Capítulo 42: Alfombras egipcias

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-¿Quién es esa que está con Ian y por qué demonios tiene el mismo vestido que vos?
-¿Linda?
-No, es fea.
-Es su nombre.

Se que parece una conversación de locos pero tendrá mucho sentido cuando les diga que Tessa, Noah y yo nos quedamos estupefactos cuando vimos a Ian entrando con la susodicha agarrándola de la cintura y ella lleva EL MISMO VESTIDO QUE YO, y diablos que le queda mucho mejor que a mí.

Tessa se acercó como una fiera a ellos. Noah y yo nos miramos y la seguimos. Esto iba a terminar para mal.

-¿Quién es? -le dijo mi amiga a Ian, sin siquiera saludar
Linda la miró de arriba abajo y Tessa le mantuvo la mirada por un largo rato
-Linda McCall. Encantada de conocerte -contestó extendiendo la mano, cosa que Tess rechazó
-Aria la lista por favor -gritó
Mi prima nos trajo el enorme papel escrito a mano por mí en el que decía quienes tenían permiso para ingresar, y como no, la pelirroja no estaba.
-¿Cómo dijiste que era tu apellido? No, me parece que no estás. Lo siento.
Cuando yo digo que tengo la mejor amiga del mundo no miento.
-Pe-pero Ian dijo que podía venir
Ian me miró con mala cara y supe que las cosas se iban a poner feas si no intervenía y no quería que se armara un escándalo en frente de todos.
-Esta bien, puede quedarse.
Ella dio un salto de alegría y me dio las gracias. Cuando vi que Ian se me estaba acercando agarré del brazo a Noah y le dije que vayamos por tragos.

Media hora más tarde y con varios tragos encima vi como Linda bailaba en el medio de la pista improvisada. Sí que es linda, bueno, demasiado. Y para colmo sabe cómo moverse. Creo que si llego a hacer esos movimientos me quiebro la columna. Agarré otro vaso de la barra y me lo llevé a la boca.

-Hey que buena fiesta -dijo una chica morena que en mi vida había visto
-Graciaaaaas -dije alargando la a. Ah, los efectos colaterales del alcohol. Parece que las aspirinas y yo nos volveremos a hacer mejores amigas.
-¿Vos no sos la que se había peleado con Caroline en el baile de graduación?
-Jajaja cuánto tiempo ya. Bueno tengo que ir al baño. Adiós -le dije saludándola con la mano.

Baje la tapa del inodoro y me senté sobre él para usar mi celular. Arrugué la nariz al ver lo sucio que estaba todo. Sí que iba a costar limpiar.
En todas las redes sociales era furor mi fiesta. Historias en snapchat, Instagram, fotos con hashtags de la mejor fiesta o fiesta épica. Quién diría que yo, Allison Collins, sería la responsable de todo.
Oí como golpeaban la puerta llamándome. Era Aria.
-Vamos, al fin y al cabo somos las anfitrionas.

Luego de que mis amigos me insistan por casi quince minutos que vaya a bailar, terminé accediendo. Ya me estaba doliendo la cabeza. Luego de un par de tragos más y varias canciones pusieron un tema que a Aria nos encanta. Ella me miró y fue automático cuando empezamos a correr a todos entre varias risas. Hicimos nuestra coreo y yo me moría de vergüenza pero todo me causaba gracia.

No sé cuando pasó, pero Aria derramó todo el contenido de su vaso en el vestido de Linda. Tuve que morderme el cachete para evitar la sonrisa de satisfacción. Aria se llevó las manos a la boca y ella solo se limitó a quedar atónita. El gris del vestido estaba teñido de rojo y el maquillaje se le había corrido.
-Yo, yo lo siento mucho. Perdón perdón -Dijo mi prima yendo a buscar algo para ayudarla a secarlo
-¿No ves por dónde vas? ¿Sabes lo que me costó este vestido?
-Casualmente si, porque fue a comprarlo conmigo -le dije sonriendo
Ella me miró con furia y agarró las servilletas que Aria le había traído. Sus rizos rojos ahora estaban oscuros y lizos, próximamente se le haría una maraña en el pelo. Ah, qué satisfacción.
-Si estabas tan enojada porque teníamos el mismo vestido podrías habérmelo dicho, no mandarla a que me tire un vaso entero.
-¿Qué dijiste? ¿Acaso pensas que voy a ser tan infantil como para hacer eso? Ni que te quedara mejor que a mí -le contesté. Tendría que tomar alcohol más seguido, me daba valor para decir lo que sobria no podía
Comenzó a gritar insultandome y mis amigos se acercaron.
-¿Se puede saber qué pasa? -Dijo Ian
-¿No ves? Me mojaron el vestido.
-¿Quién? -contestó él. Aca bueno, ¿acaso pensaba defenderla? La sangre me hervía.
-La idiota esa -Dijo señalando a Aria que se moría de vergüenza
-Pensalo dos veces antes de insultar a mi prima.
-¿No puede defenderse sola?
Di un paso hacia ella, y cuando estaba a punto de pegarle Aria intervino
-Alli, no pasa nada. Fue un accidente. Si queres te presto ropa.
Ella la ignoró y se dirigió a Ian.
-¿No vas a decir nada?
-Es un poco de líquido, ya se te va a secar.
Mi mini yo que se encuentra en mi cabeza estaba bailando una danza árabe agradeciendo que Ian haya abierto los ojos.
-Ni loca me quedo así. Consíganme ropa.
Se había formado una ronda alrededor nuestro donde todos gritaban y nos alentaban a seguir peleando. Josh empujó un par de chicos y se acercó con Tessa.
-¿Se puede saber qué demonios pasa? ¿Otra vez vos? -dijo mi amiga mirando con desagrado a Linda
-¿Acaso no ves? Me empaparon el vestido
-Oh, lo siento -contestó con la voz más falsa que escuché en mi vida - Ah, pero hay un inconveniente.
-¿Qué?
-No aceptamos la gente mojada dentro de la casa. Son reglas estrictas de las dueñas. No queremos que se arruine la alfombra, es egipcia y vale más que cien vestidos tuyos. Gracias por venir y espero que te hayas divertido -dijo Tess con una enorme sonrisa en la cara señaladándole la puerta
-¿Es un chiste? ¡Ian!
-Vamos Tessa, déjala quedarse. Ya bastante histérica esta por lo del vestido.
-¿Histérica? Se terminó. Me llevas a mi casa ahora mismo.
-¿Por qué tiene que llevarte él, ¿no sabes pedir un taxi? -dije
-¿Te pone celosa?
Touché.
-Vamos Linda. Ya alteramos bastante la fiesta -me mira- en un rato regreso.

Y así fue como, la arpía se fue dejando su huella, literalmente, por el suelo. Todos reían y ella estaba que largaba humo.
-Vamos chicos, a seguir bailando que la fiesta no terminó -gritó Tessa y la música volvió a sonar.

Fui a sentarme al sillón y vi a alguien familiar al lado mío.
-Eh Noah -dije dándole un codazo
-Si que fue una buena pelea la de recién
Sonreí.
-Cuando alguien me cae mal no lo puedo disimular.
-¿Entonces me odias? Porque siempre estás de mal humor conmigo.
-No Noah. Me caes bien, si no no estarías en mi fiesta.
-Buen punto. Quiero decirte que ese vestido te queda mil veces mejor a vos que a ella.

Con solo decir eso hizo que me ponga roja como un tomate y que algo en mi estómago se moviera. Ay no, otra vez no.

Problemas atípicos de una adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora