XXVI - Es nuestra vida

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"Querida Hiyori:

Sé que no te gusta mucho usar correo electrónico ni móviles así que me pareció una buena idea mandarte esta carta. ¿Cómo has estado? ¿Las cosas en la mansión Natsumemishi están bien? Por aquí todo ha ido bien. Desde que regresé a casa siento una paz y una felicidad que hacía tiempo pensaba había perdido, sin embargo, reunirme con mi familia me demostró que estaba equivocada.

A penas me recuperé tuve que dar muchas explicaciones a mi familia y amigos, sobre lo que había pasado y cómo había sido capaz de volver a casa, intenté aclararlo lo mejor posible, pero creo que a mi hermano y a mi papá aún les parece muy extraño todo. Al menos me alegra que finalmente todo haya vuelto a la normalidad."

Sakura se levantó de la silla en donde estaba sentada e intentó reprimir una sonrisa antes de dirigirse al estudio donde su esposo trabajaba. Encontró la puerta abierta como siempre y a él tecleando en su ordenador mientras Ryu le dictaba lo que decía en el papel que tenía en las manos.

Tocó la puerta y atrajo la atención de ambos. Shaoran tenía sus anteojos puestos, siempre había considerado que le quedaban bastante bien.

-Iré con los niños a hacer unas compras- informó con una sonrisa. Durante un instante no recibió respuesta. - ¿Shaoran?

-Ah, sí, por supuesto, ¿necesitan ayuda?

-No te preocupes, será algo rápido, nos vemos luego.

Se fue. El castaño se quedó mirando en dirección a ella, lucía adorable con aquel vestido violáceo, sabía que era uno de los que más le gustaba ponerse.

-Sakura está radiante últimamente...- murmuró. Recibió el golpe de unos papeles en la cabeza y miró a su amigo, que tenía una expresión aterradora.

-Deja de babosearte con tu esposa y concéntrate o estaremos aquí todo el día.

-Está bien, está bien...

Entendía que estuviera de mal humor puesto que, al haberse atrasado con su trabajo una vez más la responsabilidad de volverlo a encarrilar era de Ryu, tarea que detestaba más que nada porque debía ayudarlo. Sonrió para no reír y continuó con lo que redactaban.

A mediodía detuvieron la labor y su amigo le dijo que debía acompañar a su esposa a un lugar, por lo que el castaño quedó solo en la residencia Li. Tuvo tiempo de pensar en lo feliz que era con todo lo que tenía y lo distinto que habría sido si las cosas se hubieran dado de otra manera. Miró una fotografía que habían enmarcado y colgado en la sala, en la cual aparecían Teo y Shiori con sus caritas llenas de lodo, había sido un día luego de la lluvia en el que se habían descuidado un instante y los pequeños habían ido a jugar al jardín trasero, hacía unos seis años atrás. Al descubrirlos allí Sakura había enloquecido pero Tomoyo alcanzó a hacerles una foto antes de que ellos corrieran a limpiarlos.

Sonrió con el recuerdo y sintió pesar al darse cuenta de que había llegado a arrepentirse de todos esos momentos, nublado por la angustia que había sentido luego de que Sakura desapareciera. Negó con la cabeza para dejar de meditar sobre ello, no tenía sentido, su familia estaba reunida de vuelta y a salvo, junto a él, no quería preocuparse por nada más.

Recomiendo escuchar: "Rocket beat" OST de Sakura Card Captor Clear Card.

Shaoran se dispuso a ir a la cocina para prepararse algo de comer cuando vio una nota en el suelo junto a la puerta de entrada, era una nota llena de dibujos de colores que reconoció como los que hacían sus hijos, de hecho también había algo escrito con la caligrafía de Shiori.

"¡Papá, juguemos un juego! Mamá, Teo y yo te estamos esperando, te dejaremos pistas para que nos encuentres."

Se preguntó de qué se trataba eso, entonces dio vuelta la nota, los dibujos que había eran más bien un camino trazado que comenzaba en una colorida imitación de la residencia Li. Sonrió sin poder evitarlo y se dispuso a salir.

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