se sintió extraño al pisar tierra firme. Pol se sacó el cascó, agitando la cabellera negra.
-¿Que tal el viaje?.-dijo
-Largo.-contestó Edu resoplando.- No sabía que Figueres caía tan lejos.- Pol sonrió ligeramente. El castaño se relajó, parecía que todo estaba bien. Dos colegas de compras.
Andaron durante un rato por la calle, a paso lento pero intencionado. Edu se limitaba a seguir a Pol, observando las tiendas y las calles. Finalmente entraron en una pequeña tienda de música. Al entrar, Pol chocó la mano con el dependiente, un joven en la treintena de pelo rubio ceniza y rastas. Edu se alegró de haber seleccionado esa camisa de estilo tropical.
-La tengo dentro. ¿La quieres ver?- Pol sonrió ampliamente siguiendo al chico por el pasillo. Hizo un gesto a Edu al cual pasó el brazo por el hombro al acercarse. Entraron en silencio a una sala pequeña, con dos taburetes en la esquina. En el centro reposaba una imperiosa guitarra estilo Les Paul dorada. "Como sus ojos", pensó Edu
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2010 [boyslove]
RomanceDespués de años de opulencia, la austeridad llama a la puerta de Edu, un chico de buena família, buena escuela y buenos amigos. El replanteamiento de su vida empieza en una playa de aguas profundas y peñascos, con las notas de una guitarra ajena cau...