XVII - Altruismo

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Sakura Kinomoto...

— ¿Hm?

Abre los ojos— ella intentó levantar los párpados, pero se encontraba muy relajada y quería continuar disfrutando de la brisa que le acariciaba el cabello con suavidad. —Necesito decirte algo.

—No me molestes— murmuró ella. —Estoy bien así.

Abre los ojos— Sakura obedeció, fastidiada.

— ¿Qué quieres?

Se encontraba sentada en la azotea de un edificio muy alto, era de noche. Podía observar toda su ciudad, algunas luces continuaban encendidas, dándole un aspecto completamente bello al paisaje. No había nadie cerca, estaba totalmente sola, o casi, frente a ella un ser brillante flotaba como si no formara parte del espacio—tiempo.

Observó que traía puesto un vestido blanco muy hermoso e iba descalza. En su espalda, un par de alas estaban extendidas y, de vez en cuando, soltaban alguna que otra pluma que era llevada hasta el infinito por el viento nocturno. Su semblante decayó bastante cuando se dio cuenta de que la mitad de ellas era negra y la otra mitad blanca, estas últimas brillaban bastante, se veían muy suaves de hecho.

Estás progresando.

—No, no quiero progresar, no quiero hacer lo que tú me pides— volvió a cerrar los ojos, dolida y molesta. —Tú le hiciste mucho daño a Apola ¿cierto?

Eso depende de la perspectiva.

— ¿Por qué? ¿Por qué simplemente no dejaste que continuara adelante? ¿Qué daño podía hacerte...?

Sakura Kinomoto— interrumpió. —No se trata del daño que haya podido o no hacerme a mí, sino de las vidas inocentes que perecieron por el egoísmo de una sola persona.

— ¿Qué dices?

¿No es acaso lo mismo que con tus enemigos actuales? ¿O durante la vida misma? Por las ambiciones humanas muchas vidas desaparecen cada día, y eso tiene un precio, de eso se trata el equilibrio.

—Ya lo sé... sí, lo sé muy bien— murmuró. —Por supuesto que lo sé... solo que...

Lo mismo se aplica a ti— Sakura lo miró, pasmada. —Tienes el poder para generar un cambio para evitar lo que está por venir, no hacerlo provocará una desgracia... y serás la única responsable de tu egoísmo.

— ¿Egoísmo?

El deseo de tu corazón de permanecer siempre junto a tu familia, incluso cuando eres consciente de que sus vidas también están en juego al vivir en Tomoeda.

— ¡Yo jamás permitiría que algo malo les sucediera!— Sakura no se percató, pero en ese momento las alas detrás de ella se tornaron un poco más blancas.

Entonces ¿por qué dudas?

—Yo...— meditó unos momentos. —Tal vez sí sea egoísta después de todo.

No, no lo eres, y es por eso que te escogí a ti.

Sakura sintió que sus ojos se llenaron de lágrimas en un instante, estaba tan confundida, ella le había prometido a Shaoran no hacer lo que esa criatura le estaba pidiendo. Debía esperar, ser paciente y dejar que él la ayudara, después de todo estaba trabajando duro en encontrar la manera de no permitir que nadie tuviera que dar su vida.

Su recuerdo le trajo calma, no estaba sola, confiaba plenamente en su esposo. Sonrió, más aliviada, fue como sentirlo allí, a su lado, tomando su mano.

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