Capítulo 21: Mensaje S.O.S

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Seguramente están pensando, ay se va a matar, pero si no le pasó nada traumático, solo un par de golpecitos, las hermanastras le hacían la vida imposible, una mala mejor amiga, un par de chicas la molestaban en la escuela y el novio la había traicionado. Eso le puede pasar a cualquiera, lo se.
Pero desde que nos fuimos de España yo sentía un vacío, algo que me faltaba. Al principio creía que era mi papá, pero aún cuando lo veía en las vacaciones los primeros años, seguía sintiendo lo mismo. Ese vacío se incrementó a medida que pasaban los años. Pensé que podría ser mi madre, pero tampoco era eso ya que en los momentos que estábamos bien lo seguía sintiendo. Este mismo día descubrí que era. Nunca me sentí suficiente para mi mamá, había veces en las que me odiaba a mí misma por no ser la hija que ella había deseado. Tampoco era suficiente para mi papá, porque nunca había tratado de contactarse conmigo. Tampoco lo había sido para mí novio, porque me tuvo que traicionar con mi mejor amiga, a quien tampoco le alcanzaba, ya que se desesperó por buscar a otras amigas, quienes no me querían. No le bastaba a mis hermanastras, porque siempre tenían que maltratarme y tampoco a Caroline, ya que siempre buscaba alguna forma para hacerme sentir mal.
No era suficiente para nadie. Solo traía problemas. Las personas no estaban felices cuando estaban conmigo. Entonces, ¿para que seguir viviendo? Si mi presencia solo entorpecía las cosas. Es más, les iba a hacer un favor.
Las lágrimas caían por mi rostro, subí al último piso del hotel y salí a la terraza. Decidí mandar mensajes a las personas para explicarles por qué iba a hacer esto, para evitar que me llamen cobarde. El primero fue para Tessa, quien seguramente seguía en clase. Ella no tenía la culpa de absolutamente nada, por eso tenía que darle explicaciones más que a nadie.
Yo: Tess, quiero que sepas que siempre te quise, que siempre fuiste y vas a ser mi única mejor amiga. Gracias por estar cuando nadie lo hizo, y perdón por hacerte esto, pero ya no lo soporto más. Se feliz, encontra a alguien que te ame y tene muchos hijitos hermosos. Te amo. Xoxo.
Le debía una gran explicación a la pobre Aria. Ella no tenía la culpa de absolutamente nada. Era la persona a la que más amaba, y por un momento pensé en no hacer lo que haría, pero eso no me detuvo. Seguramente ella me perdonaría y podría seguir adelante.
Yo: Espero que algún día me perdones por lo que voy a hacer, pero quiero que me entiendas, que sepas por lo que estoy pasando. Te amo más que a nadie, sos la hermana que nunca tuve, mi mejor amiga. Se que vas a triunfar en tu vida y vas a poder ser esa gran actriz y cantante que deseas. Nunca te olvides de tus principios, de tu familia. Cuida mucho a Tony, cuando sea más grande explícale por qué no está más la tía Alli. Decile perdón de mi parte a la tía Spencer, se que va a pensar que soy una idiota, que tomé la peor solución, pero ya no me queda más nada para hacer. Me despido de vos feliz, recordando todas las canciones que bailábamos juntas frente al televisor, las noches que nos quedábamos despiertas hasta la madrugada hablando, o cuando hacíamos maratón de películas y yo me quedaba dormida a la mitad de la primera. Para decir adiós, lo mejor es no decirlo. Y como dice esa canción que nos sabíamos de memoria: Te deseo lo mejor. Nunca te voy a olvidar, en mis recuerdos siempre estarás. Porque tú alegría nunca se va a terminar, aunque me vaya de aquí siempre me acompañaras. Que nos volvamos a ver primita. Xoxo
La siguiente en la lista de contactos era Emily, allá vamos Em.
Yo: Espero algún día poder entenderte, poder perdonarte por haberme hecho pensar que eras la única amiga que podía tener y alejarme del resto, por juntarte con la chica que me caía mal, por dejarme sola en el curso, por usarme para aprobar las materias y por haberte besado con mi novio. Se que en el fondo te sigo queriendo aunque no quiera, seguramente sea por los años que vivimos juntas. Yo sé que a pesar de todo sos una buena chica, y que todo esto es un intento desesperado por llamar la atención, pero bueno, vos tendrás tus métodos. Deseo que algún día te des cuenta de la clase de gente que te rodea. Xoxo
Pd: ni se te ocurra llorar por mi, te conozco demasiado bien como para saber que esas lagrimas serían falsas.
Lo recibió pero no lo leyó, quizás estaba en prácticas de porristas. Que más da. Caroline, sos mi próxima víctima.
Yo: Perdona por lo del batido hoy en el almuerzo. A diferencia de vos, soy una buena persona y se reconocer cuando me equivoco. Perdona por haberte traído tantos problemas en tu vida miserable. Seguramente te saqué un poquito de fama, disculpa, en serio, no era mi intención. Quiero que sepas que me pareces de lo más patética, para conseguir un chico tuviste que hacer todo esto. Si te hubieras concentrado en no ser una zorra y mostrarte como en realidad sos, seguramente Ian te hubiera querido para algo más que acostarse. Pero, al fin y al cabo, te debo un agradecimiento. Gracias por haberme dicho que mi relación con él era puro cuento de hadas, tenías razón. Espero que te des cuenta de lo confundida que estas, y puedas convertirte en una mejor persona. Xoxo.
Las siguientes de mi lista de víctimas eran Lola y Hannah, quienes no lo iban a leer hasta dentro de dos horas ya que tenían clase y luego ensayo de baile. Les mandé un mensaje en conjunto.
Yo: algún día se van a arrepentir de haberme tratado así, podríamos haber sido amigas, podríamos haber compartido tantas cosas y hasta podrían haber sido las hermanas que no tengo. Pero tienen el cerebro tan afectado por lo zorras que son que no lo aprovecharon. Sean felices en su mundo superficial. Mándenle mis saludos a John. Xoxo.
Un escalofrío recorrió mi espalda. El siguiente era Ian. Bueno, después de todo él quería que yo le hablara, entonces acá me tiene.
Yo: No sé cómo terminamos así, o si, te besaste con mi mejor amiga. Te quise más que a nadie, sentía que podía confiar en vos. Estuve enamorada desde que te vi el primer día del instituto, hace cinco años. Nunca pensé que iba a poder ser tu novia, siempre te miré desde lejos, deseando que te des vuelta y nuestras miradas se encuentren. Pero nunca lo hicieron. Cuando este año te acercaste a hablarme sentí que volvía a vivir. Te di mi corazón y lo rompiste en mil pedazos. Y creo que ya no se va a poder reparar. Gracias por haberme hecho feliz estos meses. Ojalá encuentres a una chica que te quiera tanto como yo lo hice. No intentes buscarme porque no me vas a encontrar. Xoxo.
Listo, ya estaba lista. Esperen, me faltaba alguien. Sí, mi mamá. A ella no le debo ninguna explicación, pero al menos un saludo de despedida se merece, ¿no creen?
Yo: Adiós mamá
Listo, ya está. No me quedaba más nadie. Ninguno leyó mis mensajes, lo que me afirma mis pensamientos.
La terraza estaba vacía, lo cual era normal considerando que era un lunes por la tarde, y seguramente todos estarían trabajando y los extranjeros estarían recorriendo la ciudad. Miré mi muñeca y me apené por no poder hacer ese viaje que tenía planeado. Entré a la aplicación de notas en mi celular y escribí: para cuando ya no esté y encuentren mi celular, quiero que sepan que le cambié la fecha al viaje que tenía planeado hacer con Ian, así que te lo quiero regalar a vos Tessa. Siempre me dijiste que querías viajar y nunca habías podido ir más lejos que a Chile, así que todo tuyo. Disfrútalo y sácate miles de selfies.
Listo. Apagué el celular, lo dejé sobre una mesita de mimbre que había al lado de la pileta enorme. Las barandas de la terraza no eran muy complicadas de saltar, así que pasé primero una pierna y luego la otra, y estaba del lado de afuera. No había nadie en la calle, es lo que más odiaba de esta ciudad, o todos dormían o estaban trabajando o en la escuela.
Sentí el viento corriendo por mi cara. Me dije a mí misma no mirar hacia abajo. No podía parar de llorar. Por un momento pensé en darme la vuelta y regresar a la habitación, cambiar nuevamente la fecha del viaje y escapar ahora mismo. Pero las imágenes de todo los momentos en los que había sufrido llegaron a mi mente y me afirmé que estaba haciendo lo correcto. Dolería, eso seguro. De allí no sobreviviría, cuando cayera contra el piso mis huesos iban a romperse completamente y ya no habría nada para hacer. En el momento en el que te das cuenta lo que estas por hacer, te sentis cobarde de hacerlo. No me animaba a tirarme. Pero escuchar como abrían la puerta y entraba una persona corriendo gritando mi nombre y que no me tirara fue la gota que colmó el vaso. Al escuchar su voz supe quién era, y me maldije a mí misma por no recordar que hoy no tenía entrenamiento con el equipo. Como me encontró no lo sé, pero ya había llegado demasiado lejos como para que él me interrumpa. Antes de que llegara a mi, sin pensarlo dos veces cerré los ojos y salté. Y todo se volvió oscuro y no sentí más nada.

Problemas atípicos de una adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora