Capítulo 23. La felicidad tiene nombre de mujer

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Lexa

Esto no podía estar pasando, que hacia ella en el taller, habían pasado muchas semanas de tranquilidad sin saber nada de Ontari Edwards y de pronto estaba allí simplemente en mi lugar de trabajo, Raven me había comentado que una persona de talento humano nos visitaría para aplicar un encuesta de clima organizacional, pero porque tenía que ser ella, lo que menos me apetecía era cruzarme con la bruja. Con su prepotencia nos convocó a todos en el salón de reuniones y explico la manera de llenar los formularios, yo lo diligencie lo más rápido que pude porque quería salir a volar de allí lo antes posible, procedí a entregarle y me retire del salón, pero no me percate que ella me seguía, de pronto me halo del brazo y me detuvo.

- Alexandria Woods, espera un momento- me dijo categóricamente al estar fuera del salon-

- Qué quieres? – Me solté de su amarre y me devolví armada-

- Cuál es la prisa, solo serán unas palabras – dijo con burla-

- Habla que debo volver al trabajo – le respondí y se acercó aún más para que no existiera riesgo que alguien nos oyera-

- Sabes que eres muy estúpida, debiste tirarte a la amiguita que te mande hace unas semanas a la universidad, le gustas mucho -de inmediato recordé la chica que me abordo aquel sábado antes de empezar clases-

- Es amiga tuya? No me interesa relacionarme con nada que tenga que ver contigo.

- Imbécil! Tenías que haber caído con ella, pero hasta Clarke se encargó de desanimarla – no entendí porque mencionaba a Clarke-

- Ya estuvo bueno Ontari, tengo cosas que hacer, yo si trabajo de verdad

- Si olvidaba que eres una arrastrada mecánica y así te vas a quedar, que pesar que no ascendiste a supervisor, debiste ser más cuidadosa con tus documentos – y entendí entonces la causa de la perdida de mi acta de graduación y sentí ganas de partirle la cara de un golpe pero me abstuve porque quizás eso era lo que ella quería-

- Sabes no me interesa ningún ascenso porque en realidad ya tengo mi premio mayor: el azul de cielo.

Y diciendo esto me di la vuelta y me aleje de allí, sabía que la había dejado ardiendo de ira y que quizás me caería por la espalda, pero esta era una guerra sin balas, una guerra silenciosa, de cual al parecer había librado otras batallas sin darme cuenta. Era increíble que una persona como Ontari anduviera tan tranquila por la vida dañando personas, manipulando, engañando, tenía que tener su merecido en algún momento. Yo me conozco bien y sé que nunca tomaría la justicia por mi propia mano, yo solo me había defendido y había protegido a Clarke, así que tendría que cuidarme aún más porque por lo visto ella había seguido en su propósito de dañarme. Como era posible que ella hubiera lastimado tanto a Clarke, un ser tan maravilloso, tan lindo, dulce y tierno, que solo merecía ser amada y cuidada. Aquello que había pasado en el taller no se lo contaría a Clarke porque no quería asustarla justo ahora que  habia encontrando el camino para salir adelante del daño que Ontari ocasiono.

Este definitivamente no era mi día, en la mañana tuve el encuentro cercano con la bruja y ahora estoy viendo este terrible espectáculo de Roger humillando e insultando a Hugo y Botitas porque no han terminado la tarea de mantenimiento a tiempo, no soporto que haga esto, los muchachos me han contado lo mal que los trata, suplican mi ayuda pero no veo más camino que enfrentarlo o recurrir a hablar con Titus.

- Roger por favor basta ya de insultarlos, ya se ha excusado y explicado las razones de su atraso, ellos no tienen la culpa que la pieza de reemplazo no sea la correcta por un error de suministro de materiales. – me acerque a defenderlos-

Mi Patito FeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora