2010 [boyslove]

Nocturna

- Eduard-dijo su padre con voz profunda.-¿No han salido ya las asignaciones de la Universidad?

Edu dudó. Ni siquiera lo había recordado.

- Puede. Lo miro mañana cuando lleguemos.

- ¿Por que no lo miras ya? Puede que haya entregas urgentes de matrículas y acreditaciones.-añadió su madre.

Edu gruñó mientras rebuscaba el teléfono por la casa. Finalmente abrió el aplicativo sin demasiados nervios. Se sentó en una silla mientras se cargaba. La pantalla indicativa apareció. "Primera asignación. Grado de Derecho en UPF". De repente el corazón se le contrajo en un puño. La sangre helada. Quiso llorar. Llorar como nunca antes lo había hecho. Llorar con desesperación. Se suponía que debía estar feliz, era lo que quería. Derecho, como su madre, en la mejor Universidad de Barcelona. Y pese a esto solo sentía dolor. Por un momento habria preferido no ver aquello nunca. Seguir fingiendo que su vida era así. Dormir por las mañanas, nadar por las tardes y tocar por las noches. Pero aquello moría y sabía, en el fondo de su mente, que debía hacerlo. Debía volver, estudiar, hacer carrera y tener una vida exitosa aunque se sintiera desgraciado. Porque eso era lo que se hacía. Eso significaba ser adulto.

- ¿Edu, estás bien? ¿No has entrado a derecho, cariño?-dijo su madre con preocupación.

- No,no. Sí he entrado...es solo...Me he puesto nervioso.-dijo mirandola. 

Su madre sonrió ampliamente, acercándose a él y abrazándole.

- Felicidades mi amor. Has escogido una buena carrera.-dijo besandole el pelo.

- Felicidades Eduard. ¿Podríamos salir a celebrar, no?

- Yo...he quedado.-dijo aun sintiendo la mente embotada.

- Cenamos y luego ya te vas con quién sea Edu.-dijo su madre.

Edu asintió, siguiendo sentado en aquella silla que le mantenía alejado de caer al suelo. Aquello era horrible. Esa opresión en el pecho tan fuerte que le daba ganas de vomitar. Definitivamente habían desaparecido todas las posibilidades de quedarse allí, de huir de su vida.

Derecho. ¿Por que había escogido Derecho? Ni siquiera lo recordaba. Borja también iba a hacer derecho. Y Martina. ¿Fue por el grupo?, ¿Por que quería seguir tocando con Borja? ¿Por seguir los pasos de su madre? Derecho. ¿Para que servía derecho?

- Pol, ¿podemos vernos?-se descubrió a si mismo diciendo a través del auricular.

- Estoy trabajando. Salgo a las 8. ¿Pero hemos quedado a las 11, no? ¿Qué pasa?

- Nada. Nada. Nos vemos luego.-dijo ahogando una arcada.

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La sensación de opresión en los pulmones no había desaparecido durante toda la tarde ni durante la cena. De echo apenas había comido. El malestar desapareció ligeramente al llegar al Chiringuito y encontrar a su grupo charlando distendido en una mesa. Quizás realmente el mundo no se estaba a punto de acabar. Agarró una silla cercana y se sentó en un hueco al lado de Alex.