Ambos pertenecían a la misma familia, Viktor un Alfa capacitado y Yuuri un Omega llamativo, una propuesta un tanto descabellada unirá sus vidas lo que conllevara a un amor un tanto aguerrido?
Los personajes no me pertenecen, créditos a los creadores...
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¿Pensaron que la luna de miel no sucedió?
Los boletos VIP, que habían sido relegados al olvido, fueron renovados, y la influencia del mayor Hisakawa tuvo mucho que ver, la pareja tenía que disfrutar de sus vacaciones y los hermanos del nipón estaban inmiscuidos en el quehacer...
-Yu, ¡¡no llevarás esa tanga!!
-Lo haré, y no me dirás que... Vik, ¡¡maldito Alpha psicópata!! –le reclama después de haberse mirado al espejo.
-Te lo dije... no la usarás –sonriendo maliciosamente.
-¡Cómo pudiste dejarme tantas marcas en la espalda!, ¡te odio!
-No mi piggy, tú no me odias, me amas con locura...
-No es así Alpha presun...
-Así no me decías anoche ¡amorcito!
-¡¡Cállate idiota!! –bastante rojo...
-Yu.... ¡Te amo!, y ese cuerpo nadie, además de mi puede verlo –con sonrisa satisfecha.
-No saldré a la playa de esta manera... así que vete a la mier...
-No piggy saldrás con esto...
Viktor, le cubre con una de sus camisas, y alzándolo entre sus brazos, lo saca a la playa, mientras caminaban sobre la arena, muchos de los que allí se encontraban, miraban a la pareja, el ruso, sacaba su mejor expresión de mercenario, y los expectantes se giraban tan pronto se sentían amenazados.
El sonido de la gente divirtiéndose, el vaivén de las olas, y las constantes Alphas, Betas y Omegas que rodeaban al ruso, alborotaron su genio, que más de una vez se hizo del rogar, ambos no ocultaban sus celos, y los últimos meses parecía haber aumentado, considerablemente solo un poco, pero esa era el ciclo de amor odio en la que los dos estaban sumergidos, mientras sus sentimientos se afloraban sacando su lado más salvaje en la intimidad.
Después de cada pelea, el Alpha terminaba pidiendo perdón, no es que Yuuri, fuera un histérico, pero se lo buscaba, y más con su historial de Casanova, esa tarde de playa no fue la excepción y al final, el ruso le tocó ir a dormir en el sofá, el castaño no olvidaba tan fácilmente, y el karma lo dejaba claro.
*
Yutopia, la cadena de restaurantes y ahora posadas de aguas termales que Yuuri, había inaugurado pocos meses atrás, iba tomando vuelo, Mila su mano derecha en los proyectos de este, tomo el control de la agencia de citas, pues las buenas referencias hablaban por si solas, y como este no podía dividirse a sí mismo, la ayuda de la pelirroja no le venía para nada mal.
Viktor, se encargaba de la empresa, había logrado gracias a varios acuerdos internacionales la expansión de la constructora, las acciones de la familia Yang, que habían sido puestas en ventas en el pasado, fueron puestas bajo investigación, descubrieron que el Señor Kineki, había estado robando por medio del seguro a muchos de los trabajadores, y que por sus trucos de baja calidad, las multinacionales habían desatendido los tratos correspondientes, el fraude estaba a la carta, pero después de ser desalojados de sus bienes y pasados a ser titulados por el Estado, los Yang, quedaron solo con lo que el canadiense, el esposo de Isabella, les proveía.
