Capítulo 12 - ¿Reconciliación?

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—Lo hiciste muy bien, bebé —Hyun Joong acariciaba el cabello de Young Saeng, quien se había recostado para recuperar sus energías después de la pelea.

—No habría podido hacerlo sin la ayuda de Jun —el vampiro lo miró con interés.

—¿Por qué dices eso?

—Creí que no me dejaría alimentarme de sangre hasta que consiguiera golpearlo en el entrenamiento, pero un día lo descubrí vaciando algo de ella en el vino que me daba para que resistiera, recuerdo que venía de unas botellas doradas—. Hyun se sorprendió mucho más al escucharlo, él sabía lo que contenían esas botellas y también sabía lo difícil que era conseguir siquiera un sorbo de ellas.

—Aun así, estoy orgulloso de ti por intentar salvar la vida de ese lobo reclamándolo como tu esclavo.

—Eso también fue gracias a otra persona — Saeng suspiró decepcionado de que ninguna hazaña fuera mérito suyo— Jung Min me lo pidió.

—¿Qué? —estaba atónito.

—¿Verdad que es extraño? —el híbrido entrecerró los ojos tratando de recordar las palabras de su señor —Antes de salir de la mansión me dijo que hiciera eso, además pude escucharlo susurrarme en la arena, fue gracias a él, a sus palabras que pude controlarme, por un momento pensé que perdería la razón, pero fue su susurro lo que me hizo volver a mí.

El vampiro mayor bajó la mirada, nada de lo que decía tenía sentido, Jung Min odiaba a Young Saeng, o al menos eso era lo que él pensaba, pero si lo que el chico decía resultaba cierto entonces tenía una deuda muy grande con su amo.

—Oye —Saeng al verlo tan perdido en sus pensamientos le tocó el rostro para que reaccionara —. ¿Estás bien?

—Sí —contestó todavía aturdido —, discúlpame, ¿quieres? Necesito hacer algo, mientras tanto tú dedícate a descansar, debes recuperar tus fuerzas.

—¿Tardarás mucho?

—Es probable... ¿necesitas algo?

—No, nada.

Saeng le sonrió y después acomodó su cabeza en la almohada para dormir, lucía muy tranquilo ahora que las cosas se habían arreglado, en cambio Hyun estaba cada vez más confundido; de pronto al escuchar esas palabras se había encendido en él un sentimiento que había permanecido dormido por algunos meses, quizás algunos años. Tras verlo acurrucado le dio un beso en la frente y se levantó para salir de la habitación, una vez afuera cerró los ojos tratando de aclarar su mente; su pecho se sentía agitado, había un leve sonrojo en su rostro y una repentina calidez recorría todo su cuerpo centímetro a centímetro.

Caminó por el pasillo y se dirigió al ala oeste de la mansión, en donde Jung Min tenía sus aposentos. Al llegar a la puerta su corazón comenzó a latir un poco más rápido y también un tanto más fuerte. Suspiró para sacudirse el nerviosismo y abrió la puerta para entrar, su señor estaba quitándose la camisa, misma que seguía cubierta de sangre debido a las heridas que le hicieron.

—Odio ese maldito hábito tuyo de no tocar la puerta antes de entrar —dijo el amo mientras dejaba caer la camisa a la silla.

Hyun miró el pecho desnudo de su señor, estaba herido, a pesar de su fuerza su cuerpo era tan frágil y delgado que apenas lograban marcarse algunos músculos, aun así era perfecto ante sus ojos. Tenía unas ganas terribles de abrazarlo, de besarlo y de decirle cuánto deseaba estar con él, era tan irresistible como lo recordaba, finalmente entendía por qué se sentía tan agitado. Se acercó a él en un solo movimiento y lo besó tan apasionadamente como pudo, fue un beso corto pero bastante profundo. El amo quedó sorprendido por la acción de Hyun, pero sonrió al verlo completamente excitado, quería decir que no todo estaba perdido entre ellos y que al fin después de tanto tiempo él volvería a su lado.

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