Capítulo 10. La tormenta

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Lexa

Hace dos semanas que Clarke me ha esperado a que regresará de mi trabajo con el único propósito de disculparse, no puedo negar el maravilloso momento que fue, realmente sentí que le importo y que no es la desconsiderada e irresponsable que había creído, por primera vez la sentí totalmente real y transparente. Vi tanto dolor en sus ojos, pero también sentí que al decírmelo había comenzado a sacar todas esas cosas que tanto le lastiman, sé que extraña mucho su antigua vida y seguramente a Jazmín quien seguro significa más de lo que yo misma he podido intuir. Y luego su abrazo. Dios que abrazo. Tan cálido. Tan cercano. Tan lleno de paz. No como el día de las ranas que fue tranquilizador, en este abrazo sentí que tenía su corazón desnudo en mis manos y todo lo que pude hacer fue tomarlo con la inmensa ternura que me inspira.

Desde ese día ha sido otra persona, veo a Clarke más seria, más responsable, más cercana, ya son dos fines de semana que no sale de fiesta sino que se queda en casa estudiando, hasta nos ha propuesto pasar uno de los días de estudio al viernes, lo cual dice mucho de su intención de reivindicarse, y ahora conversamos casi todos los días por teléfono, hablamos de todo y siempre nos reímos mucho, como esta mañana:

- Hola Lexa, como amaneciste?

- Pues te diré que no ha sido una buena noche- le dije con una voz aun somnolienta-

- Qué ha sucedido? Estas enferma?

- No, estoy muy bien, pero imagínate que anoche escuche muchos ruidos en el techo y como que alguien trataba de entrar a la casa, yo me levante, encendí todas las luces y de nuevo se silencio todo, me demore un rato para volver a la cama y cuando todo estuvo de nuevo oscuro ahí estaba el ruido otra véz.

- Pero que susto Lexa, y qué hiciste? - lo expresó con voz de preocupación y temor-

- De nuevo encendí luces pero esta vez hice más ruido y tome el teléfono y simule que llamaba a la policía, oí una veloz carrera por un costado de la casa y todo quedo silencio, creo que el ladrón se ahuyentó.

- Pero Lexa debiste llamar de verdad a la policía.

- No pequeña Clarke tenía mucho sueño y no quería enredarme en papeleos por un ladronzuelo - le indique con despreocupación- pero en todo caso, la interrupción de la noche me ha hecho perder el sueño y el descanso.

- Eres muy terca, mira que te pudieron robar, tienes cosas muy importantes en tu casa.

- No, mi casa es un bunker, no es fácil de entrar y lo más importante siempre está conmigo.

- Si, tu dinero y tus documentos?

- No, mi virtud! Siempre está bien resguardada - le indique riéndome-

- Eres una tonta Lexa sabias- lo dijo con regaño pero también con risa- Si sigues siendo tan arriesgada puedes perder hasta la virtud.

- La verdad me gustaría entregarla por voluntad propia - le indique continuando la tonta conversación-

- Mira potencial desvirtuada, estudiamos esta noche, iba a decirle a las chicas que en mi casa pero mejor en la tuya, creo que hace falta que vean más gente por allí, que no estás sola.

- Es buena idea, después de todo si tienes algo en esa cabecita rubia.

- Eres una boba aprieta tornillos, más bien di, gracias Clarke por preocuparte por mí. Hasta la noche Alexandria Woods

- Está bien, gracias Clarke por preocuparte de que preserve mi virtud intacta, te veo en la noche- y colgué el teléfono aun riéndome-

Mi día de trabajo fue rutinario sin muchos sobresaltos, la verdad quería que llegará la noche, me divertía mucho con las chicas y disfrutaba de pasar tiempo con la nueva Clarke, y como casi todas las noches comenzó la ligera llovizna, pero esta vez se sentía diferente, tenía demasiado viento, esto me preocupo porque ya habíamos acordado que la noche que la lluvia fuera muy fuerte no quedaba más remedio que cancelar la sesión de estudio. Y eso fue exactamente lo que sucedió, la lluvia y el viento se intensificó, era una tormenta realmente aterradora, por el ruido de los truenos casi no oí que mi teléfono sonaba.

Mi Patito FeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora