VII - Elegidos

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No sabía cuánto tiempo llevaba vagando por ahí pero, después de lo que consideró que fueron unas dos horas, se decidió por empezar a correr. No veía absolutamente nada pero no era difícil andar, no había nada tampoco. Se preguntaba cómo había llegado allí, no podía recordarlo por alguna razón, de hecho no recordaba nada.

Nada, nada y más nada.

-Sakura Kinomoto...

Volteó a pesar de que la voz se había oído a la lejanía y era poco probable que se originara a sus espaldas. La estaban llamando.

- ¿Quién anda ahí?

-No "quién, "qué".

- ¿Disculpe?- miró hacia varias direcciones, buscando. - ¿Usted me conoce?

-Por supuesto Sakura Kinomoto, desde que naciste...

- ¿En dónde estoy? ¡Muéstrese!

Vio como una luz cegadora aparecía frente a ella hasta que comenzó a apagarse. Era una aparición un tanto extraña, como una esfera de luz blanca, rodeada de miles de destellos de todos los colores. Era pequeña, su voz infantil era perturbadora, y sintió miedo por alguna razón. Tan solo podía percibir como si su sangre corriera por su cuerpo acelerada por más que ella estuviera tranquila, le faltó el aire y se tomó la garganta por instinto, dejándose caer de rodillas como si pudiera conseguir algo de oxígeno así. Retrocedió a gatas, debía alejarse un poco, incluso sintiéndose indefensa.

-Querías que me muestre...- Sakura inspiró hondo al sentirse aliviada.

- ¿Qué fue eso?

-El efecto de tu magia reconociéndome como un ser superior.

- ¿Quién eres?- aunque no entendía nada, necesitaba respuestas. - ¿Qué es este sitio?

-No tengo un nombre en realidad, muchos humanos me han nombrado con cientos de nombres pero ninguno con el cual me identifique, simplemente soy un ente.

- ¿Un ente? ¿Quiere decir que es una especie de criatura?- inquirió, confundida.

-Algo así, pero soy totalmente independiente del espacio-tiempo.

-Cielos... tú eres quién me ha estado llamando en mis sueños ¿Verdad?

-Ciertamente, así pude preparar tu cuerpo lentamente para que este momento no te trajera mayores molestias- Sakura suspiró, sintiendo nauseas, si eso era bueno no se imaginaba lo malo que podía llegar a ser. -En este lugar daremos el paso final para que estés lista.

- ¿A qué te refieres?

-Te he elegido a ti...

-Eso ya me lo has dicho antes, la pregunta es ¿Para qué me has elegido?- silencio. -Si no me lo dices, no puedo aceptar...

-No te lo estoy preguntando Sakura Kinomoto- ella se sobresaltó, la esfera de luz que tenía enfrente comenzaba a crecer y nuevamente le robaba el aire, así que comenzó a apartarse despacio. -Quiero dejar muy claro que no puedes rechazar esto, ya has oído hablar de la profecía que caerá sobre Tomoeda, así que, ¿No ha quedado claro?

-Tus mensajes son bastante confusos déjame decirte.

-Esto te beneficiará tanto a ti como a mí, ¿O acaso dejarás que tu ciudad quede reducida a cenizas?

-Por supuesto que no- de pronto preocupada bajó la vista hasta sus manos. -Pero necesito más información que esa, entiende.

-La cantidad de información que ingreso dentro de ti en este espacio es de suma importancia y debe racionarse como es debido, si me excedo podría provocar un problema en tu frágil sistema corporal- Sakura sacudió un poco la cabeza, confundida. -En pocas palabras, no puedo decirte todo ahora.

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