¿Por qué a mi? II

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Narra Romeo:

Era muy tarde y yo seguía montado en mi moto a que saliese aquel cabrón. Malditos negocios.

- Nuestro último negocio Santos, ¿qué te parece?

- Tantos años intentando salir de esta mierda, por fin Omar, ya era hora. Pero, ¿dónde diablos se habrá metido el asqueroso de Martínez?

- Por ahí viene.

Se acercaba con sus tres hombres, era un maldito cobarde. Nunca había venido solo a uno de nuestros tantos negocios.

- ¿Traeis todo? - Dijo frotándose las manos.

- Dáselo Don. - Le dí un codazo a Omar para que fuese rápido.

- Así me gusta, dos chicos jóvenes, bien obedientes. - Sacó una mochila con todo el dinero que nos debía. - Anóten, este será mi próximo pedido.

- Este era nuestro último negocio contigo Martínez. - Interrumpí.

- Ah, ¿sí? - Contestó irónicamente.

- Así es. Nosotros nos vamos. - Respondió Omar poniéndose el casco.

- No se libraran tan facilmente ustedes... Anthony, vijile usted bien a su chica... - Dijo Martínez mientras él y sus hombres se alejaban.

- ¿A qué se refiere Santos? ¿Qué chica? - Preguntó mi inocente mejor amigo.

- No sé como, pero haré lo posible para que no le toque un pelo a ______… Una, la conocí en el East. - Dije mientras pasaba mis dedos entre mi corto pelo.

- Se acabó, volvamos al apartamento. - Dijo Omar pasándome mi casco.

Me coloqué el casco y me abroché la chupa. Quince minutos después ya estaba en mi habitación, sin pider dormir.

De repente se abrió bruscamente la puerta de mi habitación.

- ¡Santos! - Exclamó Omar.

- Joder Omar, que susto. ¿Qué quieres ahora tío?

- He pensado en que podriamos dejar el instituto.

- ¿Cómo dices?

- Sí, márcharnos lejos de esta absurda ciudad.

- No, aquí en Madrid estamos bien. - Coloqué mis manos detrás de mi nuca ignorando aquel comentario.

- ¿Es por ______…? Podríamos irnos a otro país, ¿qué me dices hermano?

- Omar, como mucho me cambiaría de instituto.

- Al suyo.

- Ahí le has dado, buenas noches.

- No es mala idea... - dijo mientras salía de mi habitación cerrando la puerta de un golpe, no muy fuerte.

Narra _______:

Por suerte hoy era viernes y entrábamos 2 horas más tarde al instituto. Me levanté desganada y e duché. Salí directa y me vestí, vaqueros negros ajustados, camiseta de tirantes blanca degradada a rosa fucsia y mis converse rosas.

- Buenos días papi. - Dije mientras acababa de desayunar.

- Buenos días hermosa. - él siempre tenía su hermosa sonrisa en la cara.

- Me voy al insti, te quiero.- Dí un beso en su mejilla y salí a la calle. Dí unos cuantos pasos y para mi sorpresa estaba Santos, en su moto.

- Buenos días chica linda, ¿te llevo? -Dijo dedicándome una sonrisa y ofreciéndome un casco.

- Buenos días cansino, si te apetece...- Dije desganada mientras me subia a la moto y me ponía el casco. En realidad estaba encantada de verlo... Estaba jodidamente... sexy. Sí, sexy.

Me agarré fuerte a su abdomen y arrancó, Irene sentiría una gran envidia viémdome llegar en moto y con un chico así al instituto. Era la típica pija popular que lo quería todo para ella.

Cuando llegamos rápidamente baje de la moto y le entregué su casco. El se quitó el suyo.

- He pensado algo. - Dijo mirándo como retocaba mi pelo algo despeinado por el casco.

- ¿Qué genial idea se te ha ocurrido ahora? - Solté sarcástica.

- He pensado que podría cambiarme a tu instituto.

- ¡Genial! Digo... Oh... gran idea... - fingí desagrado. En realidad me fascinaba la idea, y se notó.

Él solto una carcajada, estaba tan guapo cuando reía.

- Te veo luego, ¿no? - Preguntó mientras acariciaba mi mejilla.

- Supongo, eres un pesado... - Reí.Este chico me hacía ser una cursi asquerosa como lo es Irene, la cual estaba detrás mía, a lo lejos, babeando con Romeo.

- Lo único que quería era verts de nuevo, pero está bien, si no quieres no quieres, no insistiré más. - Que sí que quiero imbécil pensé, pero no tenía suficientes agallas como para decirlo.

- Está bien, no me quedará otro remedio que ir a buscarte a West a devolverte esto. - Cogí el casco que me había prestado, le dí un beso en la mejilla y marché hacia mi clase.

Aún no había entrado al instituto cuando ví desde lejos a la arpía de Irene acercarse hacía el ingénuo de Santos.

Narra Romeo:

Me dió gracia cuando ví a la chica esa acercarse hacia mí, una rubia con el pelo completamente liso, la verdad, tenía un buen cuerpo. Era sexy. Pero ______ la superaba, aun podía notar los labios de esa chica sobre mi mejilla, quedé tan impresionado... Pasó de ser la chica más borde y a la vez adorable que había conocido a dejar de ser una seria y convertirse en una chica alegre. Así aún me gustaba más.

- Holaa guapo. - Dijo la rubia mientras mascaba un chicle rosa que parecía haberse quedado sin sabor.

- Hola.

- Eres nuevo, ¿no?.

- No, solo venía a traer a aquella chica.

- ¿A _____? ¿La pringada esa?

- Cuidado con lo que dices de mí chica.

- Uy, lo siento, no sabía que la borde era tu chica.

- Pues lo es.- Mentí, pero era la mentira más sincera que había dicho jamás, digo, la única que quería que se cumpliese.

Me puse de nuevo el casco y salí de allí dejando a la rubia plantada mascando su "sabroso" chicle.

Narra _____:

No pudé dejar de imaginar dialogos entre Irene y Santos, intentando adivinar la conversación que tuvo mi Romeo con la fresca más popular en el East High School. Un momento, ¿dije "mi Romeo"?

'Soy un chico malo'. | Romeo Santos | # WATTYS2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora