Llençols

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*Muere*

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*Muere*

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Estaba sentado sobre los peldaños de piedra de la escalera. Corría aire, como la mayoría de noches en aquel lugar. Pocas personas quedaban ya por la calle y solo algunos gatos callejeros le observaban entre los cipreses. Edu se encogió dentro de su sudadera, enterrando las manos bien al fondo de los bolsillos. Una presencia, acompañada de un tintineo de llaves avanzó por la calle, parándose delante suyo y haciéndole levantar. 

- ¿Qué haces aquí? Son las dos de la mañana.-dijo con el ceño fruncido y las manos en los bolsillos del pantalón de chándal

- Necesitaba hablar contigo. - Edu desvió la mirada, asustado de haber cometido un error. Quizás Pol solo quería descansar y le estaba estorbando. Se había precipitado. 

- Déjame pasar.-Pol avanzó.- Te vas a congelar. ¿Cuanto llevas aquí?

- Una hora.

- Joder. ¿Por que haces estas cosas?-dijo resoplando mientras subía por los escalones y abría la puerta de madera vieja. 

- Mejor me voy a casa. 

- Llevas esperando una hora a más de 5 km de tu casa y ahora pretendes irte como si nada. Seguro que tienes una buena razón.- dijo colocando los brazos en taza.

- No...no realmente...-dijo avergonzado.

- Pasa y calla.- Edu obedeció entrando en una estancia blanca con muebles abundantes. Pol soltó la llaves y se deshizo de su chaqueta quedándose con una fina camiseta de tirantes purpura. Se sentó en el sofá y le indicó con la cabeza.- Venga. Cuenta.

- Emm...-las manos le sudaban y no se las podía parar de retorcer.- Yo. Bueno. Tengo...una sensación extraña últimamente.-Pol se recostó sobre el sofá, pasando los brazos por el respaldo y animándole a seguir con un movimiento de cabeza.- Conoces "Where is my mind?"- Pol asintió.- Way out in the water see it swiming-entonó. Pol sonrió y sus dientes se le antojaron exageradamente blancos a la tenue iluminación de la luz de la mesita. 

- Creo... que te entiendo.Pero no entiendo por que me lo cuentas. ¿Qué quieres que te diga?-Edu le miró, atónito.

- ¿Es normal sentirse así?

- Supongo. A veces nuestra vida cambia tanto en tan poco tiempo que es difícil reconocerse a uno mismo, aunque solo sean días atrás.- Pol dejó la mirada perdida por unos segundos para luego helarle la piel al volverle a mirar con sus iris dorados. 

Edu hizo un sonido inidentificable enterrandose la cabeza entre las manos después. 

- Ey.-Pol le palmeó la espalda.- Tampoco es algo malo. Aunque de un poco de miedo. No cambiar es no vivir.- Edu se destapó los ojos, haciendo frente a la respuesta.

No se había equivocado. Pol le entendía. Pol le pasaba la mano por la cara en lo que autonocimiento hacía. Él le miraba atentamente, con una sonrrisilla consoladora escapandosele entre los labios. Poco a poco la sonrisa de Pol se fue desvaneciendo a la vez que se tornaba en un gesto intenso alternando entre sus ojos y sus labios tensados. Edu sintió una energía que le alertaba, que le engarrotó el cuerpo y, reflejamente, le hizo alejarse unos centímetros. Pol rompió su expresión, mirándole directamente a los ojos y esbozando un gesto culpable. 

2010 [boyslove]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora