XII - Contraataque

241 16 2
                                    

Oyeron el sonido del timbre y Shaoran, que estaba más cerca, fue a contestar. Había estado ocupando su mente con formas de iniciar una conversación con Sakura, sí, como un adolescente. Se sentía como un idiota después de ver la expresión en su rostro al pedirle que estuviera en la reunión que tendría con el resto de los usuarios. Quería que recuperara su luz, era todo lo que quería.

—Hola, Li— lo saludaron cuando fue a abrir la puerta. Se quedó sorprendido un momento antes de contestar.

—Buenos días, Yoshida, qué... gusto ver que estás bien, adelante— le cedió el paso a su casa, incómodo.

—Gracias, con permiso— cruzó el umbral de la entrada. —He venido para saber cómo se encuentra la pequeña Shiori.

—Ya veo, por fortuna está muy bien, ven, hemos preparado té, si gustas una taza.

—Aceptaré, gracias— entraron en la sala de estar donde Sakura servía una taza de té verde para Shaoran.

El joven de cabello negro se quedó inmóvil, mientras observaba sus ojos verdes, quizá había sido fuerte la primera impresión pero, por un momento, le pareció que ya los había visto antes, incluso la forma en que ella lo miraba a él, quizá se trataba de una coincidencia, sin embargo le pareció que también estaba confundida.

El anfitrión carraspeó con fuerza y lo sacó del ensueño. Bajó la mirada inmediatamente, se había quedado mirando fijo a su esposa, eso había sido descortés en verdad.

Jamás habría imaginado que se tratara de una mujer tan hermosa.

—Soy Sakura Li, gusto en conocerlo— dijo con una inclinación leve.

—Soy Touma Yoshida, es un placer...

—Iré por algo para acompañar el té, enseguida regreso.

Shaoran la observó hasta que la perdió de vista. No se sorprendía de que el sujeto a su lado se la hubiese quedado mirando. Estaba bellísima con su vestido de lana rosa pálido y las medias negras y, a pesar de que la sabía triste, sus ojos no dejaban de robar el aliento.

Pero de todas formas no se iba a quedar viendo cómo la devoraba con los ojos.

—Toma asiento si gustas— masculló.

—Muchas gracias.

Una vez en sus sitios el silencio incómodo reinaba en el ambiente. Sakura servía té y cortaba algunos trozos del pastel de fresas que su esposo había preparado. Los dulces eran su especialidad y, pensó, algo azucarado le levantaría los ánimos caídos.

El castaño procuraba clavar sus ojos ámbar en el invitado para que no se le ocurriera mirarla de más, incluso aunque parecieran desconocerse.

Siete años atrás se había dado cuenta de que Sakura había olvidado todo respecto a la persona de Yoshida Touma y, confirmaba, él también de ella. Jamás supo la razón, tampoco era de su interés saber el motivo, así que simplemente lo había ignorado, aquello no traía complicaciones a su esposa y, mientras fuera así, no le importaba.

—Por lo que veo, la pequeña debe estar en la escuela ¿Verdad?— lo oyeron preguntar.

—Sí, gracias por haberla traído con nosotros ayer por cierto, podría haberle pasado cualquier cosa estando sola— Sakura a su lado apretó los puños alrededor del ruedo de su vestido, a él no le pasó desapercibido. —De verdad, muchas gracias.

—Se lo agradezco señor Yoshida— enunció la única mujer presente.

—Oh, no, no se preocupen... ayer sentía que algo extraño la seguía, la verdad solo la crucé por una coincidencia pero al darme cuenta de esa presencia opté por hacer lo que haría cualquier persona, además ella iba al mismo sitio que yo— los miró, serio. —Sé que debe ser duro, tener una niña con ese potencial y saberla en peligro por ello.

Is Our LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora