Fantasías con mi Tío

Capítulo 18

Sofía:
Mis padres se habían acostado a dormir temprano, por lo que aproveche y me preparé para ir al parque a esperar a Steve. Tenía esperanzas de llegar al parque y que Steve estuviera allí o llegará pronto. Ya me encontraba en el parque, me senté en el banco en el que había quedado con Steve. Miré la hora y faltaba poco para que se hiciera la hora en la que quedamos. Me puse a usar el celular mientras tanto para matar un poco el tiempo. Traté de llamar a Ian pero no me contestaba, al parecer se lo tomaría bien enserio lo de no ser más mi amigo, eso me dolía. Ya había pasado media hora y Steve no había llegado, miré mi celular y no tenía ni un mensaje ni una llamada pérdida suya, comencé a llorar desconsoladamente, no podía creer que no viniera, que no quisiera luchar por nuestro amor, Ian tenía toda la razón, Steve no me amaba, solo quería llevarme a la cama. Me fui de vuelta a la casa, aun mis padres estaban dormidos por lo que subí rápidamente sin hacer ruido y me encerré en mi cuarto. Ya era definitivo, tenía que olvidarme por completo de Steve, él no me amaba.

Steve:
Sentía como unas sirenas sonaban muy cerca de mi. Trataba de abrir mis ojos pero todo lo veía borroso. Sentía un gran dolor en todo mi cuerpo. No me podía mover. Escuché como comenzaron a darle golpes a la puerta de mi auto hasta que sentí unas manos tocar mi cuerpo. Me halaron hasta que lograron sacarme del auto. Me montaron en una camilla y me subieron a la ambulancia. Aun no sabía que sucedía. ¿Que me había pasado?

- el chico necesita ser atendido de emergencia! – escuché a una mujer hablar agitada y solo pude ver una bata blanca, ¿estaba en el hospital? – al quirófano!

Abrí mis ojos y me encontraba en una habitación completamente blanca. Traté de hacer fuerza para levantarme pero el dolor me lo impedía. Solté un gran gruño al tratar de levantarme y no poder. La puerta de la habitación fue abierta, acababa de entrar una mujer con una bata blanca. Su cabello era castaño y lacio, sus ojos eran claros, su piel era perlada y llevaba consigo unos lentes puestos. Al verme despierto, una gran sonrisa se postró en su rostro y al escucharla hablar, su voz se me hizo conocida.

- ¿cómo se encuentra Steve Vélez?

- confundido y con dolor, ¿que me sucedió?

- soy la doctora Smith, estaba en turno cuando llegó una ambulancia y venías en ella, tuviste un accidente automovilístico muy feo, chocaste con un camión, al parecer estabas usando el celular, muy mala elección joven,  gracias a Dios que la ambulancia te trajo de inmediato a este hospital, sino en estos momentos no estuvieras hablando, necesito que me digas cuanto dolor sientes, del 1 al 10

- ¿50? – sonrió y anotó en su carpeta.

- al parecer tienes bastante dolor, le diré a la enfermera que te apliqué antibiótico cada 6 horas, para que no sientas tanto dolor, cualquier cosa estaré en turno hasta tarde, estaré encargada de tu caso, cuídate y no hagas muchas fuerzas Steve, no queremos que te lastimes más

Sofía:
La puerta de mi cuarto fue abierta bruscamente, era mi padre. Estaba desesperado y se encontraba ¿llorando?

- ¿que sucede papá? – pregunté asustada, nunca antes lo había visto de esa manera.

- es tu tío! Me acaban de llamar del hospital que tuvo un accidente fatal y que esta delicado en el hospital, lo tienen en el quirófano en estos momentos!

Comencé a llorar, no lo podía creer, Steve había tenido un accidente y estaba grave, necesitaba verlo cuanto antes y saber como se encontraba. Tenía mucho miedo, mis nervios no se controlaban, me vestí con lo primero que encontré y bajé las escaleras corriendo detrás de mis padres para montarnos en el auto y llegar al hospital de inmediato. Llegamos y fuimos directamente a preguntar por Steve. Nos dijeron que ya lo habían sacado del quirófano pero que no podía recibir visitas por su estado. Que nos quedáramos cerca para futuras noticias. La angustia me estaba matando, no podía soportar, lloraba y lloraba sin control, no tenía esperanza alguna de verlo bien, de ver al Steve del cual me había enamorado. Mi padre estaba desesperado, mi madre se encontraba abrazándolo para tratar de consolarlo.