Capítulo 8.1 - La iniciación (primera parte)

214 26 0
                                    



Young Saeng y Hyun Joong ahora eran pareja, no importaba si se amaban o no, el vínculo estaba formado, y de alguna manera al lado de Hyun, el chico se sentía amado y protegido, quizás todavía le faltaba recorrer algo de terreno para poder corresponder a ese amor, pero al menos lo hacía feliz tenerlo consigo.

Hyun se había quedado profundamente dormido, era la primera vez después de mucho tiempo que pudo hacerlo, así que ni siquiera se percató del momento en el que su nueva pareja se despertó. Para Saeng, aquella sensación de tranquilidad y armonía también era nueva; por un momento se olvidó de todo lo que les esperaba, y se dedicó a contemplar el cuerpo desnudo de su amante.

En realidad era muy atractivo y hasta apenas lo notaba. Su cuerpo estaba bien tonificado, su piel tostada hacía que resaltara el contorno de sus músculos; estaba tan maravillado por la belleza de su cuerpo, que comenzó a recorrerlo con la yema de sus dedos, primero por el pecho, pasando por el estómago y después, bajando con delicadeza hacia sus muslos. En ese instante se percató de que en el derecho se levantaba de forma muy fina, una cicatriz con un símbolo que él conocía muy bien debido a la escuela; el símbolo griego "beta". Era tan hipnotizante que comenzó a recorrerla una vez tras otra, hasta que las cosquillas consiguieron despertar a su portador.

— ¿Qué haces? —le preguntó sonriendo, parecía un lindo gato juguetón.

— ¿Qué es esta marca que tienes aquí? —volteó a mirarlo con curiosidad.

—Es una marca de nacimiento —le contestó mientras se sentaba en la cama —pero también es mi distintivo en el clan. Esta marca es única, y significa que soy el segundo al mando —A Saeng le costaba trabajo entender eso, y al ver su cara de incredulidad, decidió explicarle con detenimiento —. Cuando uno es miembro de un clan, hay que portar un símbolo para identificarnos, así que deben marcarte  en un lugar visible para que sepan a dónde perteneces; originalmente esta era una mancha, la he tenido desde que nací, pero a Jung Min le gustó tanto que la convirtió en cicatriz.

—¿Quién es Jung Min? —Saeng perdió el interés en la marca, era la primera vez que escuchaba ese nombre y quería saber a quién se refería.

—Ah...—por fin había llegado el momento de hablar de él, aunque ya lo había hecho en otras ocasiones, nunca lo había llamado por su nombre— Jung Min es el líder del Clan, es mi patriarca; la persona que me convirtió en vampiro.

—Quieres decir... ¿que él es tu amante?—el chico recibió la noticia con descontento.

—Así es.

Young Saeng se quedó mudo, la respuesta había sido corta y clara, además de un tanto fría. Por un momento pensó que al entregarse no existirían más personas en el corazón de Hyun, y era vital que no hubiera nadie, porque de otro modo, el vampiro no lo consideraría como lo más importante para él. Hyun era demasiado ingenuo como para notar los sentimientos de los demás, esa fue la razón por la cual nunca celó a Jae, y aunque se había molestado por la existencia del tal "James" en la vida de Saeng, fue más porque el joven era tan "inocentemente tonto" que por el hecho de que hubieran sido pareja, así que no se percató de la incomodidad que se había generado con su respuesta.

Por otro lado para Young Saeng, aquel comentario se había sentido peor que un balde de agua fría, no sólo había tenido que competir contra un recuerdo, sino que ahora se iniciaría la verdadera batalla para ganar el corazón de Hyun, y no era un enfrentamiento cualquiera, debía luchar contra el único ser que lo había hecho feliz, aquél por quien estuvo dispuesto a dejar morir a quienes consideraba un estorbo entre sus vidas. Saber que seguían juntos no era poca cosa, era en realidad un peligro potencial. A partir de ahora debía ser sumamente cuidadoso; cualquier movimiento en falso, cualquier pelea o cualquier enfado, ponía su relación en riesgo, y con ello su vida.

RENACERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora