Capítulo 23 - Humillación

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Después de la breve charla que tuvo con Jung Min, Heechul regresó desanimado a su cuarto.

—¿Y bien? —dijo Jae al verlo cruzar la puerta.

—Suspende todo —respondió con desgane.

—¿Así nada más? —se levantó para encararlo— No convoqué a la gente solo para decirles que siempre no se hará nada.

—No seas imbécil —Heechul transformó su mirada perdida a una furiosa—, Jung Min ya sospecha de nosotros, si hacemos un movimiento más solo terminaremos por confirmarlo.

—¿Sabes? No creo que sea tan mala idea hacerlo—caminó con un aire de seducción hacia él—. Después de todo ahora está débil, podemos ganarle fácilmente.

—He dicho que no —reiteró—, la guerra no es contra él.

—Es una lástima —cuando estuvo cerca de su oído le susurró—. ¿No eras tú quien decía que el amor nos hace débiles? —Heechul no respondió, solo tragó saliva con desagrado—Si no te deshaces de esos tontos sentimientos no lograrás gobernar este mundo. A estas alturas deberías entender que no puedes tener ambos— dijo refiriéndose al trono y a Jung Min.

Tras ver que no había respuesta Jae Joong se recostó en la cama después de manifestar su decepción con un suspiro. A pesar de ser una pareja jamás habían mostrado ni una pizca de romance frente a otros, de hecho, todo lo que transmitían a los demás no era más que una simple mentira. No eran una pareja, eran simples secuaces unidos por una sola causa: destruir a Hyun Joong. Pero a diferencia de Heechul, a Jae no le importaban las consecuencias ni mucho menos los daños colaterales, para ser exactos no le preocupaba matar a Jung Min; eso incluso formaba parte de sus planes y sabía que ese momento sería su única oportunidad, así que decidió actuar por su cuenta. A pesar de mostrarse tranquilo y obediente ante Heechul, el vil rencoroso pasó los siguientes días visitando el mundo humano y reclutando vampiros de todos los reinos, incluyendo los de esa mansión. El consejo fue fácilmente convencido, no era novedad que no querían más a ese patriarca, pero ver cómo se había encerrado por tanto tiempo sin atenderlos como esperaban fue lo que determinó su decisión.

Mientras tanto Jung Min continuaba rechazando la visita de Hyun, por más que lo necesitara no cedía ni un centímetro. Quería saber si valía la pena seguir reteniéndolo a su lado, pensaba muchísimo en todo lo que le había dicho Heechul. El otro por su parte se encontraba completamente ansioso y desesperado, su mal humor aumentaba día con día, a veces era tal su desdén que incluso Young Saeng no era capaz de calmarlo, eso le permitió a Jae realizar otra de sus múltiples jugadas; un día temprano por la mañana se acercó al oído de Hyun, quien se paseaba alterado de un lado a otro en el vestíbulo.

—¿No era amor el que decías tener por tu "mascota"? —trató de provocarlo directamente refiriéndose a Young Saeng.

—Piérdete, Jae. No estoy de humor para escucharte.

—Eso veo, que no estás de humor. ¿No te has preguntado por qué sientes esa ansiedad? —En ese momento captó la atención de Hyun— ¿Por qué a pesar de que quieres amar a ese chico, tu mente no te lo permite?

—Si solo vas a fastidiarme con preguntas estúpidas, será mejor que te vayas.

—¿Quieres respuestas? Muy bien —se cruzó de brazos y se recargó en la pared—. La causa de todo eso es el maldito collar que traes puesto.

—¿Otra vez con ese cuento? —negó con la cabeza—Por favor, búscate una vida y déjame en paz.

—A pesar de todo lo dudas —continuó instigando mientras se acercaba a él—, Jung Min te controla desde donde está con tan solo tener ese anillo.

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