CAP. XII

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Yuuri se estaba acalorado, sintiendo un peso ajeno sobre su cuerpo que le hizo quejarse, se encontraba cómodo entre aquellos brazos, un momento, ¿brazos?

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Yuuri se estaba acalorado, sintiendo un peso ajeno sobre su cuerpo que le hizo quejarse, se encontraba cómodo entre aquellos brazos, un momento, ¿brazos?. El nipón terminó de tomar conciencia y abriendo sus ojos ampliamente, su sorpresa es grande, pues Viktor, dormía junto a él abrazándolo. Su omega le pedía no separarse, pero su razón, recobró fuerzas, impulsándolo a levantarse lo más rápido que pudo del sofá, haciendo que el mayor se despertara.

Sus ojos azules a pesar de verse enceguecidos por la luz de la mañana se enfocaron sobre el rostro tímido y sonrojado del Omega, que le miraba con ¿amor?, Viktor abriendo más sus orbes azulinos para detallar aquel rostro, se vio impedido por un almohadazo que provino de parte del menor.

Esto gratamente le sorprendió, pero la sonrisa picara y traviesa de Yuuri que le hicieron retraerse, y siguiéndole el juego, ambos terminaron peleando con los almohadones del sofá.

Miradas furtivas, llenas de coquetería indirecta despertaron a sus lobos internos, ambos no se dieron cuenta de su cortejo, pero algo más ocurrió, el Omega de Yuuri, comenzó a debilitar las fuerzas del menor, restando fuerzas de sus extremidades inferiores, pero el menor disimulando se recuesta sobre el suelo, haciendo un escudo con su cojín, y el ruso le atacaba entre risas y forcejeos.

Viktor trastabillea, cayendo sobre Yuuri, ambos por largos segundo se quedan mirándose a la cara, sintiendo aquel momento de forma mágica, el mayor se acerca lentamente más al rostro del nipón, y con la intensión de un beso, es correspondido sin reparos. Viktor posando sus labios sobre los del otro, deposita un beso suave y casto como si estuviera pidiendo permiso para entrar, el cual siendo consintiendo, ambos saboreaban los labios del otro, enredando sus lenguas, ambos no daban tregua, y el Alpha de ruso aullaba en su interior llamando a sus más bajos deseos.

El Omega del menor, intentaba corresponder a las insinuaciones que el otro le daba, pero Yuuri, batallaba en contra, debilitándose más, y a punto de sucumbir su instinto, ambos son sacados de su burbuja debido al sonido del timbre que anunciaba la llegada de una visita inesperada.

Separándose de forma súbita, acalorados, no se atreven a mirarse a la cara, ni ellos mismos entendían la razón del porque sus instintos se llamaban de forma tan natural. Obviamente el menor jamás comprendería la razón del rechazo, pero conocía por su Omega, que el ruso era su destinado, y aunque este no le correspondiera, preferiría morir con su secreto.

A Yuuri, aun le flaqueaban las piernas, por lo que se deja ayudar de parte del mayor, quien le ofrecía su mano para levantarse, al ser jalado con mucha fuerza, cae sobre Viktor en el sofá, sonrojándose a más no poder le causó gracia al ruso. El timbre sonaba insistentemente, y recobrando sus sentidos, Viktor, atiende la llegada de sus familiares que vinieron a visitarles.

El mayor Hisakawa, Mila y Chris, venían a husmear la vida de los recién casados, y Viktor soltando suspirando despreocupado, les recibió bastante alegre.

Chris y Mila, se dieron cuenta del estado tembloroso del menor, la pelirroja, siendo la más cercana le abraza reconfortándole, el suizo que observaba el lugar, soltaba unas cuantas insinuaciones hacia la pareja, avergonzándoles en más de una forma. Todos reían ante aquellas reacciones, y dirigiéndose a la cocina, ayudan a la pareja a ubicar la comida que estos trajeron para ellos, además de los regalos y preparar el almuerzo.

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