Capítulo 32

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Mi vida estaba comenzando a ser un asco, desde aquel día en el que le habíamos dicho la verdad a mi padre, no me ha vuelto a dirigir la palabra. Me tienen rotundamente prohibido ver a Steve pero eso no nos impide nada, Steve pasa por mi al cole por las tardes y compartimos un buen rato para luego volver a la realidad. Por otro lado, Ian y Anto llevaban 4 meses de novios, hacían una pareja tan perfecta, me encantaba verlos juntos, se veían sumamente felices. Ya mi barriguita estaba creciendo, me sentía super ansiosa ya que estaba loca por saber si era una niña o un niño lo que llevaba en mi vientre.

Llegué a mi casa y encontré a mi madre llorando al lado de mi padre y diciéndole que despertará. Mi corazón se paralizó por varios segundos, mi piel se erizo, tenía miedo, no podía ser lo que estaba pensando.

- llama una ambulancia Sofía, tu padre esta mal – busqué rápidamente mi celular y le marqué al 911, le conté los síntomas que tenía mi padre y de inmediato llegaron a la casa y lo llevaron al hospital.

Me encontraba sentada en la salita de espera junto a Steve, a pesar de todo se preocupaba mucho por mi papá, era uno de sus hermanos mayores al cual amaba con locura aunque ya mi padre no lo amará a él. Mi madre estaba un poco incomoda ante la presencia de Steve pero no dijo nada debido a las circunstancias.

- familiares del señor Carlos

- soy su esposa, por favor, dígame que mi esposo se encuentra bien

- se encuentra estable en estos momentos pero... – ese pero no me gustaba, no quería escuchar lo que venía después de eso – el señor Carlos sufrió un infarto bastante fuerte, y le hicimos una tomografía computadorizada y no nos gusta lo que vimos, estamos realizando los estudios necesarios para descartar lo que creemos que tiene

- ¿que tiene mi esposo? – comenzó mi madre a llorar.

- le encontramos una masa de gran tamaño en el cerebro al señor Carlos, queremos descartar que sea maligna pero por su presentación todo presenta lo contrario, esperaremos los resultados para estar más seguros

Mi madre comenzó a llorar desconsoladamente, me acerqué a ella y la abracé fuertemente, no pude contener mis lágrimas y comencé a llorar también, pero tenía que ser fuerte, por mi mamá y por mi bebé.

- le traeré un té a Susan para que se tranquilice, vuelvo enseguida – dijo Steve acariciando mi hombro y caminando hacia la cafetería, sabía perfectamente que Steve quería ocultar sus lágrimas de mi vista, pero era inútil, lo conocía sumamente bien para saber que se encontraba llorando.

Al rato llegó con el té y le hizo entrega a mi madre, ella subió la mirada y le sonrió en forma de agradecimiento.

- Sofía, creo que es mejor que vayas a la casa, necesitas descansar

- no puedo irme y dejar sola a mi madre en estos momentos, necesito saber que tiene mi padre Steve

Pude ver dos personas familiares acercarse a nosotros a toda prisa, claro que eran conocidas, eran Ian y Antoniet. Los dos me abrazaron fuertemente y luego Ian abrazó a mi madre. Ella le tenía mucho aprecio a Ian, siempre quizo que entre nosotros sucediera algo más que una amistad.

- Sofía, ¿te encuentras bien? – preguntó Anto.

- regular, estoy preocupada, el doctor dijo que se sospecha que mi padre tiene una masa maligna en el cerebro, yo no lo puedo perder, no ahora que esta molesto conmigo, si le llegaré a pasar algo me sentiría como una basura, él está así por mi culpa – dije entre lágrimas y luego me volteé para mirar a Steve y bajó su cabeza, mierda! Lo que dije le tuvo que haber dolido.

- tranquila Sofía, todo saldrá bien – me levanté y me acerqué a Steve, me senté a su lado y le tomé la mano.

- Steve – se quedó callado – contéstame, te estoy hablando – me miró y sentí una sensación extraña al verlo.

Fantasías con mi TíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora