Me haz salvado de nuevo

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Narra Scarlet

Mi pie repiqueteaba en el suelo blanco de aquel hospital, esperando una señal, esperando una respuesta de parte de los médicos. No sé cuanto tiempo estuve aquí, con mis nervios a flor de piel, mis tímpanos dejaron de escuchar el ruido de la gente de aquel hospital. Personas llorando por perder a un familiar, personas felices por tener de nuevo a un familiar y personas esperando aquélla pequeña nueva vida que es un bebé. Mis manos comenzaron a temblar sin darme cuenta y los chicos me observaron. La primera en acercarse fue Lauren y me abrazó fuertemente. Hundí mi cara en su hombro y lloré, lloré lo que no pude llorar.

—Tranquila, ellos estarán bien —Acarició mi cabello y todos nos hundimos en un abrazo grupal. Era gratificante tener hermosas personas en mi vida.

—Pude haber hecho más.

—Hiciste lo mejor que pudiste, los salvaste a ambos —Me susurró Hayes y yo le sonreí. El menor del grupo se había convertido en un hombre maduro.

—Debes contarnos la historia completa —Me dijo Blake y asentí. Me senté de nuevo en aquélla silla.

Les conté absolutamente todo, desde el momento que estuvimos en la playa, hasta el momento que estuvimos en el bosque esperando a Jack. Me sentía culpable por el simple hecho de verlos a ambos internados en un hospital. Por mi culpa Jack está herido.

—Jack te salvó. Fue su decisión hacerlo —Asentí y escuché una puerta a lo lejos. El doctor que atendía a los muchachos apareció en mi campo de visión. Me levanté de golpe.

—¿Cómo se encuentran?

—Nash está mejor. Jack perdió demasiada sangre, necesitamos un donante porque puede complicarse su salud —Tragué en seco.

—Necesitamos comprobar si somos donantes —Habló Leah y el doctor asintió.

—Dentro de poco puedes ver a Nash. Sólo estamos esperando que despierte —Él me sonrió y yo le agradecí. Por lo menos él estaría mejor.

Narra Lauren

Ninguno de nosotros podía donarle a Jack, no eramos su tipo de sangre o un tipo de sangre universal. Ví a Scarlet y sabía que estaba muy preocupada, triste y se sentía culpable. No era su culpa. Suspiré y me senté a su lado, agarrando su mano.

—Encontraremos un donante.

—¿Qué pasa si no?

—Lo haremos, somos Magcon. Podemos hacer lo que sea —Me sonrió un poco y miré a la puerta.

Tal vez mis ojos me estaban engañando, tal vez estaba alucinando, pero observé a Ellie que me miraba con tristeza. ¿Qué hace ella aquí? Debería estar en Ámsterdam, en su viaje por el mundo, debería estar cumpliendo su sueño. Se nos acercó poco a poco y fijé mejor mi vista. Se veía mejor, había ganado un poco de peso, pero no hasta el punto de verse gorda. Me sonrió con nostalgia y yo codeé a Scarlet.

—¿Ellie? —Dijo Scar en un susurro y Ellie asintió —. ¡Ellie! —Scarlet la abrazó fuertemente y las chicas y yo nos acercamos.

—Pero.....¿qué pasó? —Preguntó Blake, se le veía emocionada.

—Supe lo que le pasó a Jack y quise venir a verlo.

—Gracias por estar aquí —Kara le sonrió y todas nos abrazamos. El mejor abrazo de reencuentro.

—Ellie, necesitamos un donante —Le dijo Scarlet rápidamente. Deberías ir con el médico, tal vez tu puedas serlo.

—Lo....lo intentaré —Ella se alejó a paso lento buscando al médico. Puse todas mis fuerzas en creer que ella sería el donante.

Narra Ellie

Observé aquel pasillo, por esto me alejé, porque nos pasaban muchas cosas malas. Siguiendo un sueño para acabar así. En hospitales. Éramos personas normales, con sueños normales y todo se fue a la basura cuando nos ganamos enemigos y enemistades. Busqué con la mirada al doctor que me habían descrito las chicas. Me gustó verlas, las extrañaba demasiado. Tropecé con un señor de unos cuarenta años y ahí supe que era el médico.

—Ehmmm....Buenas, quería ver si era donante para Jack Gilinsky —Él asintió.

—Acompañeme por aquí —Lo seguí hasta una habitación blanca. ¿Por qué las paredes de los hospitales eran blancos? ¿Te lleva hacia la luz o algo por el estilo? —. Siéntate aquí.

Le hice caso y me hizo unas preguntas. Luego tomó una pequeña muestra de mi sangre y la comparó con la de Jack. Y si, era donante. Podía salvar al amor de mi vida. Venir aquí no fue en vano. El doctor tomó la sangre que podía necesitar Jack y me agradeció. No lo hacía por el deber, lo hacía por él, por verlo mejor. Porque aún lo amaba.

Al salir, las chicas me recibieron con una gran sonrisa y yo les sonreí de vuelta. Volví a mi hogar, junto a ellas, junto a ellos. No podía alejarme de nuevo.

***

—Ya puedes ver a Jack —Se acercó el doctor y yo me levanté rápidamente de aquélla silla. Lo seguí hasta la habitación de Jack. Mi corazón retumbó sin parar. Volvería a verlo y estaba aterrada.

La habitación 603 me recibió y me arrepentí de venir, no sé como vaya a reaccionar con sólo verme. Tal vez quiera lanzarme una silla. El doctor se retiró y yo agarré la manija. Pensando si entrar o no. Tragué en seco y decidí entrar poco a poco. Jack estaba acostado en una cama, con muchos cables conectados a varias máquinas. Sus ojos viajaron hasta la puerta, dónde estaba yo parada. Vi sorpresa y felicidad.

—Ellie —Mi nombre saliendo de sus labios se sentía maravilloso. Cómo la dulce melodía que podría escuchar siempre. Me acerqué cada vez más rápido y lo abrasé. Mojando su pecho con mis lágrimas.

—Lo siento, lo siento tanto —Él acarició mi cabello con cariño. Ahí es dónde debería estar, ahí es mi hogar. A su lado.

—No sientas nada bonita. Te entiendo —Alcé la mirada y lo observé. Se seguía viendo maravillosamente guapo.

—Te abandoné.

—No querías hacerlo, tenías demasiadas cosas encima —Acarició mi mejilla con dulzura y me sonrió —. Me haz salvado de nuevo Ellie.

—¿Cuándo fue la primera?

—Cuándo aceptaste ser mi novia.

Narra Scarlet

Salí corriendo para poder ver a Nash, estaba bien. Su temperatura estaba mejor, había descansado y había comido algo. Las personas se alarmaban al verme correr tan estrépitosamente. Entré como alma que lleva el diablo a la habitación 506 y Nash casi se cae de la cama del susto.

—¡Nash!

—Por dios Scarlet, casi me matas del sus.....—No lo dejé terminar porque había estampado mis labios sobre los suyos. Estaba feliz de verlo bien, a salvo, a mi lado.

—Estás bien —Coloqué mis manos sobre sus mejillas y él me sonrió.

—¿Dime que hice de maravilloso para tenerte en mi vida?

—Ser tú.

—Gracias por salvarme.

—Haría lo que sea por ti —Acerqué mis labios a los suyos de nuevo y nos besamos lentamente. Sin apuros, sintiendo el amor del otro. Con el corazón repiqueteando sin cesár. La máquina que monotoreaba su corazón empezó a ir deprisa y me separé de él.

—Disculpa, aún haces que mi corazón vaya muy rápido.

—Te amo.

—Te amo.


***

Espero que les haya gustado este capítulo.

Voten y comenten.

Sólo 3 o más capítulos para que se termine esto. Gracias por todo




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