CAP. XIV

6.6K 582 36
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Besos resonaban en la habitación, cada vez más insaciables, aunado a las entrecortadas respiraciones que hacían el ambiente más libidinoso. El albino, paseaba sus anchas manos delineando el cuerpo del contrario, sacándole sonoros gemidos de su boca... verlo con sus labios hinchados, y el sudor recorriendo su piel por la excitación, le conmocionaban, le hacían sentir completo.

El solo imaginarse estar en el interior del Omega, encendían sus bajas pasiones, amagándolo a su cuerpo, contemplando cada espacio de su piel, depositaba besos y mordidas como evidencia de avistamiento... deseaba ser destrozarlo, y su lobo aullaba de felicidad ante la respuesta afirmativa del menor a sus caricias, pero no, no podía profanar tan duramente aquel cuerpo de porcelana bellamente esculpido, fue difícil contenerse, no lastimarlo era su prioridad, pero el más bajo le hacía difícil aquella tarea con sus insistentes roces.

Sus cuerpos expuestos, sudorosos, acelerados y llenos de lujuria, mantenían a sus lobos agonizando, su lobo Alpha reclamaba marcar la piel del otro, y la ropa rasgada aun sobre el cuerpo del Omega, le impedían hacer su reconocimiento a cabalidad, los besos cada vez más hambrientos, las caricias más candentes y desesperadas, y los gemidos de Yuuri, indicaban que lo estaba disfrutando, sus jadeos se volvieron necesitados, y Viktor no dudaría en responderle.

La pálida piel resaltaba notables marcas, el ruso se quejaba por lo bajo, puel el castaños marcaba su espalda con sus uñas, y esto le complacía, pues, que el otro marcara territorio era su placer culpable. Sus cuerpos rozaban y el mover constante y errático de sus caderas hacía que sus miembros se frotaran, ebulliendo en gemidos al borde del orgasmo. El sonido de sus jadeos hacían eco en las paredes de la habitación y esto les hizo llegar al éxtasis.

Viktor se estremecía al ver al menor vuelto un desastre por su causa, le resultaba exquisito, mirarle con sus piernas extendidas alrededor de él exponiendo todo su cuerpo a su merced, infinitamente esta imagen le llenaba, y sentía llegar al orgasmo nuevamente de solo pensar que podía llegar a más.

Yuuri, con su respiración agitada y su cuerpo sudoroso, temblaba ante la mirada del Alpha, deseaba con vehemencia ser consumido, pero se cohibía debido a su inexperiencia, y deseaba que fuera el mayor a que dispusiera de su ser, sus fuerzas no funcionaban y estaba bajo el control de su Omega.

Viktor, besa al nipón, esta vez con más ímpetu, su miembro rosaba la muy húmeda entrada de su compañero, que palpitaba por atención; el ruso, solo sonrió satisfecho, siendo lo suficientemente lento para que el contrario suplicara por ello. Las caricias delineaban notablemente la menudes del cuerpo más bajo, y el miembro del Alpha, se agrandaba a medida que el dulce y embriagante aroma del Omega inundaba sus sentidos, y este no se quedaba atrás, haciendo que el menor perdiera el control, envolviéndolo con su embriagante olor a menta y Chocolate.

Yuuri, soltó un pequeño grito, unos largos y hábiles dedos se hicieron de forma perniciosa paso en su interior, un poco agitado gemía estregando su cuerpo contra el del ruso, y no cavilaba entre el dolor y el placer que el ruso le otorgaba, el peliplateado notando que había dejado de retorcerse, le invade con un segundo, dedo esta vez alcanzando el punto g, el cual el Omega, sin vergüenza, comenzó a gemir más audiblemente, mientras su miembro se erguía derramando un hilo blanquecino que bañaba su vientre.

Atadura MatrimonialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora